Dentro del Árbol

Árbol sin interés

Una luz que nunca se ha apagado brilla en este árbol, lo toco, lo huelo lo veo y no importa cuánto tiempo lo analizo no entiendo por qué brilla. La verdad es que nadie lo entiende, comenzó a brillar hace apenas 3 meses, el primer mes fue la noticia del mundo, el segundo mes los investigadores dieron todo de si para entenderlo, y ahora el tercer mes, todos perdieron interés en él. Me parece extraño que nadie se vuelva a interesar, 3 meses son muy poco tiempo para decir que algo ya no vale la pena, pero como ya nadie ronda este sitio supongo que los investigadores llegaron a esa conclusión, o simplemente el enigma de que hace a este extraño, pero bello tronco lograr su luminiscencia simplemente no tiene explicación.

En estos 3 meses no he hecho otra cosa más que ir a trabajar y al salir regreso a este sitio a observar este árbol, quisiera comprender sus secretos, pero no conozco tanto de biología o cualquier otra ciencia que pueda explicar lo que sucede allí dentro.

  • Otra vez aquí, ¿Alexis? – Esa voz es familiar, ¿Cómo no iba a serlo?
  • Hola Mauricio. – Estaba sentado frente al árbol, apenas separado unos cuantos pasos, me levanté y extendí la mano para saludarle.
  • Ya todos vimos el misterioso árbol, ya muchos lo investigaron, todos se fueron y, aun así. Sigues aquí. – Comentó con sarcasmo Mauricio.
  • ¿No te parece extraño? – Pregunté sin mirarle a los ojos, y sin apartar la mirada del árbol.
  • ¿Qué cosa?, ¿Tu afición por esta cosa? - Rio levemente. – Sin duda alguna lo es.
  • ¡No! – Giré mi cabeza y le di un golpe en el hombro. - ¡Obviamente eso no!, El hecho de que haya aparecido, aquí.
  • El árbol ya estaba aquí. – Comento entre risas nuevamente.
  • Si, ya se. Pero la luz no estaba, o ¿acaso ves muchos árboles que funcionen como lámparas con energía infinita? – Regresé la mirada al árbol y después volví a sentarme donde estaba antes.
  • Si se puede. Un encendedor puede hacer la magia. – Contestó rápidamente.
  • Si, pero la luz no duraría infinitamente. Hasta para tus chismes malos sigues siendo un enorme bobo. – Repliqué nuevamente sin voltear a verlo.
  • Uno de los 2 debe tener sentido del humor mi estimado, cara de nalga. – Esta vez rio más fuerte.

Después solo agito la mano y camino hacia el pueblo, parece que solo lo habían mandado para ver si estaba bien, después de todo paso muchas horas en este sitio. Todos los días intento acercarme al árbol y asomarme por la abertura de su tronco y mirar la luz más de cerca, pero cuando estoy muy cerca, casi tocándolo el miedo invade mi cabeza y no me queda de otra más que alejarme, hoy no fue la excepción, me acerque tanto como pude casi pude sentir el tacto y la aspereza de su grueso tronco pero antes de que fuera real en mi cabeza hubo un estímulo muy fuerte que me hizo retroceder, nunca me ha pasado algo con este árbol, nunca ha hecho algo, nunca ha sucedido la más mínima cosa que me haga pensar que puede ser peligroso, incluso hay bichos que se acercan, se meten en el tronco y salen después como si nada hubiera pasado, lo he visto, muchas veces y aun así no puedo acercarme yo, es hasta tonto sentir envidia de un bicho que tiene la confianza de hacer las cosas sin temor a que algo vaya a sucederle, quizás no lo entiende o quizás simplemente no le interesa.

Al hacerme hacia atrás de miedo tropecé con una pequeña pero fuerte raíz de ese mismo árbol y caí al suelo, me golpee la cabeza y la luz se apago momentáneamente, fue un golpe bastante duro; desperté por la mañana y lo primero que vi fue a varios del pueblo incluidos mis padres dándome primeros auxilios, mi cabeza se sentía caliente y no podía escuchar bien, el golpe fue mucho más duro de lo que pensé en un principio.

  • …- Veía a mi madre mover los labios, pero no podía escuchar que decía, tampoco podía enfocarlos para intentar leerlos.
  • Estoy bien. – Dije, o intenté decir, no sé si pude lograrlo.
  • … - Ahora mi padre decía cosas y por los movimientos de sus manos se veía realmente preocupado, siempre fue un hombre serio que no hablaba mas de la cuenta, pero ahora no para de hablar y de moverse o movilizar a los demás.

Giré la cabeza y de entre la gente apareció el doctor del pueblo, traía consigo algunos medicamentos los cuales me dio a tomar de inmediato, acerco su oreja a mi pecho, hablo con mis padres unos segundos y después dio indicaciones para que me pusieran en el suelo lo mas recto posible y que mi cabeza no estuviera apoyada contra nada, tras realizar un examen sobre mi estado el rostro del doctor y de los remas habitantes comenzó a relajarse y no mucho tiempo después los medicamentos comenzaron a hacer efecto, podía escuchar más claramente y empecé a moverme un poco más.

  • Mamá, papá. – Dije tan alto como pude.
  • ¡Alexis! – Gritó mi madre y se abalanzo sobre mi completamente en llanto, supongo que pensó lo peor.
  • ¿Cómo te sientes ahora? – Pregunto mi padre con esa clásica voz seria.
  • Creo… - Intente decir lentamente pues mi mandíbula no se movía fácilmente. – Estaré bien, ¿Qué dijo el médico?
  • No te preocupes por eso. No sucedió algo grave, además de que la ayuda llego a tiempo. – Mi padre al ver que ya me encontraba mejor se levantó dijo a mi mama que lo mantuviera al tanto y se retiró del lugar.

De esta forma pareciera que mi padre no siente cariño por mí, sin embargo, sé que no es así, el hecho de que haya sido la primera persona que vi, me hace saber lo mucho que se preocupa, aunque a su manera.



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En el texto hay: magia, mundos alternos, aventuras romances

Editado: 21.11.2024

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