Y le pregunto a mi cuerpo, precavido y sin tapujos, dónde quedaron los muros que siempre me han protegido.
Por qué? si me tocas tiemblo y a tu olor no soy inmune,
Por qué? me derrito en versos recordando lo de el lunes..
Abrazo mi necesidad, añorante de caprichos y me consumen los vicios de tu cuerpo con mi mente, donde nada es decente, donde mi universo vuela, esperando que usted pueda, también dejarse llevar, para juntos disfrutar del hambre que nos tenemos, mientras con el cuerpo hacemos un festín que devorar.