Dentro De La Máscara de Papel.

Siete Segundos. Parte. ‐ 3.

Isabella estaba junto a Rocío y Carla hablando afuera del shopping, estaban debatiendo sobre lo que pasó con Joaquín, trataban de que los sentimientos de Isabellano se vieran afectados, pero todo esto se ve interrumpido ya que las tres se asustan al oír una voz que se les hacia bastante familiar.

—¿Terminaste con tu espionaje?.

—¿Que haces ahí? ¿Cómo me encontraste? ¿Acaso me pusiste un chip Joaquín? ¡Además yo no te estaba espiando! Para que quisiera hacer eso, no te sientas tan importante bobo.

—Perdon, es que eran muy obvias.

—Les dije que era mala idea espiarlo, ustedes nunca me escuchan chicas.

—Cállate Rocío que fue tu idea hacer eso.

—¿Ya terminaste tu cita con Rapunzel Joaquín?.

—¿Rapunzel?.

—Ella tiene el pelo muy largo, por eso el apodo.

—¿Esto lo tuviste pensando todo el día?.

—¿Te piensas que yo no tengo tiempo? Tengo una vida también, no la invierto únicamente en ti.

—Nosotras nos vamos Isa.

—¿Que? No me dejen sola, ustedes iban a acompañarme hasta mi casa.

—Joaquin puede hacerlo, bye.

Ellas dos se van del lugar dejando a solas a ambos, Isabella se sentía incómoda, los nervios la traicionaban ya que su cabeza estallaba de ideas de todo lovque vio ese día, tratabaxa grandes fuerzas dejar su mente en blanco, así se le hacía más fácil fingir que no pasaba nada.

—¿Y este silencio tan incómodo?.

—Lo volviste más incómodo ahora que hablaste bobo.

—Me aburro estando aquí.

—No me importa. Lárgate so estas aburrido.

—¿Hey, tenes hambre? Te invito a comer pizza.

Ella se asusta ante las palabras de él que se había puesto muy cerca, esto hace que ella se sienta aun más nerviosa de lo que ya estaba.

—No me asuste así.

—¿Solo te hice una pregunta o prefieres que te hablé más suave?.

Él le vuelve hacer la misma pregunta hablándole al oído, esto hace que sienta cosquillas y se aleja de él, mientras aparece una emoción totalmente desconocida para ella, su boca estaba seca.

—No, no tengo hambre.

Al terminar de hablar su estómago gruñe por el hambre y esto hace que Joaquín largué una risa haciéndole sentir vergüenza.Joaquín e Isabella llegan a una pizzería, toaman asiento y piden dos acompañado de una cerveza.

—Tu no puedés tomar, eres menor.

—¿De que estas hablando Isabel? Soy un año menor que tu nada más.

—Es Isabella, aprendete mi nombre de una vez, parezco estúpida corrigiendote cada vez que pronuncias mi nombre.Tu tienes diecisiete años, está botella me pertenece.

Cuando llega la pieza comienzan a comer mientras comparten sus pensamientos.

—Esto es como una cita, nuestra primera cita ¿No es lindo?.

—Hey, hey, hey, esto no es una cita, solo ayudaste a una chica que pasaba hambre, nada más.

—Yo me lo voy a tomar como nuestra primera cita.

—Puedés hacer lo que quie...-

Ella se calla al ver que Joaquín le había tomado como cinco fotos mientras comía.

—¡Borralas!. ¡Ahora!

—¿No, por que? Es mi teléfono, además me gusta como sales.

—Lo haces para después burlarte de mi.

—Es un recuerdo de nuestra primera cita.

—Que no es nuestra primera cita tonto.

Luego de hablar por varios minutos deciden irse sastifechos.

—¿Cuanto es?. Listo.

Él saca el dinero de su billetera e intenta pagar, pero la mano de Isabella se interpone.

—Espera, paguemos a medias, mitad y mitad.

—En tu estado de ebriedad no creo que estés en condiciones de opinar sobre esto.

—Cállate, si yo pago esto no se convierte en una cita. Además soy más grande que tu, así que hazme caso.

—Seguira siendo una cita por más que hagas eso.

—Entonces pago para no deberte nada nunca.

—¿Por que cambias de idea tan rápido?.

—No te importa, es mi vida. Nadie te pregunto.

—Okay, vamos a pagar a medias.

Ambos pagan la cuentan y se van, Joaquín la lleva abrazado para que no se cayera.

—¿Contenta?.

—Corazon lleno, estomago contento.

—Asi no se dice, es al revés.

—¿No importa, lo entendiste?.

—Si.

—Entonces no quieras cambiar las cosas niño intelectual, además, ¿Qué carajos haces agarrándome? ¿No tuviste suficiente con abrazar a Rapunzel?.

—Si no lo hago te vas a caer.

—Sueltame, no me toques con las mismas manos que tocaste a esa chica, yo puedo sola.

Él la suelta, ella intenta caminar pero se tambalea, sentía que el piso se movía hacia los costados y su cabeza daba vueltas, sus sentidos de orientación le fllaban.

—¿Por que me dejas caminar sola en mi estado bobo?.

—Tu me lo pediste.

—No quieras contradecirme, solo te da vergüenza que te vean conmigo es muy cruel de tu parte.

Caminan hasta llegar a una plaza en pleno centro, ahí es donde se sientan para descansar.

—Me hiciste caminar un montón de cuadras tonto, estoy muerta de cansancio, me arden los pies, casi se ne desgastan las suelas de mis zapatos.

—Solo hay tres cuadras desde la pizzería hasta aquí.

—Entonces me hiciste caminar en vueltas para tenerme más tiempo a tu lado.

—Vinimos directo hasta aquí.

—No tienes prueba de eso.

Ella comienza a tocar la cara de él con los dedos mientras no dejaba de sonreírle como si planeara algo, él estaba nervioso por tenerla cerca, su corazón iba a mil, trataba de pensar con claridad así no se dejaballevar por el momento.

—¿Tienes una piel muy suave, usas cremas?.

—No.

—No mientas, ¿Como carajos haces para tener la piel así?.

—Solo me baño con jabón la cara y uso algo que me da mi madre.

—¿Que? ¿Presumiendo tu belleza? A nadie le importa como cuidas tu cutis señor niño perfecto ilegal.

—Tu me preguntaste.

—Ahora que te veo de cerca, te pusiste muy lindo, ¿Cuando fue que cambiaste así? Ahora hasta tienes barba.

Ella le tira los pelos de la barba con cuidado, pero aún así le dolía y le molestaba esa sensación.




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