Descifrando a Mr. Phoenix (en Edición)

Capítulo 0010 - El perdido Evan Phoenix

El descenso del ascensor se hizo eterno y entre nosotros había un silencio incómodo. Yo no conocía nada de él, ni él sabía nada de mí. Pero el señor Evan Phoenix insistía en que debía ir con él para cumplir la voluntad de su padre.

—Escuche, sea lo que sea, creo que lo mejor será dejarlo para el día de mañana. Yo creo que debo regresar al trabajo y dejarle saber a todos lo ocurrido —señalé dolida—. Si necesita hablar conmigo de algo, cíteme, y gustosa iré.

Phoenix se recostó de la pared, me observó detenidamente con sus ojos entrecerrados y negó con la cabeza.

—Haremos lo que hay que hacer, y luego irá al trabajo si es lo que desea —estableció—. Pero si quiere conservar su empleo, deberá comenzar a seguir ordenes. —No era oficialmente el CEO de la compañía y ya parecía capaz de tener algún control sobre mí.

—No estamos en la oficina, —protesté mientras observaba el número de la pequeña pantalla del ascensor y estos bajaban más lentos que nunca.

—Pero estamos en horas laborables, y, repito, si usted quiere conservar su empleo, debería escucharme desde ahora. Le conviene dejar una buena impresión —dijo y mantenía sus ojos clavados en mí, como en todo momento.

Mordí el labio inferior y nunca había deseado tanto huir de alguien como de ese hombre que hasta en un momento que debía ser difícil para él, era un imbécil.

—Su padre acaba de morir y parece no importarle. Me habla como si todo fuera un negocio, hasta su propia muerte. El pobre fallece y todo lo que usted piensa es en su futuro puesto —dije ligeramente exaltada.

—No, de hecho, solo estoy usando mi futura posición de poder para persuadirla a ir conmigo. —Sus ojos se achicaron y movió ligeramente sus labios, algo que pude dejar pasar como una sonrisa.

—Supongo porque sabe que no puedo decir que no, ¿verdad?

—Correcto. Pero créame, es importante —insistió.

Finalmente el ascensor llegó al primer piso, pero al abrirse las puertas, fue Evan quien se dispuso a impulsar mi silla, pero me le adelanté alejándome de él lo más rápido que pude.

—Estoy bien, no hace falta, yo puedo sola —señalé y él, sin decir nada, se me adelantó con la intención de guiarme hasta su auto.

 

༺ ༻

 

Cuando nos detuvimos al frente de su automóvil, permanecí paralizada, puesto a que no sabía como proceder realmente para entrar, pero no le iba a pedir ayuda. El señor Phoenix abrió y sin ningún tipo de asistencia me sostuve de la puerta hasta poder entrar.

—Veo que es bastante autosuficiente a pesar de su limitación, verdaderamente podía hacerlo sola —notó interesado cerrando la puerta y entrando al auto.

Al mirar a mi lado, me percaté que el muy descarado había dejado la silla afuera, dándome a entender que por más independiente que fuera eventualmente terminaría pidiendo ayuda.

—Oye, pero, ¿y la silla? —cuestioné alterada con el corazón casi saliéndose de mi pecho—. ¿Acaso está loco? No puede dejarla ahí tirada.

—Usted no deseaba ayuda así que... —Sin terminar su línea de pensamiento bajó del auto para poner las cosas en su sitio.

Yo me decidí a hablarle a los compañeros, para que se fueran preparando mentalmente para el posible nuevo jefe que tendrían.

BECCA

El jefe murió y su posible remplazo será un canalla de primera, se los aseguro. NO LO SOPORTO. ¡Ya me está dando ordenes!

HELENA

¿Qué te hizo?

ESTEBAN

Voy a encender velas y pedirle a Dios que nos deje a Duncan como encargado.

BECCA

Este hombre no está bien de la cabeza. No le interesa nada, su padre acaba de morir y solo se burla de mí. Insistió tanto que ahora estoy en su auto y vamos a quien sabe donde.

ESTEBAN

Baja de ahí, ¿y si es un loco?

BECCA

¿Y qué quieres que me arroje del auto en marcha? ¡Y qué después de paso pierda el trabajo!

ANA

Tienes la tarde libre y la oportunidad de ganarte la simpatía del nuevo jefe. Quizá te conviene, además, no te quejes, estaba súper guapo.

BECCA

Dijo que fuera con él porque está cumpliendo la voluntad de su padre.

ESTEBAN

No confías en él, no lo conoces y es un pesado, lo sé. Pero si el señor Phoenix dejó algo como su voluntad y que está relacionado contigo, deberías ver qué es, al menos por William. Él era como un padre para ti.

 

Esteban con su último mensaje hizo que las lágrimas hicieran presencia una vez más. Pues era cierto, el señor William era el padre que no tuve.

Él era peculiar, día a día en la oficina me hablaba como si fuera un amigo más. Me llevaba muchas veces algo de comer, o me llevaba a comer. En festividades, generalmente en Navidad, iba a casa a cenar asado, con la excusa de que no le gustaba lo elegante, solo el calor de una familia sin mucha extravagancia. Recordar eso abrió una herida grande en mí, pues me hizo comprender algo, el señor William, a pesar de tener un hijo estaba solo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.