Despertar del Destino

Capítulo 7

Dreyk - Delylah, Agyry

La mención de su compromiso regresó la mente de Dreyk a los sucesos pasados; Loreth era su amiga, casi su hermana, estaban juntos desde que tenía memoria, jamás habían tenido una discusión, pero él no podía sentir por ella otra cosa más que un amor fraternal. Días antes había sido su compromiso… el mismo día de la desaparición de su hermana…

Apretando la mano de Loreth, quedó sumido en sus pensamientos.

***

Isla Itzoz - Catorce días antes

Exhausto, tirado en el suelo de la arena, se hallaba Dreyk, luego de una extenuante sesión de práctica de combate con su hermana Dantryia.

— ¿Qué sucede? — Le preguntó la muchacha mientras se sentaba en la arena junto a él.

— Estoy bien — le contestó él, un poco exasperado.

— No lo pareces — dijo ella rodando sus ojos. — ¿Se te olvida que a tu hermana gemela no le puedes mentir?

Dreyk suspiró nuevamente, levantando su espalda para posicionarse sentado, abrazando sus rodillas.

— Vamos, Dreyk — continuó la joven colocando la mano sobre el brazo de su hermano. — ¿Es por lo de tu compromiso con Loreth, ¿verdad?

Él volteó a mirar a su hermana y colocó su mano sobre la de ella, que insistía en darle ánimos:

— No tienes que hacerlo si no quieres, estoy segura de que mamá y papá entenderán.

Apretando la mano de ella, Dreyk le respondió:

— ¿Crees de verdad que, si entendieran, estarían a estas alturas haciéndome cumplir un contrato que ya estaba estipulado desde antes de mi nacimiento? No seas ingenua, Dantryia. No es así de sencillo, decirles a última hora que no me quiero casar.

— No entiendo qué es lo difícil para ti, Loreth ha sido siempre nuestra amiga desde que éramos unas sombras, y ella te quiere.

— No lo dudo y es por eso mismo, crecimos juntos, yo únicamente puedo verla como eso, una amiga, una hermana. Además, no quiero ser rey de esta estúpida isla, llena de vampiros y demonios obsecuentes, que sólo andan detrás de Dionisio para sentirse superiores.

— No creo que seas rey en un buen tiempo. Aunque Dionisio diga que es momento de que que Loreth se case y tome el trono, no creo que signifique que le concederá el reinado rápidamente después del matrimonio. Sabes lo tirano que es, no te cederá sencillamente el puesto de rey, luego de todo lo que le hizo pasar a nuestro padre.

— En eso tienes razón, pero igualmente no quiero tener parte en sus negocios.

— Padre no hubiera hecho ese contrato sin una razón válida. Papá y mamá se casaron por compromiso y mira cómo se aman. Y no es que tú odies a Loreth, si la quieres igual que a una hermana, puedes terminar queriéndola como ella a ti. ¿Por qué lo haces tan difícil, hermano?

— ¿Dirías que es fácil si estuvieras en mi situación? Lo dudo. ¿Te casarías con un amigo sólo por cumplir un contrato? No sé si pensarías así si hubiéramos asistido a la Temporada Social este año. Además, no entiendes, no quiero trabajar junto a un pervertido caza—hadas.

— No estoy diciendo que apruebo los actos malvados de Dionisio, y que tú tendrías que hacer lo mismo que él. No. Es un vampiro perverso, pero eso no significa que Loreth sea igual a su padre, la conocemos bien y sabemos que ella tampoco está de acuerdo.

— Dantryia, en este momento tú no lo puedes entender y no sé si algún día me entiendas; por el Hálito cumpliré ese contrato, aunque no sea responsable de lo que llevó a papá a hacer esto, de lo que sí estoy seguro, es de que Loreth se merece alguien que sí pueda amarla.

— Pero Loreth te ama a ti Dreyk, y con qué te cases con ella, será feliz.

Dreyk, cansado de la conversación, se levantó del suelo.

— Tienes razón... Loreth estará feliz — le dijo con voz de resignación.

Dreyk caminó para retirarse de la arena.

— ¿A dónde vas, Dreyk?

— Tengo cosas que hacer antes de la ceremonia de compromiso — le respondió sin dejar de andar.

— Espera, no te vayas así.

— No tengo tiempo.

Dreyk continuó su camino, ignorando a su hermana y tropezando con Ernesto, el chamán del palacio, quien también era su amigo y discípulo de combate.

— ¿Ya te vas? — Preguntó Ernesto haciéndole gesto con las manos. — ¿No estás listo para perder hoy? — Dijo mientras reía.

Dreyk se sentía un poco disgustado con la opinión de su hermana, e ignoró completamente la charada de Ernesto, su mejor amigo. Él no contemplaba la idea de que Dantryia, siendo su gemela, y compartiendo esa conexión tan especial que los unía, no pudiera comprender lo que le sucedía, y había esperado que ella entendiera.

El demonio sólo deseaba perderse en su cabaña, pero a un día de la ceremonia de su compromiso, sabía que aún tenía muchas responsabilidades en el castillo, así que, sin dudarlo, se dirigió hacia allí.

De camino a su recámara, Dreyk se encontró con Loreth, quien le informó que su madre quería verlo con urgencia. Él aceptó verla antes de ir a su habitación, porque sabía lo intensa que podía ser, especialmente cuando alguna cosa le parecía urgente, además, lo más seguro era que se tratara de algo relacionado con la ceremonia de compromiso.




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