- Bienvenido al Hotel Rose Blanc - saludo el mayordomo, un hombre que rondaba los 70, vestía elegante y con un porte serio y ambiguo pero una mirada gélida - Sígame, le mostraré su habitación.
Asentí hacía él. Me guio a través de todo el hotel, sin embargo, a diferencia de usar el elevador como los otros huéspedes, me llevo por una escalera que daba al cuarto piso.
- ¿Por qué no usamos el elevador? - pregunté.
- El elevador no llega aquí.
El hotel constaba de cinco pisos y una azotea, según entendí, los huéspedes solo tienen acceso hasta el tercer piso, el cuarto y quinto eran reservados. Y yo me quedaría en una habitación del cuarto piso.
- Ponte cómodo. Este será tu hogar de ahora en más. Mañana le mostraré su estudio. - me entró las llaves y se marchó, dejándome de pie en el pasillo.
Habitación 4A. Use la llave y entre, se veía muy triste, paredes color beige, una cama individual, mesillas de noche, un armario y otra puerta, que asumo es el baño, nada mal. Siendo honesto, espera algo peor; el hotel había dejado de recibir huéspedes, solo unos pocos eran los "privilegiados" de ser aceptados en el hotel, desconozco cuál sea la razón, creería que es por estatus social, pero no es así, se ha visto a ricos, pobres, extranjeros y, demás entrar y salir del lugar.
Deje mis maletas a un lado y me recosté en la cama. Aparte de mañana comenzaré el retrato de la Sra. Lu… Sra. Lu. ¿Cuál será su nombre? Cerré mis ojos, estaba cansado, había hecho un viaje de 8 horas para llegar hasta aquí, necesitaba el trabajo; en mi pueblo natal no había mucho que hacer siento un pintor frustrado como lo era yo, tenía que salir a buscar y ofertar mis servicios, pero nadie quería una pintura del hombre al que no conocen de nada, es algo que no se puede presumir. ¿O acaso tú lo harías?
Las cosas como son, mi apariencia no era la mejor, tenía otras prioridades por las que preocuparme. Mi madre había caído enferma hacía ya un año, su tratamiento era muy caro y del único trabajo que había tenido en la vida, me habían despedido por recorte de personal, y no tuve de otra que recurrir a la pintura, una de mis pocas habilidades y pasatiempo favorito, obviamente no deje de buscar trabajo, pero no había nada dijo, solo trabajo de unos días y adiós. Hasta que llegó la propuesta de la Sra. Lu, me ofreció pagarme de diferente manera, me daría una parte al principio (parte que ya mandé a mi madre) y conforme pasarán las semanas me iría pagando lo que restaba. Era una oferta que no podía rechazar.
Mi madre… con el dinero que ganará pagaría su tratamiento, y de ser necesario le rogaría tener un lugar fijo en el hotel Rose Blanc a la Sra. Lu.
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Editado: 24.11.2023