Denis entre lobos 2 (libro2) Serie: Denis

Capítulo 57


Osman sólo asentía a todo lo que yo le decía. Luego de haber hablado con Osman y Leo. Me retiré de la habitación. Ya la a la hora que era me supuse de que Lester estaría en la habitación, y así fue como lo supuse. Entré y me coloqué la pijama. Ambos permanecimos callados.

—¿Estás enojado? 

—No.

Me acomodé en la cama, mientras él observaba por las  ventanas. Después vi que él se quedó paralizado hacia la derecha pero no le di importancia. Cuando apartó su mirada, se giró, alzó sus manos para cerrar la ventana y después se sentó junto a mí. 

—¿Qué tanto sabes de Leo y de Osman?

—Que son personas maravillosas y honestas. 

—¿Segura?

—Sí, ¿qué ocurre?

—Acabo de verlos salir por la ventana. 

—Ah, era eso. No te extrañe, uno es un vampiro y el otro es un hombre lobo como tú.

—Denis —giró su rostro hacia mí, luego lo miré. 

—No me vengas con tonterías. 

—¿Te gustan?

Negué con la cabeza. 

—Vamos Lester, enséñame tus amigos. Preséntame la manada a la cual perteneces.

Respiró profundo. 

—Álvaro es el jefe. 

—¿Y eso qué? 

—Magna podría estar por ahí o sus amigas. 

Resoplé frustrada.

—Te lo dejaré pasar sólo por eso —guardé silencio, luego recordé de que nunca me había hablado de su familia —. ¿Por qué no me hablas de tu familia?

—Porque simplemente no tengo.

Sentí lástima por él en ese momento. Pues decidí no hablar sobre, pero de seguro mis padres si lo pudieran saber. No.siquiera la razón por la que él estaba en mi casa yo sabía. 

—Tu ex compañero de trabajo vino aquí.

—Sí, lo sé. Él me escribió por Facebook.

Lester se volteó hacia mí muy serio.

—¿Todavía conversas con ese tipo?

—Es sólo un amigo.

—Un amigo, todos son tus amigos Denis —masculló.

—Deja la rabia Lester. Entré él y yo no ha habido más que un beso. 

Se veía tenso.

—Es un atrevido —dijo entré dientes —. Vi como te coqueteaba en el trabajo e incluso te besaba sin tú darle permiso. 

No pude evitar reírme. 

—Me imagino que contigo no ha pasado nada extraño —supuse. 

—¿A qué te refieres?

—A nada.

—Denis, tu problema es que no confías en mí —alegó —. Si tanto me amas atrévete a quedarte. 

Me quedé pensativa. Lester insistía tanto en eso que me ponía en dudas. Ya me había acostumbrado a estar en Brasil, pero era algo que hacía que me alejara más de él. 




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