Esta mañana Lukas ha salido para irse con sus amigos todo el fin de semana, no sé que tan bueno sea eso para mi porque llevo tres días de mierda, desde lo de Brianna. Fui a ver a mi hermano, quería hablar con profundidad de aquello que le pasó en sus últimos años de universidad, aunque temía las respuestas, pero fue necesario y bueno para ambos. Además mi hermano me dio una noticia, está conociendo a una chica a la que no parece importarle lo del cáncer, me ha dicho que no quería enseñarme una foto suya hasta estar más seguro de por donde iba, pero me alegra que él sea feliz y que el cáncer no condicione su vida siempre.
Veo la televisión mientras como palomitas y pienso en lo sucedido desde el miércoles por la tarde. El jueves estuve todo el día con mi familia y dormí en la casa de mis padres, no quería encontrarme de vuelta con Brianna y menos sola. El viernes Lukas volvió después de la comida de casa de su abuelo y se encerró en su cuarto, ignorándome por completo, no entiendo porqué pero no habló conmigo y esta mañana no se despidió.
El timbre de abajo suena sobresaltándome, no espero a nadie hoy así que no sé quien puede ser. Voy hasta el telefonillo y me encuentro con la imagen de mi jefa con sus dos hijas.
- ¿Eleanor?
- Hola Samantha.
- Tu hermano no está.
- Lo sé, vengo para sacarte de tu casa.- a veces me confunde.- ábreme o sal, pero no vas a pasar un sábado sola y triste por una estúpida como Brianna.
Al final le abro la puerta de abajo y la de arriba. Eleanor es una de las mujeres más fuertes que he conocido, superó la muerte de sus padres, y por los empleados me enteré que su hija fue secuestrada por dos horas. Luego ella se intercambió y fue la secuestrada. Pasó varias semanas en coma después de un accidente el mismo día del secuestro, y de ahí las marcas blancas de sus brazos. Y perdió a su abuelo poco después de su padre. Y tener hijos para ella es bastante peligroso pero tiene dos y parece una mujer completamente sana.
- Buenos días.- me sonríe cuando entra.- Cambiate y vamos.
- No quiero...
- Ni te creas que me vas a decir que no.- niega.- Gala está en mi coche, date prisa.- me mira con sus ojos profundos.- Andrómeda, saluda.
- Oh, si.- dice la niña con una enorme sonrisa.- Hola Sam, date prisa que quiero comprarme ropa.- no puedo decirle que no a esta hermosa niña.
- Dame cinco minutos.- digo viendo a mi jefa.
Entro a mi cuarto, ella no llevaba nada muy arreglado así que creo que unos vaqueros, una camisa sencilla, una chaqueta y unas botas es una buena elección de vestuario.
Antes de salir tomo mi bolso con mis cosas y después salgo con las tres chicas del apartamento, se siente vacío sin Lukas, y eso que siempre parece que no está pero su presencia se nota.
- Mi hermana llora mucho.- me dice la niña.- Pero es muy guapa, como mamá y yo.- le sonrío.- Tu también eres muy guapa.
- Gracias.
Salimos del edificio, cruzándonos por desgracia con Brianna, quien me mira mal pero que no se atreve a mirar a la hermana de Lukas, baja la vista ante ella.
- Vuelve a mirarla mal Brianna, y creo que vas a tener que buscar una nueva residencia.
- Tu...
- ¿Qué? Soy la dueña del edificio.- intento no sorprenderme, eso si que no lo sabía. - Y ya me tienes muy harta, eres bonita pero no una súper modelo. Ni eres superior a nadie por tener más dinero.
- ¿Y tu si?
- No, yo soy ex-modelo de ropa interior, hablo seis idiomas y me estoy sacando una maestría.- le sonríe.- Mi madre si era una súper modelo, no solo era buena en las pasarelas sino también en las sesiones de fotografía, era y sigue siendo amada por Alemania.- le sonríe.- No esperes entrar en una familia que no te quiere, tenemos demasiado nivel para ti.
- Claro, los ricos.- dice amarga.- Yo vine casi sin dinero, ustedes son una familia rica, siempre lo han tenido todo.
- Puede que haya tenido todo lo material, pero no lo sentimental.- siento que quiere gruñirle.- Daría cada céntimo que tengo para que mis padres estuviesen vivos, para que mi hermano jamás hubiese pasado por lo que tuvo que pasar, daría todo por haber podido pasar mi infancia con Lukas y no lejos de él.- se desafían con la mirada.- Soy rica, pero también se ser humilde, tu en cambio desde que te volviste rica te volviste una víbora. Esa es nuestra diferencia.- dice antes de darse la vuelta e ignorarla.
La sigo hasta su coche, uno bastante grande y seguramente caro. Nunca he visto a Eleanor o Lukas como personas que se crean superiores por tener más dinero, es como si eso en verdad no les importase, y después de escucharla hablar, puedo tener por seguro que no le importa mucho en verdad.
- Samantha.- ella me sonríe, supongo que yo si soy a su parecer alguien bueno.- ¿Te importaría sentarte atrás con las niñas?
- No.- le sonrío.
- Perfecto.
Ella pone a sus hijas en sus receptivos asientos y yo quedo entre ambas, el espacio es algo reducido pero lo suficiente para mi.
- ¿Por qué has venido a por mi?
- Porque mi chismoso hermano menor me contó lo que hizo Brianna y supuse que lo mejor sería sacarte. Estabas sola en el apartamento y cuando estás mal lo último que necesitas es estar sola.
- Gracias.
- Eres mi amiga.
- ¿Lo soy?
- Claro, eres simpática, una habladora maravillosa que siempre me saca una sonrisa, eres una persona fuerte que no se ha dejado llevar por las críticas de sus compañeros, eres una buena líder y una buena persona.- se encoge de hombros mientras conduce.- Samantha no te conozco más de un mes, pero siento que nunca me traicionarías.
- No lo haría.- niego.
- Bueno, tengo que comprarle ropa a Andrómeda porque Jackson quiere llevársela a la feria, y ella cree que no hay nada bonito en su armario.- rueda los ojos con diversión.- Después vamos a comer en algún restaurante, y por último dejaré a mis hijas con su padre y las tres iremos a un salón de belleza y veremos una película.