Lily
Mientras que Rogelio toma el camino de la derecha, yo escojo el de la izquierda, observo que hay una pequeña plaza a una cuadra, apresuro mis pasos para poder mezclarme entre la gente y así poder ver quien nos persigue. Dentro de la plaza hay un pequeño bar, ingreso rápidamente y me oculto, espero a verlo perdido de vista, aprovecho el momento y le envió un mensaje a mi amiga.
Casandra (en línea)
-Casandra, recoge nuestros pasaportes, ve directo al auto y espéranos en el parque central.
-¿Qué es lo que pasa?
-No hay tiempo de explicar, haz lo que te digo, cuando estemos reunidos te lo comentaremos.
Me desconecto rápidamente y observo detenidamente una cabellera roja, no me lo puedo creer, pensé que había muerto pero me equivoque, lo observo detenidamente y está revisando su celular, ahora entiendo. Destruyo el chip de mi celular y de la misma forma mi celular, ya no lo necesitare más, me encuentro con una chica que puede ser de mí, misma talla es perfecta.
-Disculpa, me puedes hacer un favor.
-Claro.
-¿Podemos cambiar de ropa?
-¿Por qué debería?
-Por la simple razón, que me ayudarías a escapar de una persona que me quiere hacer daño.
-Por supuesto vamos al baño.
Nos dirigimos al baño, la chica le pone el seguro a la puerta y nos comenzamos a desvestir, ella me pasa su falda y yo mi pantalón, me da su blusa manga larga de encaje, de color turquesa, yo le doy mi camiseta, me pasa sus botines de color café y yo los deportivos, aunque me duela le doy mi cazadora, me suelto el cabello y ella se hace una coleta, pienso por un momento que me reconocería con mi pelo largo. Suelto un suspiro porque no tengo otra opción.
-¿Tendrías una tijera a mano?...- la chica rebusca en su bolso, hasta que da con el objeto afilado, con mi mano derecha, tomo la tijera de sus manos, con mi otra mano sujeto mi cabello y acto seguido, me corto el cabello dejándomelo corto, dejándolo por debajo de los hombros. Una vez que las dos estamos lista, ella me da su campera y salimos del baño, estando afuera, me pongo la campera…-muchas gracias.
Estaba a punto de darme la vuelta, cuando la chica me detiene.
-Necesitaras este gorrito de lana, ocultara el color de tu cabello.
Le doy una sonrisa de agradecimiento, una vez que compruebo que todo está listo y en su lugar, me dirijo a la puerta, pero me detengo al ver que esta persona ha entrado, acto seguido me acerco a una mesa que está siendo ocupada por dos chicas y un chico, no dicen absolutamente nada, solo me observan confundidos, miro por encima de mis hombros y se dirige al baño aprovecho ese momento para salir del bar.
Siento como el aire frio golpea mi cara, no pierdo más tiempo y retomo mi camino, trato de caminar un poco más rápido pero sin llamar mucho la atención, pasa alrededor de unos veinte minutos y observo la misma cabellera, está buscándome lo sé, me acerco a un vendedor de batido, le compro uno, observo que está haciendo una llamada, alrededor de unos diez minuto corta la llamada y se dirige por otro camino.
¿Se da por vencido, tan fácilmente? No lo creo, retomo mi camino, pero esta vez me le acerco a un chico muy guapo a decir verdad, entrelazo nuestras manos.
-Por favor, no digas nada me están vigilando.
-Entiendo, ¿a dónde te llevo?
-Al parque central ahí está mi hermano y mi amiga.
El chico no dice nada al respecto, simplemente se comporta como si fuéramos novios, hasta pasa su brazo derecho por mis hombros.
-Por lo menos debería de saber tu nombre.
Rápidamente pienso en un nombre.
-Allison y ¿el tuyo?
-Fernando, es un placer Allison.
Un consejo, cuando tratas de escabullirte, distorsiona un poco la verdad; observo a mí alrededor y no encuentro la cabellera roja, ¿debería de estar tranquila? Lo dudo, lo que si me tranquiliza es ver el auto de Rogelio en el parque, esta se me ha olvidado el batido.
Estando frente a Rogelio y a Casandra, me deshago del brazo de Fernando y me acerco a Rogelio.
-Muchas gracias por ayudarme.
-Gracias por traer a mi hermanita.
No digo nada, con respecto al apodo de Rogelio, Fernando lo único que dice, es que nos cuidemos. Después de eso se retira, nosotros aprovechamos y nos adentramos dentro del auto.
-Denme sus celulares…- es lo primero que digo estando dentro del auto y más si voy en la parte trasera, ya que Casandra va conduciendo y Rogelio en los asientos de copiloto. Hacen exactamente lo, que les digo; una vez que tengo sus celulares, hago el mismo procedimiento que con el mío y los tiro fuera del auto…- el auto, ¿tiene GPS?
-Sí, ¿Por qué?...- Casandra es la primera en contestar.
-Rogelio, ¿conoces a alguien que destruya autos y que nos pueda dar otro?