Biel y yo terminamos de pescar por hoy, ya casi está de noche y no quiero andar por el bosque estando tan oscuro. Si fuese yo solo no me importaría pero estoy con mi hijo y tengo que llevar mucho más cuidado.
Creo que he pesado el mejor día de mi vida en mucho tiempo, conocer lo que le gusta a mi hijo, convivir los dos solos, me ha abierto un poco más la mente. No sé pero creo que este viaje es parte de la terapia que necesitaba.
- Papá, ¿qué vamos a cenar?- ese es un gran problema y espero que pueda conformarse con lo poco que sé hacer.
- Vamos a hacer unos bocadillos.- le sonríe, sonrisa que me devuelve.
Mi abuelo me dijo que soy el héroe de mi hijo, que cualquier cosa que yo haga es perfecta para él y parece ser que si es cierto.
Preparo nuestros bocadillos, enciendo la calefacción para que no nos helemos y luego nos sentamos en el suelo y comemos tranquilamente nuestra cena, mientras que mi hijo me cuenta de sus clases de matemáticas, cosas que no entiendo en absoluto.
- Papá, hay niños en mi escuela que dicen que lo de los abuelos es raro.
- ¿Qué pasa con los abuelos?
- Que son dos hombres.- sabía que algún día él preguntaría sobre ello y yo tendría que explicarle lo poco que sé.
- ¿Crees que está mal?- él niega.- Biel, lo típico no es siempre la norma. Mucha gente cree que lo único normal, que el único amor que existe es entre un hombre y una mujer, o amor de familia pero existen más tipos de amores como el de los abuelos.- intento explicarle aunque creo que estoy siendo muy técnico.- Existen también mujeres que se aman entre si, como lo hacen un hombre y una mujer.
- Entiendo, ¿Tu amas a alguien como los abuelos se aman, o como la tita Ana y el tito Jackson se aman?- lo pienso, no creo haber amado jamás a alguien de esa forma, y Samantha me gusta, no la amo.
- No, todavía no.
- Quiero que lo hagas.- me sonríe.- Eres un buen papá, el mejor papá del mundo y tienes que tener a alguien así.
- Mi pequeño sabio, papá te promete que algún día lo encontrará.
- Tengo sueño.- se queja restregando sus manos por sus ojos.
- Vamos.
Nos levantamos del suelo y vamos hasta la habitación donde dormiremos. No quiero dormir separado de él, no me fio de que alguien pueda entrar a la casa y llevárselo sabiendo que me podría hacer daño. Puede que sea algo paranoico con ello pero no puedo no pensar que eso puede pasar, me pasó a mi y fue el resultado de lo mejor de mi vida, pero también sufrí mucho en el proceso para tener a Biel.
- Dentro de un rato vendré a dormir.
- Vale.- me sonríe.- Te quiero papá.
- Yo también Biel.
Salgo de la habitación después de arropar a mi hijo y darle un beso en la cabeza de buenas noches, petición de él mismo. Todos creen que ya con esta edad no quieren demostración sentimental pero mi hijo no, él ama el contacto físico. Biel se la pasa dando besos y abrazos, le encanta y a mi me encanta recibirlos.
Llamo a mi hermana al llegar de nuevo a la sala, no he sabido de ella en todo el día y me preocupa. Es demasiado raro que no me haya preguntado ni una sola vez si estábamos bien o si habíamos llegado correctamente.
- Hola Lukas.- puedo oír su voz cantarina.- ¿Cómo ha ido el día?
- Bastante bien, ¿y el tuyo?
- Genial, salí con Gala y Samantha.
- ¿Sacaste a Samantha?
- Anime a Samantha, ella lo necesitaba, yo solo fui buena con ella.- puedo jurar que está sonriendo.- Me gusta como cuñada.- niego, eso no va a pasar. Samantha es demasiado mujer para mi.- ¿Sabías que su hermano tenía cáncer?
- No, pero ahora si.- no tiene que ser fácil para Samantha y creo que ahora entiendo un poco el porque su hermano quiso quitarse la vida, no debe ser nada fácil tener esa enfermedad.- Mañana ya vuelvo.
- Perfecto, no seas un capullo con ella.- voy a colgar por eso pero ella sigue.- Mereces ser feliz, da igual a quien le hayas quitado la vida, creciste en un mundo criminal y creíste que era lo que debías hacer.- dice rápido.- Ahora lo haces por un bien común, así que Lukas, sé feliz.- es ella la que cuelga sin dejarme replicar.
Dejo el teléfono en la sala, tengo un mensaje de Samantha, no quiero contestarle porque siento que podría estar horas leyendo los mensajes que me mandase y no puedo, no quiero seguir cayendo. Tengo que poner una barrera entre nosotros por nuestro bien, por el suyo. A mi me persigue gente peligrosa y me niego a poner su vida en peligro. Ella no merece pasar por algo similar a lo que yo pasé. Lo que a mi me pasó era algo inevitable, fue mi pago por mis crímenes siendo tan joven y lo acepto, pero no aceptaré que a ella le pase algo malo, y menos por mi puta culpa.
Después de un rato, y reflexionando, vuelvo a la habitación y me meto entre las sábanas. Mi hijo lo siente y me abraza, amo a mi hijo, y definitivamente quiero vivir todos los días con él. Sé que mañana me va a costar separarme de él.
Biel canta la canción que pasa por la radio y no puedo evitar sonreír mientras lo oigo, me encanta su inocencia.
Me opuse firmemente a que mi hijo fuese criado como lo hice yo, quería que fuese un niño todo el tiempo que pudiese, que conservase su inocencia de niño todo lo que yo no pude. En definitiva, quiero una vida para él diferente a la que a mi me tocó vivir.