Definitivamente no soy muy inteligente cuando se trata de mujeres que están pasando por una situación algo difícil. Mi plan inicial era ir al apartamento con Samantha, ayudarla con la ropa y llevarla hasta su trabajo, no ofrecerle vivir en mi casa. No puedo creer que de verdad vaya a compartir mi espacio con otro ser humano, y uno que además es preciosa.
Ahora me encuentro viendo la televisión mientras ella hace la cena después de haber tenido una entrevista de trabajo con mi hermana y Jackson y haber sido contratada. Mi hermana y mi cuñado han quedado encantados con ella, y no me sorprende, parece que su trabajo le apasiona de verdad.
Con su paga fácilmente podría contribuir en todos los gastos del apartamento, pero algo, no sé el que, pero algo me dice que ella necesita ese dinero de más para algo y mucho más importante, así que me parece bien que ella pague su estancia con comida, al final yo no sé hacer casi nada de comer.
– Ya está.- dice con alegría, yo quisiese ser tan alegre y feliz como ella.- Cenaras aquí.
– No, tengo una mesa para eso.- ella rueda los ojos y se aleja del sofá.
Voy hasta la mesa, yo quería ayudarla a poner la mesa pero ya lo ha hecho todo ella, así que solo tengo que sentarme y cenar el risotto que ha hecho, tiene buena pinta no vamos a mentirnos.
– Que aproveche.
– Igualmente.- asiento correspondiendo a su sonrisa, me es muy difícil sonreír pero a ella le sale de forma natural. Envidio a la personas que sonríen con tal facilidad.
Comienzo a comer la cena y mierda, Samantha tiene que tener algún tipo de don porque esto está delicioso, no es la primera vez que lo como, a mi abuela le encantaba prepararlo pero aunque a ella le salía bueno, este está delicioso, tanto que me da vergüenza no decírselo, solo por seguir siendo indiferente.
– ¿Sabes bien?
– Si, sabe mejor que mi comida.- eso seguro porque yo como de los preparados del supermercado o en su defecto de lo que me trae mi hermana.
– Me tomaré eso como un halago.- me encojo de hombros.
– Mañana puedo llevarte a la empresa si quieres, yo tengo que ir a recoger a Ana.
– Gracias.
Al terminar, aunque ella insistía en quitar y limpiar los platos, acabé ganando yo y haciendo yo esa tarea, tampoco es justo que la deje hacer todas las cosas de la casa. Yo también tengo que participar, ella no es mi esclava.
– Lukas.- me giro a verla, ese pijama tendría que ser ilegal, ¿dónde estaba ese cuerpo? No sé pero ahora tengo que respirar con fuerza.- ¿Podrías darme algún consejo para mañana?
– ¿Por qué?
– Tu cuñado intimida mucho.
¿Ella y yo conocemos al mismo Jackson? Porque mi cuñado es una masita, ese hombre no intimida más que un cachorrito, osea, puede ser algo intimidante si se trata de mi hermana o alguna de sus hijas pero con sus empleados es una persona bastante buena y bromea casi siempre con ellos, así que de verdad que no entiendo donde está lo intimidante.
– Solo sé tu misma.
– Okey, ser yo misma.
– Exacto.- ella me mira con sus ojos turquesa y yo le devuelvo la mirada.- Voy a acostarme, adiós.
– Buenas noches.
Me voy a mi cuarto y me encierro, mi cuerpo ha tenido una pequeña reacción al ver el cuerpo de Samantha y me odio por ello, ni con mis ex novias he tenido un inicio de erección solo por ver las curvas de su cuerpo, porque ni siquiera la he visto en ropa interior o desnuda, ese solo era su pijama y yo me he puesto como un tonto hormonal y no como un hombre de veintiséis años, que vergüenza, yo no estoy entrenado para esto.
Decido ducharme para enfriarme y después me voy a la cama, espero que esto haya sido solo algo de hoy, sino voy a tener serios problemas en el tiempo que ella decida quedarse, porque no voy a echarla, estaría muy mal de mi parte después ser yo quien decidiese que se quedase por tiempo indefinido.
Me despierto antes que Samantha, algo normal porque suelo despertarme a las cinco de la mañana. Hago deporte y me ducho al llegar al apartamento, me pongo algo de ropa cómoda y luego preparo un café para cada uno, lo único que sé hacer, patético pero cierto, las mujeres de mi vida prefirieron hacerme de comer antes que enseñarme a cocinar y yo tampoco puse interés en ello.
– Buenos días.- asiento al saludo de Samantha y termino de tomarme mi café.
– Date prisa que tenemos que estar allí en una hora.- ella termina rápido su café y vuelve a su habitación.
Brad: La recuperé, si me esperó.
Yo: Ana y yo ya te lo dijimos.
Brad: Gracias por apoyarme.
Al principio sentía celos de Brandon, él pudo estar toda su vida con nuestra hermana, con el tiempo entendí que no era tan idílico como yo creía, Eliza convirtió a mi hermano menor en el verdugo de mi hermana, le daba todo y hacía sentir mal a Ana y Brandon era demasiado inocente para darse cuenta de ello, al menos hasta hace unos años.
Cuando pude hablar con mi hermano menor, y él pudo hablar conmigo, creamos lazos afectivos y este año que pasamos juntos, sirvió para afianzar nuestra relación, algo que agradezco, aunque este año se nos otorgara en las condiciones que se hizo.
Großvater: Hoy vais?
Yo: Sí, recojo a Ana y vamos, ¿Tú vas?
Großvater: Ok
Großvater: Sabes que no puedo.