Despertar

Capítulo 11:

Con su ropa de gimnasio, ropa de siempre en otras palabras, los cordones bien atados y su botella de agua en la mano. Scott  y sus compañeros caminaron a paso rápido hacía la cancha, ubicada en el patio trasero de la escuela, donde tenían la clase de Educación Física.

 

--¡Buenos días, alumnos! --los aturdió la profesora Rochester, desde la mitad de la cancha con su megáfono, con el uniforme deportivo escolar y una gorra de su equipo favorito--. ¡Vamos a empezar calentando! --apenas habían pisado el cemento, y ya estaba dándoles las actividades ¡Cuanta emoción!--. ¡Cinco vueltas alrededor de la cancha! ¡Desde acá los veo a todos! ¡Nada de trampas!

 

La profesora empezó a reír ante las exageradas quejas de sus alumnos.

 

--¡Oh vamos! ¡Cinco vueltas o volvemos a medirlas por tiempo! ¡Ustedes eligen!

 

No hubo más quejas, todos comenzaron a correr después de un par de estiramientos ¿Por qué el miedo? Siempre existió la loca e insoportable manía de "Queda un minuto", cuando ya habían terminado hacía cinco ¡Que recuerdos!

 

Rochester era una profesora bastante joven, llena de energía y vitalidad, quizás demasiada para la vagancia de sus alumnos. Había sido deportista cuando era aún más joven, una lesión había dejado fuera del deporte por más de un año, su equipo la dejo de lado, y en vez de deprimirse, aprovechó su mala racha para hacer el profesorado de manera virtual, poco después llegó a la Escuela de los Robles, la escuela de Scott, feliz de poder dar clases de lo que tanto amaba.

 

Los chicos y chicas comenzaron a trotar, cada quién a su ritmo, los apurados que querían terminar rápido, aunque eso los llevase a quedar totalmente agotados, y los lenteja que preferían ir lento y charlando con sus amigos.

 

Scott se tomó un momento para tronar su espalda adolorida, fruto de siestas en clase de Filosofía. Y con entusiasmo se unió a sus compañeros, empezando a correr apenas tocó la cancha.

 

Toda somnoliencia desapareció de su mente, mientras se centraba en esa simple acción de mover su cuerpo, se fue despejando y relajando, con calma y sin apuro, su cuerpo fue entrando en calor, y se sintió mucho mejor. No dudó en sumarse a los más atléticos del grupo, que hacían competencias de velocidad en las vueltas, como los "niños" que eran ¡Gano tres de cinco! Contra el mala cara de Tylson y los demás.

 

--¡Eh, ambos! ¡No se apuren  tanto, que queda una hora más de clase! --bromeó la profesora Rochester desde el centro--. ¡Que tengo que pagar las facturas a fin de mes! ¡Y tú, Rebecca! ¡Correrás una vuelta más si vuelves a caminar en mis narices!

 

Ante la sorpresa y no tan sorpresa de todos, una risilla escapó de Scott ¡Sin duda quién estaba de mejor humor!

 

La profesora dio indicaciones aquí y allá a los alumnos. Correr, caminar, saltar y volver a caminar, ejercicios aeróbicos y de fuerza, carreras de obstáculos y alguna que otra cosa más.

 

Y Scott, estaba cumpliendo cada actividad felizmente.

 

Él era muy bueno en los deportes. Hacía natación varias veces a la semana, de tanto en tanto iba al gimnasio ¡A parte de las clases! Se la pasaba corriendo de aquí a allá por sus metidas de pata ¡Y le gustaba Educación Física y Deportes! Una simple explicación, y él sabría como aplicarlo, sin complicadas indicaciones ¡Simplemente lo hacía y listo! ¡Sin más vueltas! Gracias a todo ello tenía buena condición física y salud ¡Nada para quejarse en ese aspecto!

 

Energético y fresco como una lechuga, saludó a su profesora, al final de la clase. Varios de sus compañeros se tiraron en la sombra de los robles, tomando agua y charlando, otros se arrastraron como orugas al edifico escolar, donde algunas clases continuaban. La profesora charló con cada quién que se le acercase, dándoles consejos y felicitando a todos por igual. Scott caminó directamente a la salida delantera.

 

Parado en la entrada de reja, esta vez sin sentarse en el escalón ¡No pensaba cometer la misma estupidez otra vez! Allí, Scott marcó el número de su hermana, un par de llamadas perdidas más tarde, un mensaje llegó al buzón.

 

"Lila: ¡¡Estoy en clases!! ¡¡NO LLAMES!!"

 

"Lila: ¡¡Y EN EVALUANCIÓN!! ¡¡SI DESCUBREN EL MACHETE EN MI CELU, TE MATO!!"

 

Scott rodó los ojos, que exagerada ¿Y qué si la descubrían por su culpa? Es más ¡Lo disfrutaría!

 

"Lila: ¡Me cuentas en casa que carajos te pasó!"

 

"Lila: Salgo en una hora. Nos vemos"

 

"Scott: Vuelves sola. Nos vemos en casa"

 

Guardó el celular en su mochila, y enfiló hacía su hogar, pensando en como aprovechar el desliz de información de parte Lila.

 

 




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