Dentro De La Máscara de Papel.

Ocho Metros. Parte. – 2.

Isabella estaba en el colegio en la hora de gimnasia, estaban jugando al fútbol, su mente estaba muy distraída, no podía concentrarse en el momento en el que estaba viviendo, le costaba horrores coordinar su vista con su mente, enojada por su situación aprovecha una jugada que se venía hacia ella e intenta sacarse toda la ira acomulada pateando la pelota con todas sus fuerzas hacia el lateral de la cancha, que en ese preciso momento estaban calentando los chicos, esa pelota termina estampandose en el rostro de Joaquín haciendo que se caiga seco en el suelo, los gritos no ayudaron a los débiles reflejos que tenía, toda la gente al rededor se asusta al ver como le pegó, Isabella de inmediato se acerca a él, se sienta al costado y comienza a tocarle la cara, Joaquín de apoco comienza a abrir los ojos y ve a Isabella de siete años con una sonrisa enorme, su vista se va aclarando y va tomando la forma que en verdad tiene ahora, ella no soporta y comienza a reír a carcajadas por el momento, Joaquín se contagia de su gracia y ambos se reían mientras los demás los miraban desentendidos.Joaquín estaba limpiándose la cara, mientras el agua se iba tornado de rojo debido a la sangre que salía, cierra el pico y antes de secarse con la remera ve que alguien le alcanzaba una toalla, luego de secarse y que su vista rápidamente se acostumbre de nuevo nota que era Isabella.

—¿Estas bien?.

—No te preocupes, no pasa nada, solo me sangró por unos minutos.

Ella estaba apoyada en el lavamanos, mirando el suelo, jugaba con su pie haciéndolo girar en la tierra mientras buscaba inspiración y se deshacía del orgullo.

—P-P-Perdon, por lo de hace un rato, no quise pegarte.

—No te preocupes, esto mismo paso hace como ocho años creo, esa tarde también me pegaste un pelotazo en el rostro.

—Fue muy parecido a lo que pasó hoy.

—Emcima te reiste hoy y hace ocho años también.

—Es que me causo mucha gracia.

Gracias a las palabras de él la situación , al igual que el estado emocional de Isabella se trabquilizan.

—¿Joaquín puedo preguntarte algo?.

—¿Si, que es?.

¿La otra noche, exactamente qué pasó?.

—¿A que te refieres? No entiendo.

—No te hagas el tonto conmigo, sabes perfectamente a lo que me refiero.

—Te juro que no tengo idea a qué te refieres, no paso nada extraño.

—¿Esa noche nos besamos?.

Ella se sonrojo al oír las palabras que salieron de ella misma, poniéndo más incómoda la situación. Joawuin la obserbava como si no estuvieran hablando el mismo idioma

—¿Podrias solo responder?.

—No, no nos besamos, que yo recuerde no pasó nada, estoy más que seguro que no, yo tampoco no recuerdo mucho lo que paso esa anoche.

—Gracias, creí había pasado algo, me pongo algo tonta cuando bebo.

—¿Estas decepcionada de que no pasó nada entre nosotros?.

—¡Cállate! ¿Por que iba a estarlo?.

—¿Acaso querías que algo pasará?.

—¿Hasta cuando con tus preguntas?.

—Bien, bien, no te pregunto más, solo con mirarte me doy cuenta.

—Eres idiota, no puedés pensar bien¿Ya estás mejor?.

—Si, aún me duele, pero puedo soportarlo.

—Me voy a cambiar y vamos.

—Te estaré esperando en la entrada.

Le dice mientras lanza una sonrisa a su vista que hace que se sonroje al ver esa expresión tan linda.

—B-B-Bueno.

Al darse la vuelta estando escondida de la mirada de él puede largar esa sonrisa que tanto le estaba costando suprimirla.

Alex M. Martínez.




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