Descubriendo el Amor

CAPÍTULO 30: Eres hermosa y no lo sabes

BONNIE

— Julien les manda saludos — Gemma venía bajando las escaleras

Harry y yo apenas tres segundos antes nos habíamos separado de nuestro primer beso. Aún me temblaban las manos, y mis mejillas estaban ardiendo por lo recién ocurrido. Mi respiración y mis latidos se habían acelerado, este momento lo había esperado por tanto tiempo y recién acababa de suceder, aún me sentía en las nubes, fue perfecto.

Sus labios y los mios parecían que encajaban, que habían sido fabricados para encontrarse. No puedo explicar el nudo de emociones que dentro de mi pecho revoloteaban, si aún quedaban dudas de lo que Harry podría sentir por mí, justo en ese preciso instante en que nuestro labios se tocaron, todas ellas se disiparon.

— Traje algo para tí y tu madre — me levanté tratando de disimular lo que recién acababa de ocurrir — toma los que quieras, solo déjale un par a Anne.

— ¿ Y yo qué Bon? — Harry se quejó

— Tú ya tienes el tuyo Hazza — señalé el Lava Cake que seguía en la pequeña mesa.

— Tienes razón, aún no lo he probado — se giró y tomó el postre mientras llevaba la cuchara con una porción hacia su boca — ¡ Oh por Dios! Mi amor esto es una delicia — abrió sus ojos e hizo una pausa — ¡Bonnie! — corrigió —esto es una delicia, me encanta.

¿Acaso me acaba de decir mi amor? ¿Aún sigo viva? ¿Cómo se respira? Acabo de recibir el mejor beso de mi vida y ahora me dice mi amor, esto es demasiado. Mi corazón estallará de tanta felicidad vivida en menos de veinte minutos.

Pude ver como se sonrojaba y mostraba una sonrisa que reflejaba lo avergonzado que estaba por haber dicho eso frente a su hermana, aunque ella se encontraba totalmente perdida en los cupcakes de la bandeja, dudo que haya dimensionado lo que acaba de decir su hermano.

Volvimos a nuestras posiciones iniciales, Gemma buscaba la siguiente película de la lista, comenzaríamos un clásico, Mi pobre angelito. Mientras los ladrones entraban en casa y Kevin McCallister intentaba cuidarse por sí mismo, Gemma emitía un sonido extraño, parecía un pequeño gatito ronroneando, roncando, yo, estaba batallando con el sueño, sentía que mi cabeza daría con el colchón muy pronto.

Me desperté cuando uno de mis brazos hormigueaba por la posición en la que estaba, y es que Harry lo aplastaba con parte de su peso en el. Nos habíamos quedado dormidos, abrazados, como harte de magia estábamos cobijados con una de las mantas. Por otro lado Gemma estaba boca abajo ronroneando aún como una gatita peluda.

Intenté safarme de su agarre sin despertarlo pero fué inútil.

— No creas que te puedes librar de mi tan fácil preciosa — dijo con voz ronca y adormilada mientras me atraía más hacia él.

— Styles, me estas aplastando el brazo, ya no lo siento más, necesito moverlo — le supliqué y el volteó el rostro hacia el mío

— No te soltaré hasta que me des mi beso de buenos días — sus ojos comenzaban a abrirse y se acercó más a mí rostro

— Es abuso, pero, acepto — le sonreí y con la mano que aún tenía libre tomé su mejilla y le besé.

— Ahora sí, Buenos días mi Bonnie — sonrió ampliamente y se levantó cuidadosamente para dejarme espacio para que pudiera moverme.— Tengo una idea, ¿por qué no me acompañas a desayunar fuera?

— ¿Qué pasará con tu hermana? — la señalé

— Creo que despertará en un par de horas, y volverá a dormir — reía

Acepte salir con Harry, creo que sería una especie de ¿cita? o simplemente una salida. ¡Dios! ¿Por qué mi mente me complica tanto la existencia?. Subí al cuarto de Gemma para bañarme antes, al parecer ella no tenía ninguna intención de levantarse pronto, pero mi panza hacía ruidos del hambre.

Llevaba un crop top negro de puntitos blancos, unos vaqueros celestes y unos vans, quería tener un poco de comodidad. Peiné mi cabello en una media cola y dejé un par de mechones sueltos sobre el rostro.

Harry me llevó a un restaurante al aire libre, las mesas estaban situadas en un gran área verde, era un jardín apto para un picnic, por el contrario habían comodidades para pasar un buen momento con aire fresco y una deliciosa comida.

— ¿ Te gusta? — preguntó al observar que miraba detenidamente el lugar y las flores que habían alrededor de nosotros.

— Si, creo que aún me faltan muchos lugares qué conocer

— Tu y yo recorreremos todos los lugares que desees — tomó mi mano y la besó — prometeme que lo haremos juntos

— No hay nadie más con quien desee visitarlos — me acerqué con la intención de besarlo pero inmediatamente una mesera interrumpió de manera abrupta el momento.

— Acá tiene su ensalada Caesar señorita — colocó el plato sobre la mesa y se dirigió hacia Harry — Caballero, su ensalada exótica

La mesera terminó de colocar el resto de la comida y se retiró de nuestra mesa, no sin antes pedir un postre para finalizar.

— Bonnie, ¿puedo preguntarte algo?

— Claro, dime, lo que quieras

— Si te sientes incómoda, házmelo saber — hizo una pausa — ¿Cómo..? — suspiro — Primero, creo que tenemos que hablar esto, y quiero saber antes de preguntarte… quiero… quiero que me cuentes todo lo de la fiesta — su rostro estaba decaído en ese momento

— Bueno, pues, para empezar, he asistido a muy pocas fiestas, así que me emocionaba tener mi primera fiesta en la Universidad y en otro país, así que fué por eso que acepté ir con Louis, mira el es mayor que todos nosotros y sabía que podía cuidar muy bien de mí a pesar de todo lo que había escuchado. — tomé un pedazo de helado del brownie que nos acababan de llevar.

— Pero, es que aún no entiendo — se encogió de hombros — el beso con Louis, ¿ qué pasó con eso?

— Ah — suspiré — estábamos bailando y de pronto me pidió que saliéramos a la terraza, comenzamos a charlar un poco y me dijo que yo le gustaba — tensó su mandíbula — luego me besó — bajé el rostro.




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