Anoche cuando Lukas llegó quise hablar con él, pensaba que no seguiría ignorándome después de dos días, pero al parecer estaba equivocada. Solo me informó de que volvía a trabajar por lo que le sería más fácil ignorarme y de que se iba a la cama. Parece que a partir de ahora esta será nuestra rutina.
Ya ha terminado mi jornada laboral, pero antes de irme al apartamento tengo que ir al despacho de mi jefe y entregarle la propuesta que tenemos para la campaña publicitaria de primavera. La de invierno ha sido un éxito. Jackson personalmente vino a felicitarme y Eleanor me dijo que estaban encantados de tenerme como jefa de publicidad
Llamo a la puerta del despacho de mi jefe, y no entro hasta que me dejan pasar.
- Hola Samantha, ¿Tu turno no ha terminado ya?- me pregunta con una sonrisa.
Al principio mi jefe me daba miedo, parecía ser un hombre muy serio y estricto pero resulta ser que es bastante parecido a su esposa, y que el más serio y con diferencia es su cuñado y mi compañero de apartamento, Lukas Hoffman.
- Si pero quería traerte la propuesta de primavera.
- Gracias, le echaré un vistazo en esta semana.
Le dejo la carpeta con los documentos encima de su mesa. Me jefe ama a Eleanor, y a sus hijas, tiene una foto de las tres encima de su escritorio, y de las pocas veces que he venido, siempre lo ha visto sonreír cuando las mira.
- Una cosa más.- dice antes de que salga del despacho.- Tomate el miércoles el día libre.
- ¿En serio?- él asiente.- Gracias.
El miércoles Carsten tiene una revisión del médico para decirnos como avanza el cáncer y me hubiese gustado ir pero tenía que trabajar. Ahora que Jackson me ha dado el día libre puedo ir a ver a mi hermano y acompañarlo con mis padres al hospital.
Salgo del despacho sonriendo como una tonta, no puedo creerme que de verdad me hayan dado libre justo ese día, tengo mucha suerte.
Tomo el autobús que me lleva a la cafetería donde antes trabajaba, para poder ver a Amalia y dos amigas más que al enterarse de lo de Walda y Olaf siguieren siendo mis amigas y no me dejaron sola como el resto de mis “amigas”, bastante falsas si me preguntas a mi.
- Buenas tardes.- saludo, el encargado me saluda y mis amigas ya están en una mesa.
- Buenas tardes Sam.- me saluda la madre de mi encargado, no creí que ella fuese a estar aquí.
Cuando veo a Amalia, Callie y Dana, me acerco hasta ellas y las saludo una a una, echaba de menos a mis otras dos amigas, llevaba mucho tiempo sin verlas.
- Nena, te ves mejor ahora que no estás con ese muermo.- me dice Callie con su típica sonrisa traviesa.
- Me siento mejor.- le confirmo yo.
- Me alegro mucho, Olaf es un estúpido por elegir a Walda.- rueda los ojos Dana.- Tu siempre serás mejor, más inteligente y más bonita.
- Eso, tu eres mil veces mejor.- la secunda Amalia.
- Callad que me voy a poner roja.- les digo con una sonrisa.
Pedimos unos cafés cada una de nosotras, y unos dulces para acompañarlos. Hacía mucho que no me reía tanto con mis amigas, demasiado tiempo sin verlas y sin hablar con ellas. Teníamos muchas cosas que contarnos.
- ¿Habéis visto al compañero de apartamento de Sam?- si las miradas matasen, Amalia estaría ya enterrada.
- ¿Compañero?- pregunta Callie.
- Nosotras pensábamos que compartía piso con una mujer.- dice Dana mirándome con una enorme sonrisa, es un poco espeluznante.
- Tengo una foto, ¿quieren verla?
- ¿Cuándo le hiciste una foto?
- Cuando vino a visitar a la jefa mayor.
Antes de que ella pueda enseñar una foto de Lukas, una voz femenina nos interrumpe. Una voz que conozco porque llevo un mes escuchándola, y no es ni más ni menos que la voz de mi jefa.
- Hola Samantha.- me doy la vuelta para ver a Eleanor con la más pequeña de sus hijas.- ¿Mi hermano llegó ayer al apartamento?
- Si, llegó por la noche.- digo algo confusa.- ¿No te llamó ni mandó un mensaje?
- No lo hizo y le he mandado varios mensajes esta mañana pero no me contestó.- resopla.- Estaba preocupada.
Me debato por unos segundos entre si decirle o no que su hermano ha vuelto al trabajo, la última vez se puso muy nerviosa, y eso al final lo que me hace decírselo. Eleanor se preocupa mucho por su hermano y creo que es lo que debo hacer.
- Eleanor.
- Si te cuesta decir mi nombre, puedes hacer lo mismo que Lukas, llamame Ana.- me interrumpe ella, la verdad que me es más fácil llamarla Ana.
- Vale – sonrío.- Ana, tu hermano comenzó a trabajar hoy otra vez.
- Por desgracia lo sé, su jefe me llamó el viernes.
- ¿Te llamó?
- Dejemos en que el jefe de mi hermano me tiene algo de miedo.- se encoge de hombros.- Y el trabajo de Lukas es delicado, así que suele informarme de cuando se incorpora al trabajo para que no me preocupe.- resopla.- También informa a mi abuelo y a Brandon.
- Oh, tiene sentido.
- Si fuese por mi hermano, yo no me enteraría hasta tener que ir al hospital porque se haya roto algún hueso.- dice algo incómoda.- Bueno, nos vemos.
Ella se va dejándome un poco preocupada, ¿tan delicado es el trabajo de Lukas como para acabar con frecuencia en el hospital? Su trabajo debe ser bastante incompatible con una vida normal, si es tan peligroso y entiendo todavía más el porque su familia se preocupa por él.
- Esa chica es hermosa.- dice Dana embobada.
- ¿De verdad es la hermana de Lukas?- asiento a la pregunta de Amalia.
- ¿Cómo personalidades tan opuestas pueden ser hermanos?
- Los dos hermanos menores de Lukas son así.
- ¿Así de guapos?- pregunta Calle interesada.
- Si, el menor tiene novia y ella está casada y con dos hijos.
- ¿Lukas es el único soltero?- asiento a Amalia.- Ella y él se parecen mucho.
- Si, al principió creí que ellos eran mellizos, pero ella tiene nuestra edad, es decir, es muy joven.