Algún tiempo después de eso nos enamoramos y en seguida nos volvimos novios. Conoció a mi familia y yo conocí a la suya; conoció a mi perro, Bruno, y él también se enamoró de ella. Conocí a su araña, Parker, y casi me desmayo, porque me dan mucho miedo.
El día en que nos casamos, le juré a Ducy: "diempre de amadé don todo mi dodadon y mi der". Ella expresó lo mismo y agregó: "De adegudo due Parker dunca de hadá daño". ¡Resulta se había enamorado de mí la araña!
Mis amigos de la universidad fueron mis padrinos. Me regalaron unos zapatotes de payaso, un peine, unas mancuernas para hacer ejercicio y un poco de maíz.
No entendí en el momento, pero días después penséen su chiste y me reí toda una mañana.