Despertar

Capítulo 9:

¿Un paisaje nevado? ¿Un cielo estrellado? ¿Una persona? ¿Un animal?

 

Frotó su frente molesto, dolía.

 

"--Olvida, será lo mejor para tí, Scott

   Mejor sueña, cree que nada de esto existe

   Y vive, vive una vida normal"

 

Y esa voz ¡Esa maldita voz! ¡¿De donde venía?!

 

¿Vida normal? ¡Que va! ¡Todo era normal hasta que la escuchó!

 

¡Hasta que empezó a soñar y despertar!

 

--¿Está todo bien, Scott?

 

Sobresaltado miró a su costado, Rebecca lo miraba confundida, aún así sonreía, mientras sostenía dos vasos de papel, con un contenido humeante.

 

- Mi amiga se fue --dijo ella, alzando uno de los vasos--. Me dejó con su café, y creo que sería una pena tirarlo, y creo que tú lo necesitas más que ella y...

 

El nerviosismo de la chica era encantador, sin palabras, Scott tomó el vaso que Becca le extendía.

 

--Gracias, Rebecca.

 

 

--¡Scott! --el nombrado no contestó

 

Rebecca se había pasado los últimos cinco minutos llamándolo en voz baja, incluso le había lanzado pedacitos de papel, a ver si se despertaba discretamente. Pero como siempre ¡Él era una piedra al dormir!

 

--¿Scott está presente? --preguntó la profesora.

 

--Si, profesora --contestó uno, el cual señaló a Scott--. Está dormido, otra vez...

 

--Alguien que tenga la mágica capacidad de despertarlo, por favor --suspiró la mujer.

 

Becca se levantó de inmediato de su banco, y fue antes que nadie a despertar a su amigo ¿Quién sabía las maldades que sus compañeros podrían hacerle dormido?

 

--Scott --colocó su mano en el hombro del chico, y se inclinó a su lado--. Scott, despierta --lo sacudió levemente.

 

--Es para hoy, señorita Rebecca...

 

Ella ignoró a la profesora ¿Qué quería? ¿Que le lanzara un balde de agua fría?

 

--Scott, despierta --volvió  a decir, este balbuceó algo en voz baja--. Despierta...

 

"--Despierta..."

 

El chico se enderezó en su asiento, y con los ojos totalmente pegoteados y dormidos, y miró a Rebecca, algo aturdido.

 

--Muy bien --dijo la profesora--. Muchas gracias, Rebecca, puede sentarse.

 

Becca asintió, palmeó la espalda a Scott, apiadandose de su pobre alma, y se fue a sentar.

 

--Ya que el bello durmiente despertó --los demás contenieron la risa--. ¿Puedes decirme cuáles fueron y son las preguntas más importantes?

 

Él ni se molestó en ocultar su confusión, la profesora suspiro brevemente.

 

--Las dos preguntas más importantes --le tiró un cable ella.

 

El pobre, en vez de agarrar el cable, había tirado de la cola de una serpiente.

 

--¿De Filosofía? --en definitiva, el café no había servido.

 

La profesora golpeó su frente, resignada, sus compañeros ya no frenaron sus carcajadas, bastante divertidos, mientras Scott trataba de descubrir en que había metido la pata esta vez, y cuan hondo había sido.

 




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