Desde la ventana

Capítulo 23: Doble vida

     Quedé de pasar por Lauren para irnos juntos a la boda de Walter, y he estado esperando a mi novia durante más de una hora cuando dijo que apenas le hacían falta un par de detalles. Me detuve frente a la venta y me quedé observando a la calle, no hay un edificio frente a mí, ni vecinas que me embrujan de tal modo que pierdo la noción de todo; después de lo de Scarlett, extrañamente Luna está más apegada a mí; aunque sigue siendo todo un misterio, aun así, pasamos mucho tiempo juntos, y a veces creo que le dedico más tiempo que a Lauren; la escuché salir de la habitación, y no es que sea la primera vez que lo hace, lo que me interesa saber es si es la definitiva.

     — ¿Lista? —Sonrió, y creí que diría que sí, pero después sacó un par de zapatillas.

     — ¿Grises o negras? —Enarqué ambas cejas—. Mira mi vestido.

     —Yo solo veo las curvas que resaltan. —Rio, y me pareció hermosa como siempre.

     —Solo quiero que veas el color.

     —Gris. —Asintió.

     — ¿Cuáles zapatillas me pongo? —Olvidando las curvas, noto que el vestido es largo.

     — ¿Y… se van a ver? —Lo está analizando.

     —Un poco, sí.

     — ¿Cuáles te gustan más?

     — ¿Por qué crees que las compré?

     —Porque son zapatos y las mujeres los compran solo porque sí. —Volvió a reír.

     —No me ayudas.

     —Yo solo veo que eres hermosa, y así te vayas descalza o en pantuflas, seguirás hermosa y sexy. —Me acerqué y la besé, necesitaba hacerlo. Lauren correspondió de inmediato, pero después recordó su labial.

     —No quiero que lo arruines. —Dijo mientras me quita los residuos.

     —Elige gris.

     —Gracias. —Y se dirigió a su habitación de nuevo.

     Diez minutos después, apareció diciendo que por fin está lista, y así nos dirigimos a la boda religiosa de Walter.

 

     Dicha boda fue como todas las demás, después nos dirigimos al salón donde se llevará a cabo la fiesta.

     —Estuvo hermosa la boda, ¿no crees? —Me apretó sutilmente la mano.

     — ¿Y ustedes cuándo van a casarse? —Preguntó Maggie, secundada por Elissa, quienes vienen con nosotros en el auto porque ellas no tenían con quién irse. Lauren rio sutilmente cuando sintió mi pequeño impulso en forma de apretón; la realidad es que apenas puedo con el noviazgo, y no es porque ella sea mala; Lauren es todo lo contrario a algo malo, simplemente... Volteé a verla y ella sonrió.

     —La realidad es que aún no deseo casarme. —Respondió, y sé que si se lo pidiera diría que sí; pero ella sabe que no estoy preparado.

     —No dije que ahora. —Recalcó Maggie.

     —Puede ser en un futuro. —Volvió a secundar Elissa.

     —No lo sé. —Respondió Lauren—. La verdad es que disfruto a Marco y nuestra faceta, tal como deben ser las relaciones amorosas. ¿No creen? —Ambas concordaron con ella. Lauren volteó a verme, y me sonrió de manera comprensiva y repleta de amor; tanto que confirmo cada día un poco más que ella puede ser la indicada; besé sus nudillos, y después me dediqué a conducir.

 

     Llegamos pronto al salón, y debo confesar que si el anterior donde se llevó a cabo la fiesta de despedida mixta era lujoso... Esto es casi diez veces más espacio y lujo.

     —Siento que no encajamos aquí. —Dijo Elissa por todos. Fuimos guiados a una de las mesas donde nos encontramos con más compañeros del trabajo, (lo cual agradecemos), pues el resto de los invitados se pavonean como dioses.

     —Hay mucha gente elegante. —Dijo Lauren, acercándose a mí—. Creo que debí sacar mi mejor gala.

     —Luces preciosa. —Le di un pequeño beso.

     — ¿De verdad te lo parece?

     —Sí, ¿por qué? —Se encogió de hombros—. Mañana mismo te compraré un espejo.

     —Tengo uno.

     —No parece, de lo contrario no dudarías de tu belleza. —Sonrió y me dio un beso más; escuchamos un carraspeo femenino, y volteamos hacia Elissa.

     —Estamos en público. —Lauren rio, y después se apartó un poco para charlar con una compañera de la cual desconozco el nombre; me dediqué a hacer lo mismo, enredándome en una charla sobre la empresa en general.

     Cuando los novios aparecieron, nos pusimos de pie y comenzamos a aplaudir; después cada quien volvió a su lugar.

     —Espero que la comida esté buena. —Dijo uno de los convidados, haciéndonos reír.

 

     El tiempo avanzó entre charlas, hasta que nos sirvieron la cena; algo muy delicioso y costoso a la vista.

     —Y el vino es caro. —Dijo el mismo hombre mientras prueba el vino, lo imitamos, y de verdad es delicioso—. El día que me case yo ofreceré hamburguesas y tacos.

     —Qué internacional. —Añadí al chiste.

     — ¿Y ustedes que ofrecerán? —Preguntó la insistente Maggie. Lauren y yo nos observamos, buscando la respuesta en el otro.

     —Creo que los tacos saben bien. —Respondí sin más; Lauren sonrió y asintió. Maggie nos dedicó una ligera mueca, y después seguimos degustando nuestro platillo.

 

     Una vez pasada la cena, prosiguieron con algunos juegos para los novios, y después de que bailaran el vals nupcial, nos permitieron pasar a la pista de baile; obviamente Lauren se puso de pie enseguida.

     —Nunca he bailado sobre un suelo tan fino. —Dijo mientras me jala de la mano; comenzamos a bailar de inmediato al son de la música, hasta literalmente agotarnos.

 

     Agradezco infinitamente la compañía de Lauren, ella me aterriza a la realidad y me hace olvidarme de las fantasías que solo me acarrean problemas; ella es tan diferente a Luna y a esa mujer que en ocasiones ya no quiero ni nombrar.

 

     —Quiero ir a tu apartamento. —Dijo mientras conduzco, y creo que recordó que mis tíos no estarán en casa porque salieron el fin de semana.

     —Pensé que nos quedaríamos en tu apartamento.



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En el texto hay: obsesion, secretos, amor

Editado: 14.09.2022

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