Prólogo

"Al mirar nuestro alrededor, no solo vemos paisajes, sino también caras que llamamos amigos con solo compartir un rato, enemigos con solo un cruce de miradas, y pocos a quienes confiamos por completo"

—¿Puede un simple malentendido llevar a alguien a cometer una locura?

¿Es posible?

La respuesta es sí.

Todo puede pasar, incluso cuando pensamos en la vida, esa vida llena de momentos malos y buenos, esta vida que en cualquier momento se quiebra trayendo consigo pérdidas.

En el silencio de la oscuridad y los escombros ilumimados por la luz de la luna se oyen unos pasos rápidos desplazarse, el ecenario ideal para llevar a cabo un acto tan feroz, horrible e intenso como lo es un asesinato, pero Julián no se esperaba eso, ¿Se lo habrá buscado? La pregunta se repite como un eco en su mente, ¿Habrá hecho algo para que la muerte lo acechara derrepenté?

—¿Eso es todo lo que tienés? —exclamó con voz cortada. —¿Cuánto tiempo más me tendrás aquí? Si matarme es lo que querias ¡Hazlo ya!

—Ah, es verdad, por eso te traje aquí... creo que se me olvidó, pero como ya me lo recordaste... —dijo soltando algunas carcajadas.

—¡Púdreté!

—¿Y no crees que te pudriras tú primero? Los cadaveres se descompones muy rápido.

Julián se retorció en el suelo y empezó a escupir sangre de su boca.

—Cómo dije, te pudríras tu solito.

—Dame una razón de esto ¿Por qué lo haces? —pregunta Julián levantando con mucha difilcultad la cabeza para miralo fijamente, sus ojos reflejan tanto desafio como vulnerabilidad.

—¡Claro! te la daré, es bastante sencilla. —exclamó el asesino levantándose con una calma tensa.

Sacó lo que parecia ser un papel doblado de su bolsillo.

—La traición no fue hecha para perdonar ¿Lo sabias?

...