Dentro De La Máscara de Papel.

Mi Sexta Excusa. Parte. – 1.

Isabella llega al colegio en moto junto a su prima, estacionan detrás del colegio y bajan, al sacarse el casco ve que Juan estaba parado enfrente de ellas, el que más sufrió la incomodidad fue él, que no sabía hacia donde mirar, ella con el casco en la mano pasa por su costado.

—Bueno a días Juan.

Unas palabras que él no esperaba volver a escuchar con su voz, se había rendido ante ella esa tarde.

—H-Hola, buenos días.

No se atrevió a preguntarle si estaba enojada, se conformó con solo volver a escuchar su voz, eso lo calmo un poco, pero no apagaba el sentimiento de culpa que tenía. Ella se va del lugar y se junta con Rocío y Carla, las tres caminan hacia adentro del colegio mientras hablan.

—Chicas, no creen que Joaquín hace linda pareja con...-

—No digas conmigo Rocío.

—No, contigo no, me refiero que hace linda pareja con Yamil.

—¿Qué?.

—Me gustaría verlos juntos, sería muy lindo.

—¿Y ese lado pervertido que tienes Rocío?.

—¿Y dime, quien sería el pasivo?.

—Yo creo que Yamil lo sería.

Isabella se ríe ante la respuesta a su pregunta.

—Basta ustedes dos.

—Perdón, siempre tuve esa imagen, ¿Joaquín encarando a Yamil, no piensan que él será gay? Porque rechazó a casi todas en el colegio.

—No es por eso.

—¿Y tú como sabes Isabella? ¿Acaso ustedes tienen algo más serio a escondidas?.

—N-No es eso tonta, es que nos conocemos desde que nacimos

—¿Eh? ¡Impactada! ¿Qué otros secretos guardas?.

—No hace falta que digas tu expresión, no importa, no hablemos de ese idiota que no vale la pena.

—¿Entre tú y Carla quien sería la pasiva?.

—Basta con tus fantasías pervertidas Rocío.

Joaquín estaba aturdido por las molestas palabras de Yamil, él no dejaba de repetirlas una y otra vez.

—Tienes que acompañarme.

—No voy a hacerlo.

—¿Por qué? No te cuesta nada, yo me vestí de mujer para que pudieras espiar a Isabella, quiero ese favor de vuelta.

—Bueno, me vestiré de mujer también.

—No es así.

—Es lo mismo que hiciste.

—Necesito que uses tu belleza, ella irá si solo vas tú.

—No voy a salir en una cita doble.

—Hazlo por mí.

—No.

—Me gusta su amiga, si no vas la otra no va a querer salir, solo sé encantador para yo poder tener una oportunidad con ella, por favor.

—¡Está bien! Ya deja de molestarme.

—Gracias, amigo, es este sábado, te mando después donde nos vamos a juntar.

Yamil se vuelve a su curso y él apresura sus pasos para tener tiempo de ver a Isabella aunque sea un momento, pero llega a contar cinco pasos y el timbre suena para volver a su curso, se rinde ante ese sonido y regresa maldiciendo a Yamil por hacerle perder el tiempo. Isabella luego de hacer gimnasia se vuelve para bañarse e irse a casa con sus amigas, pero en ese trayecto se topa con Juan quien la estaba esperando.

—¿Podemos hablar?.

—¿J-J-Juan, tiene que ser ya?.

—¿Por qué?.

—Porque estoy toda transpirada y vestida así.

—Te espero, no tengo ningún problema.

—Puedes irte si quieres y hablamos mañana.

—Necesito que sea ahora.

Ella se va del lugar para refrescarse y sacar toda la evidencia de su trabajo, cuando termina sale y se va hacia donde lo había visto a él para que hablaran, al llegar se lo encontró aún esperando.

—Perdón por hacerte esperar.

—Está bien, no hay problema.

—¿De qué querías hablar?.

—Lo que pasó en nuestra cita, perdón por todo lo que dije, no pienso esas cosas, es que... Te voy a decir la verdad, me dio vergüenza que me vieran contigo, sé que suena cruel, pero quiero decir la verdad, tenía miedo de que hablaran de mí en el colegio, yo sí quise salir contigo porque me gusta tu forma de ser y me gustaría tener algo serio contigo...

—Pero no soy atractiva, lo sé, estoy acostumbrada a estas cosas, a muchos le gusta mi personalidad, pero no tengo belleza, estoy conforme conmigo misma.

—No quise decir esas cosas...

—Pero las creíste.

—No eres fea, solo te vistes mal, me gustan tus ojos de color miel y tu pelo castaño.

—Que cursi.

—Perdón por ponerte incómoda.

—Está bien, me gustaron tus palabras.

—Sé que soy un tonto por lo que dije esa tarde y me siento aún más tonto por quedarme callado, espero que algún día me des una oportunidad, yo no me quiero dar por vencido, no quiero decir nada más, sé que aún estás enojada y dolida conmigo.

Ella se pone de pie para irse.

—¿Aún podemos ser amigos, hasta que se me pase el enojo?.

—Me gustaría tenerte más cerca, pero me conformo con esto.

Ella se despide y se va del lugar, un chico que al parecer es compañero de él se acerca.

—¿Aún no te das por vencido?.

—¿Joaquín gusta de ella, no? Eso me basta, voy a quitarle todo, como lo hizo conmigo, voy a robarle la chica que le gusta y dejarlo destrozado.

—Que cruel.

—Él me hizo lo mismo, se merece esto y más, voy a ganar dos veces, doble premio para mí, el corazón de ella y la cara de perdedor de él.

—¿Estás diciendo que en verdad te gusta?.

—Si, me gusta en serio, por eso ganaría dos veces.

Yamil caminaba feliz hacia su casa, ya que Joaquín había aceptado su trato, saldría con la chica que le gusta en una cita doble, a los lejos ve a una muchacha que caminaba con dos bolsas grandes cargadas en la mano, hace unos pasos y se le cae una bolsa al suelo y se termina abriendo, las papas salen de la bolsa desparramadas, ella posa la otra que cargaba en una pared para poder alzar las demás, Yamil llega y la ayuda a juntarlas, tenía esa idea de que él no le agradaba mucho a esa chica, una vez que terminaron de juntarlas alza la bolsa.

—No te preocupes yo te llevo esta.

—No me robes ninguna papa.

—No te preocupes, por más fuerte que seas no debes hacer fuerza de más.

—Yo puedo sola.




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