Descifrando a Mr. Phoenix (en Edición)

Capítulo 11001 - La ruta a la confusión

MADDOX HUNTER 

 

Con el comentario de Phoenix, me percaté que el caballero a pesar de que actuaba como un tipo distraído y ajeno a todo, tenía un extraño sentido del humor, al menos perfecto para joderme la vida. 

El móvil sonaba y tenía a Esteban con sus ojos tan abiertos como un pescado tratando de comprender. 

—Es mi prima —anuncié—. Ya le llamaré en otro momento. —El semblante de Esteban se relajó, sin embargo, el señor Phoenix intervino.

—Una llamada a estas horas de la noche puede ser algo importante, debería responder —sugirió y sin agregar más, Esteban le dio la razón. 

—Hazlo, nunca se sabe. —No sabía si simplemente se hacía el tonto o se había unido a Phoenix para desenmascararme. 

—Estamos buscando a la chica, creo que es más importante. 

—Por favor —insistió. 

Sin más, respondí en modo privado y no activé la visión holográfica. 

—Cuéntame, prima, ¿qué ocurre? —pregunté tan pronto respondí a su llamado. 

Sin dejarme apenas terminar, habló de manera inmediata.

—¿Él está contigo? 

—No, no sé dónde está tu perro —respondí, refiriéndome a Duncan, hablando en clave, aunque bastante apegado a la realidad, él solo era un perro de esta mujer. 

—Él estaba actuando de manera extraña, luego no he sabido nada más durante el resto del día y la noche. ¿Le habrá pasado algo? ¿Podrías ir a su casa y ver? —preguntó y sorpresivamente sonaba preocupada por él. 

—No lo sé y ahora no puedo hacer nada por ti, estoy ocupado en un asunto más importante —le expliqué, mientras miraba de reojo a Esteban, quien miraba hacia la calle—. Pero si das con él me dejas saber, y si lo encuentras acompañado, mucho mejor. 

—¿Ha pasado algo?

—Eventualmente lo hablaremos pero ahora no puedo, buenas noches —insistí una vez más y colgué, pero con nueva información. Tampoco se sabía del perro de Duncan Morris.

—¿Todo bien? —preguntó Esteban.

—Nada importante, a mi prima se le perdió el perro —le mentí, de nuevo. 

 

°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•


 

Esteban, que había logrado calmarse, al cabo de un rato tenía su codo recostado al marco de la ventana mientras se comía las uñas. Yo, bueno, yo seguía conduciendo mientras apretaba el cigarrillo con los dientes, y preguntándome por qué el mamarracho de Duncan Morris tampoco había respondido mi último mensaje y Helena preguntaba por él.

—Llama al señor Morris —dijo el señor Phoenix de la nada, casi como si me hubiera leído el pensamiento. 

—¿Ah? —«Mierda, abrí la boca». Casi había olvidado que no debía conocer de él. Esteban por otro lado, automáticamente le marcó para llamarle. Sin embargo, no respondía. 

Observé el reflejo del espejo y noté que Phoenix murmuró algo apenas inaudible. Pero fue Esteban quien se atrevió a abrir la boca. 

—¿Qué tal si Duncan tiene que ver con esto? —soltó sin vergüenza—. Tendría sentido, ¿no? Becca nunca ha confiado en él, y obviamente el supuesto Gato tiene algo en contra de William. ¿Y quién estaba molesto con William? Él. 

Sonreí y observé de nuevo a Phoenix en el reflejo quien frunció el entrecejo ligeramente. 

Tras nuestro silencio, Esteban volvió a llamarle y al no obtener respuesta volvió a abrir la boca:

—Solo decía. Me parece raro no saber de él, no lo sé —habló solo, en respuesta al silencio de Phoenix, quien solo le contestó:

—No, el señor Morris no es tan inteligente —dijo y volvió la vista a la ventana. 

Sonreí de nuevo, pues yo había pensado lo mismo. Tratábamos con un tipo inteligente, no un idiota como aquel. Estábamos lidiando con alguien que iba al nivel de discreción e inteligencia que el mismísimo Phoenix.  




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.