Descubriendo el Amor

CAPÍTULO 12: París, Louis y Nervios

Desperté un poco desorientada por unos golpes en mi puerta.

—¡Bonnie! ¡Abre la puerta! ¡Despierta! —Era Gissele.

Me levanté, un poco asustada, pensé que algo pasaba, así que, abrí la puerta.

—Perdón, olvidé que aseguré la puerta ayer, ¿qué pasa? —pregunté frotando mis ojos, y enseguida se abalanzó hacia mí.

—Ve a ducharte, cámbiate, que debemos salir, baja a almorzar, ¡pero rápido!, luego te explico —Salió corriendo hacia abajo

Hice lo que ella dijo, me duché, me cambié y me puse mi nuevo collar, era lindo, en serio me encanta demasiado.

No entiendo qué es lo que tiene a Gissele tan alterada, bajé rápido y ella ya estaba sirviendo el almuerzo.

—Listo chicas, a comer.

—Gracias, Giss, pero aún no entiendo, ¿tú por qué estás tan arreglada? —Estaba confundida.

—Porque ayer, luego de que tú te fueras con Harry, Liam vino a ver a Gissele.

—¿Y? —dije, pues la verdad eso no respondía a mi pregunta.

—Me voy a París por tres días con Liam —soltó mientras daba saltitos enfrente de la mesa donde almorzábamos y palmaditas pequeñas con una sonrisa que mostraba casi toda su dentadura.

—¿Qué? ¿Cómo es eso? ¿Paris? Me encanta esa noticia, pero por favor amiga explícame todo. —La acerqué para que se sentara junto a mí en la mesa.

—Sí, por eso te desperté, porque dentro de una hora debemos salir al aeropuerto y quería que tú me fueras a dejar en tu auto, Liam debe recoger unas cosas antes, tomará un taxi, le dije que te pediría a ti el favor —dicho eso, puso sus manos en el rostro, soltó una risita.

—Sigo sin entender lo que pasa acá —Mi confusión era más grande cada vez.

—Lo que sucedió es que, Nicola, su hermana, trabaja en una aerolínea y los vuelos a París para ella estaban casi regalados. Así que al escuchar esto, Liam le pidió de favor a su hermana que comprara dos boletos y pues, quiere aventurarse conmigo en la ciudad del amor.

—Bonnie, deberías haberla visto ayer, estaba casi llorando cuando Liam le dio su idea del viaje, hasta yo quería llorar. Por cierto, dormimos juntas porque estaba muerta de nervios, y le ayudé a hacer su maleta.

—¡Dios Mío! Salgo un par de horas y vean todo lo que me pierdo. Me hubiera encantado ver tu reacción. Y claro que yo te llevaré al aeropuerto, nena —Me acerqué para abrazarla—. Estoy muy feliz por ti, aunque sigo un poco en shock con todos estos sucesos repentinos, y la decisión apresurada.

Terminamos de almorzar, ayudamos a Gissele a completar su equipaje y revisar que todos sus papeles estuvieran en orden para el vuelo.

Me siento muy feliz por Gissele, es mi amiga, y le tomé mucho cariño en tan poco tiempo. Es muy extraño ver la forma en que nuestra amistad surgió y se fortaleció tan rápido, la confianza que nos brindó, la calidez de su compañía y el apoyo desinteresado que siempre nos da.

Me encanta ver que empieza una nueva etapa en su vida y que el amor ha llegado a su vida.

Subimos las maletas y conduje hasta el aeropuerto, Gissele estaba tan emocionada que no paró de hablar del viaje y de lo que quería hacer con Liam, caminatas, visitas, etc.

Al llegar al lugar, nos encontramos con Liam, quién había llegado minutos antes al aeropuerto y nos despedimos de ambos.

—Te extrañaremos, disfruta el viaje. —Erika abrazó a Gissele.

—Si, y queremos saber todo lo que sucede, por favor, envíanos fotos —Le di un fuerte abrazo.

—Muero de nervios, gracias niñas, las quiero muchísimo.

—Leeyum, cuida a nuestra amiga, por favor que no se caiga de la Torre Eiffel —suplicó Erika.

—Por supuesto que no dejaré que le pase algo malo, yo la cuidaré.

Nos despedimos de ambos, vimos cómo se alejaban, se dirigían a la línea de registro y acceso de la aerolínea. Cuando los perdimos de vista, salimos del sitio.

—Amiga, estaba tan emocionada con lo de Gissele, que olvidé preguntarte ¿cómo te fue ayer con Harry?.

—¡Fenomenal! Harry me llevó a un restaurante con una vista hermosa, tenía acceso a un lago artificial, con unas luces divinas. De hecho ahí me regaló este collar. —Se lo mostré sin quitar mi vista del camino.

—¡Amiga!, es muy lindo.

—Me encanta tanto. Harry es un amor. Me alegra tener un amigo como él.

—¿Amiga?, ¿estás segura de que no te gusta?

—Eri, tiene todo lo que una chica quisiera, pero no sé si es para mí, no creo que yo le guste de esa forma. Lo que sí es totalmente cierto, es que lo quiero y que somos muy buenos amigos.

—Yo sé, me alegra mucho que sean amigos.

En todo el camino, le conté todos los detalles de lo que sucedió. Al llegar a casa me dispuse a preparar la cena, ya eran las ocho de la noche y el viaje había sido un poco agotador. De pronto oímos el timbre en la puerta.

—Yo voy —Mi amiga se levantó y fue a abrir la puerta, unos minutos después regresó— Bonnie, es Zayn y quiere que salga a cenar con él, ¿puedo amiga? ¿Puedo? ¡Por favor!

—¿Por qué me pides permiso?

—Porque estás cocinando nuestra cena y no quiero que te enojes por dejarte sola.

—Erika, tenemos años de conocernos. ¿Cuándo me he enojado contigo por algo así? ¡Por Dios!, vé niña, sé feliz —Reí mientras le señalaba que se fuera—. Yo guardaré tu cena para mañana.

Erika daba saltitos de emoción mientras me llenaba de besos el rostro.

Terminé de preparar la cena y la llevé conmigo a la sala, prendí la televisión un rato y cuando terminé de cenar recordé que debía seguir escribiendo mi canción para la clase.

Subía a mi habitación, tomé mi guitarra y mi libreta, me senté en el piso y buscaba dentro de mi pequeña mentecita lo que exactamente quería escribir, la melodía, los tiempos, todo.

Dos horas después la tenía lista, fue muy rápido la verdad, y es que por ahí tenía algunas cosas escritas que me ayudaron a juntarlas y completarlas. Pero debía ensayar y dado que la melodía daba para muchos arreglos, tenía que intentarlo e incorporar un piano, algunos sonidos extras.




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