Desde que te soñé

Capítulo 2

Narra Sara

Había llegado el día, el tan esperado día en el que Matt conocería su nueva escuela y a su nuevo hermano. Richard ya le había dicho que le presentaría a alguien, pero me encontraba nerviosa por el simple hecho de pensar en cómo reaccionaría mi niño ante la noticia de que no solo se mudaría con un extraño, sino que además de ello compartiría cuarto con otro.

—Creo que debería hablarle de Tobi antes de presentárselo —dije mientras terminaba de maquillarme—. ¿Tú le has hablado de Matt? —pregunté tratando de no parpadear demasiado, no era muy buena maquillándome, generalmente terminaba chuzándome el ojo cuando me aplicaba pestañina.

—Claro hermosa —respondió posando sus suaves y carnosos labios en mi mejilla haciendo que mi cuerpo se estremeciera.

—Ten cuidado o harás que me saque un ojo —Le regañé girando mi cuerpo hacia él—. Creo que debería decirle an...

—No te preocupes —dijo poniendo su dedo índice sobre mis labios ¿quién se había creído para callarme de tal forma?—. Sabes que estamos en diferentes condiciones, es decir, Tobi sabe de nosotros desde hace mucho tiempo, por no decir que desde siempre —puso sus manos en mi cintura—. Él ya te conoce y en efecto le he hablado de Matt porque creo que para él será más difícil aceptarlo.

—¿Qué? Acaso... ¿Le dijiste que era gay? —abrí mis ojos con sorpresa y alejé sus manos de mi cuerpo—. Matt estará muy molesto, yo no soy quien debería hablarte a ti de ello, ni tú a tu hijo...

—Déjame hablar mujer —refunfuñó—. En ningún momento dije eso —suspiró y esbozo una coqueta e irresistible sonrisa—. Tobi es un chico muy celoso con sus cosas y no le hará muy feliz compartir su cuarto, su espacio, su casa, su padre...y lo que es peor con un completo desconocido.

—Bueno, en eso tienes razón —Al principio su pequeño diablillo me odiaba y de cierto modo me hacía la vida imposible—. Matt es más comprensivo y sé que se acostumbrará al cambio fácilmente.

—¿Ya ves? —Me miró sonriente—. ¿Vamos? Matt debe estar esperándonos —Richard tomó su chaqueta y junto sus labios con los míos en un corto pero dulce beso—. Te espero en el auto.

Cuando llegamos a la entrada de su actual colegio, él se encontraba sentado en el andén perdido en sus pensamientos, tanto así que no notó nuestra llegada a pesar de que Richard pitaba como loco.

—¡Matt! —grité asomando mi cabeza por la ventana del auto y haciéndole señas, el chico pegó un salto y se levantó.

—Pensé que no iban a venir —dijo a tiempo que se subía y se acomodaba en el asiento trasero—. Llevo esperándolos casi media hora —agregó inflando sus cachetes molesto.

El viaje no fue tan largo, en dos horas ya estábamos ante las puertas de la enorme escuela que le esperaba, era completamente diferente a la actual. Su actual escuela era sólo una pequeña casa comparada con esta, fácilmente podía ser un barrio; en ella había de todo, desde espacios para practicar cualquier deporte, patinaje, fútbol, natación, baloncesto... hasta, según lo que me había dicho Richard, diferentes clubes para todos los gustos, música, arte, lectura, cocina, video juegos... ¿qué no había en ese lugar? Era imposible que a mi hijo no le gustara.

—Vaya... —Matt abrió sus ojos como platos—. ¿Eso realmente es un colegio? —preguntó incrédulo.

—¿Te gusta? —inquirió mi novio—. Es la mejor escuela de la ciudad, tu madre me ha dicho que te gusta mucho la música... aquí puedes aprender a tocar el instrumento que quieras.

—¿En serio? —Sus ojos brillaban como estrellas y una enorme sonrisa decoraba su rostro.

—¿Ya ves Matt? Puedes aprender a tocar violín, si lo haces te regalaré uno de navidad —Le dije, el pequeño se abalanzó sobre mí para darme un abrazo.

—Te quiero...

—¿Ves como son? —dirigí mi mirada a Richard—. Sólo se acuerdan de su cariño cuando hay cosas de por medio —agregué haciendo que mi hijo me soltara y me lanzara una mirada asesina.  

—Eso no es verdad —respondió cruzado de brazos.

Estaba a punto de pellizcar los cachetes de mi hijo cuando una voz conocida nos saludó.

—Buenas tardes padre, Sara... tú debes ser Matt —dijo extendiendo la mano para saludarlo.

La felicidad de Matt desapareció de su rostro enseguida y temeroso respondió al saludo para luego clavar sus enormes ojos grises en mí.

—Matt, te presento a mi hijo Tobi —El chico no dejaba de sonreír, pero su sonrisa lejos de ser amable era prepotente, llena de superioridad—. Tobi él es Matt, estoy seguro de que se llevarán bien.

—M-mucho gusto —murmuró Matt sin poder hacer contacto visual con el chico.

Pude notar lo incomodo que se sentía, de seguro en su interior debía estar muy molesto conmigo y lo entendía, no le había dicho nada acerca del hijo de Richard y algo así era probablemente lo que menos esperaba. Tal vez si le hubiese hablado antes de él no estaría tan nervioso e iría preparado para soportar la actitud tan odiosa que Tobi podía llegar a tener.

—¿Vamos? —preguntó Tobi sin borrar esa falsa sonrisa de su rostro—. Por dónde debería comenzar —dijo para sí mismo en tanto recorría el edificio con su mirada—. Mi padre me dijo que te gustaba la música —agregó haciendo que Matt me mirara con los ojos cargados de decepción.

Tal vez se sentía molesto porque Tobi sabía de él antes de aquel encuentro, porque su padre sí le había hablado de todo con sinceridad mientras que yo lo había ocultado para dejarlo sólo como una no muy grata sorpresa. Me sentí un poco triste conmigo, Matt era mi hijo y yo seguía ocultándole cosas a pesar de que él me pedía que confiara en él y le contara todo.

Comenzamos a dar un pequeño tour por el lugar guiados por Tobi, primero nos llevó al pabellón de arte en donde había además un pequeño teatro para las presentaciones de los estudiantes, una mini sala de exposición y un montón de salones especializados en el tipo de arte que se quisiera aprender. Luego encontramos una enorme cancha de tenis y junto a ella una pista de atletismo que en el centro tenía una cancha de fútbol y baloncesto. Pasamos por el restaurante, el salón de juegos, la piscina, la sala de estar, los salones de estudio... recorrimos gran parte del lugar en menos de dos horas y al final sólo fuimos a comer.



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En el texto hay: romance, drama, amor lgbt

Editado: 17.01.2021

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