Denis entre lobos 2

Capítulo 53


Mis padres ya habían superado mi partida. Pero Coreen y Lester continuaban con lo mismo de siempre. Estaba cansada de tanto berrinches. Me moví hacia mi cama a ocomodándome en ella. Tomé mi móvil y marqué al número de Carmen.

—¡Denis! ¿Cómo te ha ido?
—Regular. Tú sabes que te había dicho de que Lester y mi hermana han estado reclamándome desde que partí de aquí.
—¿Y te quedarás? 
—No lo sé Carmen.
—Ay, me dejas sola.
—No he dicho eso aún.
—Si crees que te contiene; pues quédate. 
—Oye, ¿cuándo podrán venir? Incluyendo a Leo y Osman.
—Cuando tú quiera Denis.
—Vengan mañana si es posible o pasado.
—Bien me combinaré con los chicos. 
—Te dejo hablaremos luego.
—Cuídate y mándale saludos a Lester de mi parte.
—Se los daré.

Colgué. 

Realmente me encontraba desanimada. Cerré mis ojos y me dormí sin darme cuenta. 

Al siguiente día mi hermana me despertó porque Lora y Ana habían llegado. Me movilicé a realizarme el aseo personal. Una vez lists bajé a recibirlas. Ambas cuando me vieron se me echaron encina con un fuerte abrazo. 

—¡Denis cuéntanos con cuántos hombres guapos haz salido! —gritó Ana.

Me eché a reír.

—Con ningunos nenas.

—Mentirosa —me reprochó Lora entre dientes. 

Luego observé a Lester y tenía una cara de enojo.

—No nos digas eso. ¿Por lo menos nos trajiste un brasileño? —indagó Lora.

Volví a reír.

—A mí supuestamente me trajo uno —pronunció Coreen de brazos cruzados. 

Ana y Lora pusieron su cara de asombro y me miraron.

—¿Y nosotras? —cuestionó Ana.

—No sé. El amigo del novio de una amiga vino con nosotros.

Se emocionaron.

—Pero Coreen tiene novio y no necesita al que le trajiste —comentó Ana.

—Por mí no hay problemas. Yo lo que quiero es mi hermana —pronunció Coreen y me miró con frialdad. 

Rodé los ojos.

Lora se volteó y abrazó a Coreen en señal de consuelo.

—Denis tiene derecho a vivir donde quiera —le dijo Lora a Coreen. 

Coreen miró a Lora mal. 

—Lora no vale la pena porque tanto ella como Lester no entienden. 

Lora observó a Lester. Y alzó una ceja. 

—¿Cuándo nos presentarás a los bellos brasileños? Quiero ver sus fotos —exigió Ana. 

Me giré a buscar mi móvil y observé al rostro de nuevo a Lester, estaba que echaba chispas. Pero pensé de que sería mejor no mostrarles fotos y de que lo vean personalmente.




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