Lina - Al sur de Vintown
Loreth y Lina llegaban conversando amenamente al campamento, cuando oyeron la voz de Dreyk.
— ¡Lina! — Llamaba con urgencia.
Ambas apresuraron el paso, apareciendo ante el hombre por detrás del carromato.
— Aquí estoy, Dreyk, ¿qué ha pasado? — Preguntó con preocupación.
— Victoria ha tenido un accidente. Nada grave, solo se dobló un tobillo y está hinchado, parece que tendrá un gran moretón. Ella pide uno de tus ungüentos.
— Denme un momento — dijo Lina mientras entraba a su carreta.
Del armario que se encontraba a la derecha de la cama, sacó unas tiras de tela y un potecito de madera clara.
Salió nuevamente y se dirigió al cubículo de Victoria.
— A ver, Vicky — dijo sentándose a los pies de la cama y observando el tobillo herido.
— No sé cómo pisé mal una piedra, a la orilla del río y se me dobló el tobillo, es muy doloroso — mientras la joven relataba lo sucedido, Lina colocó el ungüento que traía sobre las vendas, recitando unas palabras para sí misma, que iban enfriando el vendaje entretanto lo preparaba, y luego comenzó a envolver con él la zona inflamada.
— En un rato pasará el dolor y para mañana ya no tendrás nada — sonrió. — Dreyk y Loreth están fuera, les diré que pasen a despedirse de ti, yo mientras cocinaré algo para que cenemos.
Lina la dejó sola y cuando estuvo afuera tranquilizó al preocupado acompañante.
— No ha sido nada, en la mañana se habrá recuperado. Puedes… pueden — se corrigió volviendo su mirada a la vampira — pasar a saludarla.
Lina continuó su camino hasta su carromato, mientras Dreyk y Loreth entraban donde estaba Victoria.
***
Victoria - Al sur de Vintown
— Hola, Victoria — Loreth fue la primera en saludar con una sonrisa. — Siento mucho lo sucedido, lo bueno es que dice Lina que ya mañana estarás como si nada.
— Si, gracias. Sé que los preparados de Lina no fallan.
— Bueno, entonces te vamos a dejar descansar. Siento mucho que no pude hacer nada para evitar tu caída — le dijo Dreyk con melancolía.
— Hiciste mucho, Dreyk — le dijo Victoria mientras miraba a Loreth. — Tienes un novio maravilloso, si no hubiese sido por sus rápidos reflejos, tal vez hasta hubiese caído al río. — Gracias, Dreyk.
La damphir sólo sonrió ante su comentario y rozando el brazo de la chica, le deseó buenas noches y se retiró.
— Buenas noches, Victoria, espero que ya mañana te encuentres bien — dijo Dreyk con una sonrisa, y se volteó para salir del cubículo detrás de Loreth.
Victoria, sin apartar su mirada de Dreyk, suspiró. Ya el dolor se le estaba pasando, pero temía forzarlo y que le volviera a doler, así que solo se quedaría en su cama un rato hasta que Lina la llamara para cenar.
Hubiese querido colaborar con Lina, pues no le gustaba ser una carga. Pero sin poder hacer nada se acomodó de costado sobre su cama y se perdió en el recuerdo de cuando estaba en brazos de Dreyk y así se quedó dormida.
“Victoria se levantó corriendo para ayudar a su madre, que estaba tirada en el suelo.
— ¡Mamá, mamá!, ¡despierta! — Su voz sonaba desesperada, aunque suave, para no despertar a su padre que se hallaba en la otra habitación. Se percató de que el hombre vestido de negro ya no se encontraba en su recámara. Había escapado por la ventana. Corrió hacia allí, preguntándose cómo sería esto posible. Pero el intruso no se veía en ninguna parte. Su madre gemía del dolor que le había causado la bofetada de aquel. — ¡Mamá! — Exclamó Victoria que se acercó hacia donde su progenitora estaba tirada frente a la puerta del corredor.
— ¡Vicky! ¡Vicky! — Era la voz de su mamá.”
Victoria se despertó en un sudor helado. Y miró alrededor en su carromato, ya los pájaros comenzaban a trinar y un rayo del sol se iba asomando por la rendija de la puerta de su carro.
— Otra vez esa pesadilla — dijo para sí misma.
Retiró la sábana con la que cubría su cuerpo y examinó su pie. Notó que este ya no estaba hinchado y trató de apoyarse. Al levantarse no sintió ningún dolor.
— Lina es la mejor — exclamó.
Se preparó para salir al puesto de la bruja, había quedado en ir a reemplazarla unos días, en lo que Lina y Loreth terminaban el rito para la capucha de la damphir.
Estaba segura de que volvería a ver a Dreyk y su corazón se alegró. Se enjuagó la cara con agua limpia, que tenía en un cántaro sobre su tocador y llegó hasta el río a una parte oculta donde solía bañarse. Se lavó el cabello y le coloco perfumes que había creado con flores y hierbas, y terminando su baño, regresó nuevamente a su carromato y se vistió con uno de sus vestidos nuevos confeccionados por Aini.
Era un vestido largo, color negro de manguillos y por dentro una blusa blanca con mangas y del codo hacia abajo era semi transparente con encaje. La parte de arriba del vestido tenía un lazo cruzado en cuero desde su busto hasta casi su cintura y otros lazos iguales a los lados, desde debajo de sus brazos hasta sus caderas.