Despierta -Bts & tú-

Capítulo 1: Wake up

Parte 1

bts intro: o!rul8,2

Aún no está claro en mi mente la forma en la que llegue aquí, por supuesto que no tenía una meta clara, no tenía sueños, no aspiraba a nada, no sabía que era lo que pasaría con mi vida y sinceramente no me interesaba mucho. Por alguna razón pensaba que mis problemas se resolverían automáticamente cuando fuera mayor, cada que recuerdo eso quisiera regresar al pasado, golpearme en la cabeza y hablarme con tanta dureza que me hiciera abrir los ojos en ese instante, aun sabiendo que estaría destruyendo mi infancia por completo, pero creo que eso sería muy cruel hasta para mí. Aún me lo pienso dos veces y después de volver a pensarlo, llega mi tormento de cada noche: ¿Hice bien? ¿Tome la mejor decisión? ¿Esta fue la decisión de mi vida?, la respuesta es sí, pues fue aquella que marco completamente mi vida, y bien dicen que; lo hecho, hecho esta, y no retrocedería. Las decisiones que tomas, son las marcas de tu camino. Y ahora busco el mío.

BTS: Wake up

Suspiré una vez más, echándome el fleco rojizo que me llegaba hasta la barbilla, tomé de nuevo el trapeador y comencé a secar el pasillo, cargaba con una enorme frustración de los mil demonios, pero aun así no me quejaba, nunca lo hacía, no tenía caso que lo hiciera sí solo me tenía a mí misma, solo mi interior. Aún me faltaban tres habitaciones por limpiar para concluir con mis labores del día de hoy, volví a suspirar antes de levantar mi cubeta e irme a la primera de las habitaciones. Lo mismo tendiendo camas simples de esas que también ocupo en el garaje de este enorme edificio. Pasé a la segunda y en ese mismo instante salió un chico que me lleva mínimo tres cabezas de alto, sonrió y me incliné un poco, de forma respetuosa, él hizo lo mismo, con su típica sonrisa, es por eso que le sonreía solo a él, ya que es el único que me sonríe. Terminó de salir, su cara es limpia y parece un muñeco de porcelana, me gustaría decir que su habitación es igual de libre de imperfecciones, pero mentiría enormemente. Pasé a la tercera y esta vez salió un chico de caracteres muy lindos a mi parecer, solo me lleva una cabeza de alto, me incliné un poco y el hizo lo mismo, sin ninguna expresión en su rostro, era el más serio del grupo. Volví a tender camas, desocupar papeleras, trapear con aromatizante de pino fresco y aventé su ropa sucia en el cesto, a excepción de la de él, era único que me ayudaba un poco, colocaba sus papeles en la papelera, su cama estaba tendida y su ropa en el cesto, sabía que todo ese orden era de él, porque tenía su suave aroma cada que salía, «chico lindo», sonreí en mis adentros.

Llegué a mi pequeño cuarto cansada, y me dispuse a repasar las preguntas de mi guía, aún faltaba más de medio año, pero nunca era demasiado temprano si se trataba de esto. Hacía mucho frio y tenía sueño, pero me dije a mi misma que repasaría por lo menos dos horas después del trabajo, en mi pequeño monedero apenas traía lo de un café chico, suspiré, «café, quería café».

Me puse mi abrigo negro, era grande y era lo único que tenía para protegerme del frio de la víspera de diciembre, me coloqué una bufanda del mismo color y salí del edificio. Mire mis tenis, necesitaba unos nuevos, pero me dije que con mi salario de este mes pagaría la renta. Choque con alguien, me disculpe en seguida hasta que note aquel suave aroma, era él, seguramente me habría dicho que me quede embobada, pero no pasaron ni tres segundos cuando él volvió a retomar su camino sin decir nada, «chico serio, claro, vuelve a anotártelo en la mente». El que tenga los ojos más grandes que los asiáticos en general, no lo hace el más guapo de Corea. Hice un leve puchero y seguí adelante, sentí una enorme mano colocarse en mi cabeza y ese chico sonriente me miro risueño, murmuro un pequeño «Hola», yo solo me incline un poco, «claro, vienen de su práctica de enfrente». Coincidí con todos, no lograba distinguirlos, puesto que eran demasiados aprendices, pero estaba segura de que sabían que yo era la chica encargada de la limpieza de sus cuartos; algunos me sonreían y yo solo me volvía a inclinar, otros como el chico de aroma suave me ignoraban; me encontré con el encargado de todos ellos y menciono el nuevo itinerario: mañana me tocaría trabajar junto a ellos, bueno, no precisamente junto a ellos, pero si en el mismo lugar de sus ensayos, un «que descanses» y «hasta mañana» fue lo último que escuche y volví a encaminarme por mi café.

Eran las tres de la mañana, pero sabía que por lo menos había memorizado lo esencial. Quería llorar del sueño, pero sabía que en algún otro lugar había alguien más que se quedaba hasta las cinco de la mañana para después ir a la escuela y seguido el trabajo. memoricé lo último y lo volví a repasar en mi cabeza sin mirar el cuadernillo. Por fin, satisfecha de mí misma, me fui a lavar los dientes y me acosté en mi pequeño catre, quite las colchonetas que me cubrían el frío, salió volando un pequeño cuaderno, lo recogí y me di cuenta que era de Idioma, a papá le hubiera gustado que repasara su idioma natal «Papá no está aquí, no, ya no más», me lancé directo a la cama después de apagar la luz, pensé dos veces ¿Qué será más pesado, mi trabajo o el de los chicos de arriba?, ellos no ven a sus padres durante meses, pero irán a visitarlos, sus padres saben dónde están y ellos saben a qué se quieren dedicar, yo no sé en cuanto tiempo veré a mis padres, ellos no saben dónde estoy, tampoco sé a qué me dedicaré y ni siquiera entiendo para que estudio y repaso hasta tantas de la madrugada... Solo sé que me servirá de algo en el futuro. 

No importa lo cansada o lo adormilada que estoy...

Solo debo seguir, seguir y seguir.

Apartado.

-Feliz cumpleaños YoonGi Hyung -










 




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