Cuando el ambiente vuelve a su tono normal Juan se levanta para ir al baño y ella aprovecha su tiempo a solas para contarles a sus amigas como iban las cosas con él y del pequeño inconveniente que tuvo con Joaquín, sus amigas apostaban a él, ya que es el más codiciado del colegio, pero ella no quería saber nada que se relacione con él, el tiempo pasaba y el no volvía, se pone de pie y se va hacia el baño, tal vez necesita de ayuda, al llegar lo encuentra con un amigo y se llena de ira al escuchar sus palabras.
-Te digo enserio, como me crees capaz de salir con una chica como ella, perdí una apuesta, solo es eso.
-Ya me parecia raro que salieras con la machona, siento pena por ti.
-Si, no veo las hora que esto termine, solo me la quiero llevar a la cama.
-Te aseguro que nunca beso a nadie, quien querria besarse con ella.
-Asi que, solo me invitaste por que perdiste una apuesta, te la hago fácil, te libero de mi maldito imbécil.
-Amigo, creo que tienes problemas.
Su amigo se va del lugar.
-No, escuchaste mal, no es lo que realmente quise decir, mentira, le mentí a él.
-Entonces te dio vergüenza haber salido conmigo.
-Isabella, hablemos sobre esto.
-Si un maldito idiota!.
Toma sus cosas y se va del lugar aguantando sus lágrimas, sentía que él no se merecía su dolor.
llega a un parque, se sienta en la fría banca bajo las luces de la noche, intenta no volver a llorar, se saca las lágrimas.
-¿Terminó tu cita?.
Ella se asusta ante las palabras de Joaquín, y se tapa la cara.
-¿Estabas llorando?.
-No te importa.
Él se sienta a su lado dejando una caja de pizza a su lado, luego posa su mano en la cabeza.
-Voy a matar a Juan, nadie merece tus lágrimas.
-Todo el mundo me ve fea, como una machona, las únicas citas que tuve los había invitado yo y fueron obligados a verme, estaba feliz de que él me invitará, pero solo había perdido una apuesta o simplemente le da vergüenza que lo vean conmigo. ¿Por que estás aquí?.
-Queria arruinar tu cita, después te seguí, no pensé encontrarte en este estado.
Él se queda en silencio mientras ella se calma de a poco.
-Ya estoy bien, saca tus sucias manos de mi.
-Ahora vuelves a ser la misma.
-Yo tuve la culpa por volver a confiar en una persona como él, Juan es un idiota, no debí dejarme llevar, algún día voy a estar bien buena y todos se van a arrepentir de no haber salido conmigo.
Joaquin se ríe al ver esa expresión en su rostro de lo segura que estaba.
-Ya eres linda, como ahora o como te vistes para ir al colegio.
-Cállate, tu opinión no me importa, no cuenta.
Ambos se quedan en silencio observando el paisaje, su imaginación volaba, era libre de encontrar forma a todo lo que alcanzaba a ver.
-¿Puedo besarte?.
-¿Q-Q-QUE? ¡Claro que no!.
-Igual lo voy a hacer.
-Te denuncio si lo haces maldito pervertido.
Él la toma de las mejillas y la acerca a para darle un beso corto en su frente, queria calmar la angustia que aún sentía dentro suyo, ella se sonroja.
-No iba hacer algo que no querías.
-¡Me hiciste asustar!.
-Ya me vas a pedir que te bese.
-Claro que no, yo no te voy a pedir nada.
-Lo harás.
Ellos discuten por ese tema por un tiempo hasta que ella se cansa y se pone de pie.
-Me voy a casa.
-Me gusta que te hayas soltado el pelo, estás muy linda vestida así, maravillosamente bella.
Ella no gira su cabeza ya que estaba sonrojada y nerviosa.
-¡No me importa lo que digas tonto!.
Él la abraza de atrás.
-Te acompañó hasta tu casa.
-Haz lo que quieras.
Ella se zafa de sus brazos, él toma distancia y abre sus brazos para que lo abraze, pero es completamente ignorado, van caminando a pasos lentos bajo la tibia noche que la naturaleza les había prestado, ella sin darse cuenta se sentía a gusto a su lado, calmada, ya no le importba lo que había pasado con Juan, su mente estaba despejada, disfrutaba de la compañía de Joaquín.
Alex M. Martínez.