A resap ed sal saicneirapa, on iuf le orajap euq òlov areuf led odin (A pesar de las apariencias, no fui yo el pájaro que voló fuera del nido). Fusno volaba y conocía lugares. Yo lo añoraba con ternura, como lo hace un nido.
Natalia se molestaba con Lucy por dificultarnos verlo, aunque yo la entendía. Sabía que era mi culpa, en parte. Por eso, se imaginarán mi sorpresa cuando llamó y me dijo que necesitaba que nos viéramos lo antes posible.
Fui emocionado, esperaba verme con mi hijo. Me avergoncé de estar tan nervioso, de joven pensaba que después de alguna edad se perdía el miedo, me equivoqué. Siempre se puede tener miedo.