Desiciones Que Matan

Capítulo 22

Yariela

William comienza a parquearse, en el parqueo del edificio. No pierdo tiempo y salgo del auto; escucho los gritos de Will y Antonio pero no me importa, lo que me importa es mi amiga, es como una hermana para mí, entro al edificio, estoy a punto de girarme a ver a la muchacha de la recepción, pero hay una persona, que no me permite apartarlos.

Will y Antonio, llegan a mi lado; no me muevo estoy completamente muda. Will trata de llamar mi atención pero no puedo.

-Yariela, ¿Por qué lloras?

Llevo mis manos directo a mis mejillas y es cierto, estoy llorando y ¿¡COMO RAYOS NO VOY A LLORAR!? Si cada paso queda, se acerca más y más, junto con eso más lágrimas, me ve con ojos tristes e impresionados al ver como he crecido.

Antonio nos pasa unos gafetes a Will y a mí, pero yo no lo agarro, me tiro frente a la persona que tengo en frente.

-¿¡PORQUE RAYOS ME DEJASTE!? ¿¡Por qué!? ¿¡PORQUE!? – con cada palabra y lágrimas, mis puños lo golpean directo en sus pectorales.

Mis gritos alarman a todas las persona y por un momento veo que el señor Molina, Santiago y José, están al alrededor, como todos los demás, dejo de golpearlo, poco a poco y me voy derrumbando, hasta caer de rodillas, él no me ha soltado, por lo que cae junto conmigo; no he parado de llorar.

Y es que me duele, me quema, que después de tantos años alejados este devuelta aquí; sin haber avisado antes, pero así como se fue, así mismo ha regresado.

Luego todo se vuelve oscuro.

Leila

Me duele la cabeza, me levanto poco a poco, hasta quedar sentada en la camilla. Me sorprende ver a Yariela aquí y junto con ella, a un chico guapo, todo su cuerpo está bien definido, esta de perfil; voltea a verme y sus ojos son de color café pero su iris es celeste, extraños pero son preciosos, cabello negro, algo desordenado pero sexy, piel bronceada, me da una sonrisa triste y dirige su vista a mi amiga.

Observo más detenidamente y veo que sostiene la mano de Yariela con delicadeza, en sus gestos veo solamente cariño. Mi observación queda en segundo plano, dirijo mi vista a la puerta y veo a Will entrar por ella, trae una bandeja de comida detrás de él, viene Santiago con otra bandeja de comida.

-Por fin despiertas – Will se acerca, y encima de la cama me deja la bandeja, mientras que Santiago deja la bandeja en una mesa, cerca de la cama donde está mi amiga – tremendo susto, es el que nos has dado Leila.

El chico que está cerca de Yariela, quita sus ojos de ella y los pone directamente a los míos, hay sorpresa.

-¿Tu, eres Leila?

Le doy una respuesta afirmativa, mientras como algo de la bandeja que Will me ha traído.

-Y ¿Tu, quién eres?

-Scott… Scott Arce – es ahí, cuando me doy cuenta del parecido que tiene con Yariela – es un placer, por fin conocerla señorita Baltodano.

Me extiende su mano, por lo cual no dudo estrecharlas pero me sorprende que deja un casto beso en el dorso de mi mano y es la primera vez que me sonrojo, por lo cual aparto mi mano. Aparto mi vista de Scott, y la dirijo a mi amigo.

-¿Qué le ocurrió a Yariela?

-En resumen, bajo corriendo del auto, lloro, lo golpeo, le grito – y es que lo va enumerando con sus dedos – se desplomo en el piso y por último se desmayó.

Yariela siempre extraño a su hermano, lloraba en las noches; tanto Will como yo, la tratábamos de calmarla.

Salgo de mis pensamientos y veo que mi amiga se va despertando, se levanta poco a poco, su mirada primero cae en el cuarto, luego en su hermano y después en mí. Se levanta de su camilla y se sienta junto a mí, lo primero que hacemos, es darnos un abrazo, las dos soltamos lágrimas silenciosas; nos apartamos poco a poco y nos damos una sonrisa sincera, y entre las dos nos limpiamos las lágrimas.

El momento se arruina, por lo que escuchamos un celular estar sonando, Scott se levanta diciendo un gasto disculpen y se retira. Observo a Santiago.

-¿Quiero saber en qué están envueltos? Y ¿Dónde rayos estamos? – todos los sucesos, se desencadenaron en el momento que los Molinas pusieron un pie en esta ciudad.

Yariela en un minuto se devora la bandeja que Santiago ha traído, entre los cuatro solo hay silencio.

-Terminen de comer, luego las llevare a la oficina de mi tío.

Con eso ultimo Santiago se va dejando nos solos.

-Leila, ¿Qué ocurrió? – Will está preocupado.

Les comienzo a relatar absolutamente todo lo que ha ocurrido, bueno no absolutamente todo. Lo que hice fue omitir lo del matrimonio arreglado, es mejor que sea José quien se lo comenté a mi amiga.

Wil está enojado, salió de la habitación dando un portazo, Yariela y yo nos miramos fijamente, las dos sin más tiempo, que perder salimos de la habitación y afuera nos encontramos a José.

-Will, se dirige a la oficina de mi padre, por favor síganme, ahí se encuentran todos incluyendo a Scott – su tono de voz, se escucha algo ¿preocupada?



#31769 en Novela romántica
#20179 en Otros
#1512 en No ficción

En el texto hay: decisiones, reencuentro, amor desamor

Editado: 04.05.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.