Despertar

Capítulo 19:

 

   El médico le dio varias indicaciones a Scott y su familia, y pudieron salir “por fin” del hospital, estrictamente amenazado, con si se sentía mal ¡Que hablara!

 

   Se subieron a un remis, y llegaron a su hogar media hora más tarde, su madre se fue a preparar el almuerzo, arrastrando a Lila casi de la oreja para que la ayudara, mientras Scott desaparecía misteriosamente de su vista.

 

   Entró en su habitación, y se lanzó sobre su cama, que le pareció más cómoda que de costumbre, aún con las mantas encima y esa dura almohada que le doblaba el cuello cada vez que la usaba.

 

   Aún faltaban un par de horas para el almuerzo, no había mucho apuro, y su mamá le dijo que podría dormir un rato, o hacer tareas si se quedaba despierto. Scott eligió “sabiamente” dormir ¡Quién no! Total, aún tenía un par de días libres que le había dado la escuela para recuperarse del todo ¿Pero de qué debía recuperarse?

 

   Se sentía bien, pero extraño, como si algo fuera diferente de antes, como si Scott hubiera cambiado.

 

   ¿Habrá sido...?

 

   Sacudió la cabeza.

 

   --¡No quiero saber nada! ¡Nada! --escondió su cabeza en la piedra de almohada que tenía--. ¡Me volveré loco si sigo así! Ya las asusté con mi estupidez ¡Otra vez! --se quejó en voz baja.

 

   Cerró sus ojos con fuerza, mientras se forzaba a relajarse una vez más, y escapar de la realidad con suerte un rato.

 

   “--¡Que eres terco, niño!”

 

 

    --¿Quién eres tú?

 

 

“--¡Qué te importa! ¡Que te despiertes!”

 

 

   --No quiero --siguió murmurando.

 

 

“--¡No me vengas con eso! ¡Arriba!”

 

 

   --Estoy muy cómodo

 

 

“--¡No me hagas ir a buscarte! ¡Todo esto es lo que querías! ¡Hazte responsable!”

 

 

   --Pero quiero seguir durmiendo

 

 

“--¡YA VAS A VER, EL TREMENDO LEVANTE QUE TE DARÉ, MOCOSO!

 

 

   --Como quieras… Klauss

 

   Y abrió sus ojos bruscamente, sentándose de golpe sobre el colchón, cayendo hacía el costado por el impulso.

 

   --¡¿Klauss?! --gritó a la nada ¿A quién llamaba?--. ¡Klauss! ¡KLAUSS! --siguió gritando, con lágrimas recorriendo sus mejillas--. ¡No me dejes! ¡Vuelve, Klauss!

 

   --¡¿Qué está pasando aquí?! --su madre entró a la habitación sin tocar, con la sartén en su mano y una escoba en la otra.

 

   Scott estaba en el suelo, con ojos ciegos de lágrimas, gritando a todo pulmón llamando a Dios sabe quién.

 

   --¡Mamá! --Lila asomó su cabeza--. ¿Qué pasó? --se asustó al ver a su hermano en aquel estado desesperado--. ¡Scott!

 

   Cuando quiso acercarse, el brazo de su madre la detuvo.

   

   --Está sonámbulo --dijo más tranquila, aunque preocupada--. Otra vez.

 

   --¿Otra vez? --preguntó Lila extrañada.

 

   --Scott, cariño --lo llamó con suavidad.

 

   Él levantó su cabeza, mirando a la mujer como si fuera una persona totalmente diferente, como un niño viendo a un desconocido.

 

   --¿Dónde está él? --preguntó casi con voz aniñada--. ¿Dónde está Klauss?

 

   --No lo sé, amor --siguió hablando con calma--. Pero él me dijo, que si te acuestas en tu cama y cierras los ojos un rato, lo verás.

 

   --¡¿Enserio?! --exclamó entusiasmado.

 

   --Si, cariño.

 

   --¿Te ayudo?

   

   Entre las dos acostaron a Scott otra vez, como si fuera un niño pequeño.

 

   --¿Lo llevarás al psiquiatra? --habló Lila después de un rato--. Es muy raro todo esto…

 

   --En realidad, no tanto viniendo de Scott --se lamentó la madre, mientras acariciaba el cabello blanco de su hijo--. Él está enfrentando algo, algo de su pasado o futuro, no tanto de su presente.

 

   --¿De qué hablas? --preguntó aún más confundida la chica.

 

   --Un día entenderás --sonrió nostálgica--. Vamos, dejémosle dormir, aún no está listo --y se marchó del cuarto.

 

   --¿Qué debo entender?

   

    Se encogió de hombros, y siguió a su madre, con suerte, la comida no se habría quemado.

 

   “--¿Enserio debo despertar?- preguntó el niño pequeño, de cabello blanco y ojos claros”

 

   “--No era necesario hasta hace un tiempo --habló el otro niño, el pelirrojo de la anterior vez, aunque era extrañádamente más serio que antes--. Pero ahora lo es, por tu bien”

 

   “--¿Volveré a verte? --sintió como el otro lo abrazaba contra su pecho.”

 

   “--Scott, siempre he estado contigo ¿Por qué ahora no?”

 

   Entre sueños, Scott abrazó su manta inconscientemente, mientras una pequeña lágrima cristalina como el hielo, diferente a las demás, acarició con dulzura su mejilla.

 

 




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