Desiciones Que Matan

Capítulo 23

José

La bomba ya fue lanzada, observo a cada persona que está dentro de esta oficina, William está enojado, Scott tiene ganas de matar a alguien, Leila esta en silencio y Yariela no reacciona. Mientras que nosotros estamos tranquilos, a la espera de las próximas reacciones.

-¿Por esa razón, actuabas así conmigo? – cuando una mujer está tranquila y dice esas palabras en un tono de vos, que es difícil de detallar, es mejor no hacer nada; y créanme lo aprendí de mi tía – te ha salido muy bien el teatro – comienza a aplaudir – wow deberías de ser actor.

Scott y William, se están conteniendo para no romperme la cara; observo a Santiago creo que hablara, lo detengo por un momento indicándole que yo hablare, me separo del abrazo que comparto con Leila.

-Al día siguiente que había llegado a este país, durante el desayuno me dijeron exactamente lo mismo que a ti, de nosotros depende esta empresa. Y si hubiera tenido una hermana ten por seguro que también la hubieran comprometido con Scott – lo digo con una total calma – lo mire de la misma manera que lo estás viendo, utilizarte como un objeto, me repugnaba esa idea. Por lo cual decidí ir conociéndote, sabía que encontraría cualidades que me llamarían la atención y me propuse enamorarte para que nada pareciera obligado o arreglado.

Y es la verdad, después de esa confesión de bienvenida que me había dado mi padre, había pensado mejor la cosa, si le soltaba todo esto, ella hubiera pensado que es un objeto algo que no puedo tolerar, por lo cual me incline ante la segunda opción. Lo había hablado con mi tía y con Stella; ellas estaban feliz al haberme escuchado de esta manera.

-¿Por qué señor Molina? – Scott, no puede contener su rabia y está claro en su tono de vos – yo no sabía nada de esto y ¿Por qué hacerlo a  espalda de todos nosotros?

-Tu padre sabia, que te pondrías de esta manera, José hubiera dado una rabieta, a tu mamá tampoco le gustó la idea pero a la fuerza lo tuvo que ver de esa manera para mantenerlos a salvo a los dos por si algo le pasaba a Erick – observa detenidamente a Scott y a Yariela, para ver sus reacciones – además esta no es una empresa cualquiera, esta empresa es una agencia de espías, agencia silent kiras.

-Ahora con que más nos saldrán – ahora si exploto William – que existen los hombres lobos, vampiros, ninfas, dragones; a ver díganos para así traer palomitas.

Me imagine esta situación de distintas maneras, por ejemplo Yariela maldiciendo hasta por los codos, William golpeándome la cara, Leila mirándonos a todos con desprecio, que se yo; pero nunca me imaginé que cuando supieran toda la verdad Scott estuviera aquí, pero claro a quien le va gustar escuchar que su hermanita está comprometida con un hombre. Ah claro a los Baltodano, Leila sabe la situación que está pasando su amiga, por lo cual la entiende; la diferencia es que Leila exploto, mientras que Yariela está callada.

¡Maldición! su actitud me desconcierta, en lo poco que llevo conociéndola es extrovertida, inteligente, sarcástica, no le importa pasar un poco de vergüenza, y esa frase que dicen de las mujeres es cierto, si la tratas de manera infantil se comporta como una niña, la tratas de manera seductora y te tratan con picardía e incluso con seducción, trates como la trata y te mostraran un lado diferente. Con ella me he pasado de broma en broma, y en esos momentos siempre terminamos en un momento íntimo. Solo observándonos, la miro directo a los ojos y se, que ella está pensando en el poco tiempo que hemos tenido a solas.

Suelto un pequeño suspiro y niego con la cabeza, de alguna forma me siento derrotado y no sé porque. Me levanto de mi lugar y salgo de la oficina de mi padre, sin esperar alguna reacción de los demás, Stella me observa con una mirada de cariño. Si mi madre no, nos hubiera abandonado estuviera ella aquí, dándome consejos pero Stella es la que se encargaba, de los momentos en donde yo no sabía que hacer.

Sé que ella está enamorada de mi padre, pero no es capaz de decírselo tiene miedo, ahora la entiendo, ahora la comprendo, ella trata de hablarme pero solo niego con sonrisa triste y me desplazo para salir de este piso y dirigirme al último piso que es el gimnasio.

Yariela

 Después de que José saliera, el ambiente está muy tenso; no tengo nada que decir al respecto ¿me parece denigrante lo que hizo mi padre? La verdad es que si, a pesar de que no entienda sus decisiones. Llorar ya no puedo, ¿gritar? Demonios claro que si quiero gritar y mandarlos a todos al infierno, yo nunca pedí esto, ¿pedí que mi hermano regresara? Si, ¿pedí que todo lo que me ha mostrado José, no sea una ilusión? Rayos claro que lo pedí.

Me pareciera todo muy imaginativo, hasta le pedía a Dios que esto no fuera un sueño. ¿Me atrae José? Claro que lo hace, sus ojos de color verde me desnudaban el alma, me trataba como si, siempre nos hubiéramos conocido y yo a pesar de tener ojos celestes podía leer cada uno de sus secretos. ¿Quiero llorar? Si pero no por las mismas razones, quiero llorar por no saber lo que piensa el chico de ojos verdes y porque todo esto me sobrepasa.

Tan solo me acuerdo de la cena que hicieron los Baltodano en honor al regreso de sus dos hijos y en como aprovecharon ese momento emotivo, para dejar ir una noticia como esa. Entiendo la reacción de mi amiga, ella ha guardado muchas cosas en su interior por lo que, le fue más fácil explotar, en cambio yo, ya estoy más rota de lo que me puedo imaginar. Sé porque Will, me abrazo tiene miedo, en que vuelva hacer la de antes, tiene miedo a que rompa mis limites, tiene miedo a que pierda mi verdadera esencia como persona.



#31759 en Novela romántica
#20170 en Otros
#1511 en No ficción

En el texto hay: decisiones, reencuentro, amor desamor

Editado: 04.05.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.