Rogelio
José pierde el color, mira con dolor a la que se supone que es su prima, pero la verdad es que la sangre no los une, es el tiempo que han pasado juntos. Se levanta de su lugar, va directo al grifo y José comienza a mojarse la cara, se da la vuelta para observarnos.
-¿Hermanos? – creo que su mente dejo de funcionar por unos segundos – hermanos – creo que está comenzando a reaccionar – ¿Cómo rayos llegaste a parar a Argentina y con nosotros.
Veo solo dolor en ellos, Lily traga saliva y esquiva su mirada, se siente pequeña e insegura, me levanto de mi lugar y voy directo donde mi pequeña hermanita, no pude estar con ella antes pero ahora sí y no la pienso abandonar la protegeré no importa el precio. La abrazo, sorpresivamente Lily me regresa el abrazo, se está refugiando, la dejo estar y yo respondo por ella.
-Nuestra madre me entrego a su mejor amiga – todos están atentos – que es la madre de Will – solo hay silencio – mi tío se hizo cargo de mí, esta mujer no, nos quería cerca del hombre que se suponía que era nuestro padre – aferro a Lily más a mí cuerpo – lo único que sé, no, nos quería dentro de todo esto, pero mi tío nunca se dio por vencido, busco sin parar a Lily hasta que la encontró – hago una pequeña pausa – desde entonces la hemos mantenido vigilada, protegiéndola – Lily no quiere verlo a los ojos – el día del secuestro me dieron aviso, y es donde pude rescatarla junto a mi padre Alonso.
Todo vuelve a quedar en silencio, hasta se podría cortar con una tijera, Will se levanta de su asiento una vez que estamos de frente, dejo de aferrar a Lily, ella se despega solo unos centímetros y Will la abraza, está claro que no la ve como una prima la ve como una hermana, Lily le regresa el abrazo duran unos minutos de esa manera hasta que se separan, Will le da un beso en la frente.
-Estas en casa – Will se lo hace saber – en tu verdadera casa, en el lugar donde realmente perteneces.
Lily se queda callada, solo lo observa y lo vuelve a abrazar, suelto el aire que estaba conteniendo pensé que sería más difícil que Lily aceptara integrarse a mi familia pero veo que una pequeña parte de la decisión que ha tomado, su decisión aún no está completa. Observo a Casandra está tratando de retener lágrimas de felicidad, Casandra es testigo de todo lo que hemos pasado, momentos tanto buenos como malos. José aparta la mirada, Scott y Alex se vuelven a ver, Yariela y Leila están atentas a la escena que se presenta ante sus ojos.
Decido alejarme de la cocina y me adentro a la pequeña oficia que en su momento le pertenecía a Emily, por medio de la ventana observo el bosque en su total oscuridad, no aparto mi vista hasta que escucho a alguien adentrarse a la oficina, dirijo mi vista a esa persona y es Leila, toma asiento en el sofá, observo el reloj y eso me hace saber que son más de las diez de la noche, tomo lugar en el sillón que está enfrente de Leila.
Esta nerviosa, apretuja sus manos, siempre ha tenido esa manía, me recuesto en el sillón y me pongo cómodo ya que esta noche será demasiada larga.
-Tu verdadera madre se llama Emily – ella no sabe por donde iniciar – Octavio Baltodano si es tu padre, pero su peor error fue al desconfiar en Emily – está atenta no dice nada más – Axel tenía 12 años, Fernando y yo teníamos 10 años y William tenía 3 años cuando naciste, meses antes que nacieras, Emilly llamo desesperada a mi padre – cierro los ojos solo para concentrarme más en el recuerdo – no lo pensó dos veces y se fue con unos hombres para que le cubrieran las espaldas y poder traerlos. Mientras que nosotros nos movilizamos directo a esta cabaña, mamá estaba preocupada pero trataba de no alterarse, luego de unas horas de espera Axel y Fernando atravesaron la puerta y detrás de ellos venia mi madrina – observo sus ojos está sorprendida – mi papá me pidió que llevara a tus hermanos a sus recamaras para que pudieran descansar, estaban cansados eran las dos de la madrugada, mi hermano estaba dormido en su cama, era ajeno a lo que estaba ocurriendo en su alrededor. Quería estar cerca de mi madrina así que no me despegue de ella y estaba encantado con su barriga de embarazada – no dice nada solo aparta la mirada – nunca supimos la verdadera razón de esa llamada. Nos movilizamos ya que Octavio buscaba a sus tres hijos pero no por razones cariñosas, estábamos en una de las propiedades de Emily que está ubicada en el mejor barrio de Vermont – tengo tan fresco ese día en mi memoria – cuando naciste, algo cambio dentro de mi todos lo notaron. Desde ese día no me separe de ti, siempre estaba al pendiente y cuando yo no estaba cerca, te desesperabas a tal grado de poner toda la casa en un desorden de tal manera que un huracán haya pasado dentro – esta roja de vergüenza – siempre ha habido algo que nos uniera.
Me levanto de mi lugar y estoy arrodillado enfrente de ella, pongo mi mano izquierda en su rodilla, está atenta a todo lo que hago.
-¿Qué paso en el día del accidente?
-Ese día nos trasladábamos a Carolina del norte, en el momento que estábamos a punto de salir del pueblo, uno de los vehículos exploto a tal grado que en la camioneta donde íbamos nosotros choco con el resto de los vehículos – recordar ese momento provoca un mal sabor en mi boca – tenías ocho años, a pesar que el humo nos sofocaba, logramos salir de la camioneta nos arrastramos para buscar oxígeno, Axel, Fernando y Will habían quedado inconsciente, Esmeralda ayudaba a Emily a salir del vehículo, solo basto un golpe para que yo terminara en el inconsciente y perdiendo la memoria – a pesar que me aparto la mirada tiene lágrimas en sus ojos, me levanto y me siento al lado suyo – cuando desperté me sentí extraño, como si me hubieran arrancado alguna extremidad de mi cuerpo, Alonso noto que algo no estaba bien conmigo, me llevo con uno de sus amigos y fue ahí donde nos dimos cuenta que había perdido la memoria – la acerco a mi cuerpo y nos acostamos en el sofá – Esmeralda y Alonso, no pararon de buscarlos y sabían que Octavio estaba detrás de todo esto, mientras que yo estaba en terapia para poder recordar todo, pero tuvieron que sacarme del país para que estuviera a salvo. Cuando Will por fin los encontró, mis padres se enteraron de todo lo que tuvieron que pasar en manos de Octavio y de esa mujer – cuando me lo hicieron saber, tenía ganas de ver a esa mujer muerta – hace cinco años recupere por completo mi memoria, pero no hay diferencia que haya perdido o no mi memoria siempre estabas presente, mis hombres estaban al tanto de todos tus movimientos pero no estuve a tu lado como realmente me hubiera gustado.