Descubriendo el Amor

CAPÍTULO 7: Helado de Caramelo

Al terminar la clase me despedí de las chicas para salir por el famoso helado con Harry.

—¿Nos vamos preciosa? —dijo tocando mi brazo.

—¿Preciosa? —pregunté confundida, pues nunca me había llamado así.

—Lo eres, Bonnie —interrumpió Niall—. ¿Saldrás con Harry?

—Eres muy dulce, Niall.  Pues sí, creo que quiere empezar con su nueva tarea bastante pronto —asintió e hizo una mueca que parecía ser de disgusto.

—Sí, así que mueve esos piesitos rubiecito, nos bloqueas la salida —Harry le sacudió el cabello.

—Cuídate de este tonto, Bonnie. —Niall le dio un par de golpes en el pecho a Harry.

—Descuida, sé cuidarme muy bien. Nos vemos pronto, Niall —me despedí del rubio.

—Ten cuidado, no quiero que te secuestren, eres muy sexy para andar solo por las calles —gritó Harry mientras reía. 

El rubio respondió algo que no logramos entender mientras se alejaba.

Nos dirigimos hacia el estacionamiento. Cada uno arrancó sus autos y me dediqué a seguir a Harry hasta la heladería que, en realidad, no estaba muy lejos del campus. Sin embargo, no conocía el camino a ella.

—Al fin llegamos preciosa, ¿qué deseas ordenar? Pide lo que quieras. —Harry hablaba emocionado mientras abría la puerta del establecimiento y me dejaba entrar primero.

—Veamos. —Leí el menú de sabores que estaba pegado en la pared detrás del mostrador—. Quiero uno sencillo de caramelo con cubierta de chocolate y galleta.— Sonreí amablemente.

—Buena elección. —Harry se dirigió a la chica que nos atendía—. Queremos dos helados sencillos de caramelo con cubierta de chocolate y galleta.

—¿Por qué has pedido lo mismo que yo? —Lo miré extrañada por su elección.

—Porque quiero saborear tus gustos, es parte de conocerte —dijo levantando sus cejas y sonriendo ampliamente.

—Estás loco, Styles —Reí ante su expresión, se veía muy gracioso y tierno.

—Aquí tienen, que los disfruten. —La chica nos entregó nuestra orden.

 

Agradecimos y nos dirigimos a una de las mesas del lugar que tenía espacio únicamente para dos personas.

 

—Así que, escribirás una canción sobre ti, ¿no? —habló mientras reía y comía un poco del chocolate de su helado.

—Sí, Styles, ¡Eres un tontito! ¿Por qué lo hiciste?

—No lo sé, creo que en ese preciso momento me pareció una manera interesante de conocerte.

—Debo reconocer que estás en lo cierto, es una manera creativa, diría yo, de hacerlo.

—Oye, ¿y tus padres?

— En mi país.

—Es decir que vives sola acá. —Abrió sus ojos muy grandes en señal de asombro.

—No, claro que no. Erika, Gissele y yo vivimos juntas. ¿Acaso no lo sabías? —pregunté.

—La verdad es que, no hemos hablado de esos detalles. Suponía que vivían cerca y por eso las veía irse juntas algunas veces. Eso resulta más interesante aún.

—Sí, es genial vivir con ellas, y tú vives con tu madre, ¿cierto?

—Sí, y mi hermana mayor Gemma.

—¿En serio tienes una hermana? Tampoco lo sabía

—Si tengo una, cuatro años mayor que yo. ¿Y tú?, ¿tienes hermanos o hermanas?

— No, soy hija única. —Mi tono de voz fue como el de una niña chiquita y haciendo un puchero.

—¡Ternurita! —me apretó suavemente una mejilla— ¡Espera! Es decir, que dejaste a tu novio al otro lado del mundo. —Su rostro se tornó un poco serio.

—¿El novio de quién? —Lo mire confundida.

—Pues el tuyo, ¿de quién más?.

—Oh no, yo no tengo novio. —Arrugué mi nariz.

—Me parece excelente entonces. —Sonrió—. ¿Es por eso que saliste conmigo sin ninguna presión?

—¡No, claro que no! Acepté salir contigo porque quería comida ¡gratis! —contesté mordisqueando el cono de galleta que habían colocado sobre el vaso.

—Qué buena jugada, Bonnie. Hablando de comida gratis entonces, ¿por qué no vamos a cenar?

—Interesante —Puse mi mejor gesto de análisis situacional—. Comida gratis, excelente idea. ¡Acepto!

—¡Por Dios! El interés rebalsa por tu pancita. Di que sí.

—¡Es gratis! Es obvio que estaré interesada siempre. —Reí—. Acepto, pero ¿te parece mejor el fin de semana?

—Sí, claro que sí, anota en tu apretada agenda una cita con el guapo Styles.

—¿Guapo? ¡Pffff! ¡Por favor! 

Estas, pero guapísimo, mi amor—pensaba.

—Continuemos con esta entrevista, ¿perro o gato?

—Tortugas —respondí sin dudar.

—Debí haber preguntado mejor y no limitarlo a dos opciones. —Sonreía ante mi respuesta—. A mí me gustan mucho los perros, pero mi madre es alérgica a ellos, así que nunca he tenido uno.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.