Termino la jornada laboral y salgo del edificio. Al salir me encuentro con una tormenta, no puedo evitar en pensar en ese día de otoño en que por casualidad mi novio me engañó, yo como estúpida corrí sin nada más que lo puesto, y Lukas me rescató de pillar un catarro peor del que ya pillé.
Me siento nostálgica recordando aquello, no sabía que pasaría tanto y que me enamoraría de un hombre que ahora lucha por despertar del largo sueño en el que se sumergió.
Echo de menos contarle mi vida mientras comíamos, echo de menos bailar y cantar mientras preparaba la comida para ambos. Echo de menos sus respuestas sarcásticas, echo de menos su medias sonrisas, su sonrisas traviesas y su forma de preocuparse fingiendo que en verdad no se preocupaba. Echo de menos ver sus ojos azul fuerte, echo de menos su pelo corto negro, le ha crecido muchísimo, estoy segura de que lo odiaría de verlo. En resumen, lo echo de menos a él pero no puedo hacer más que esperar a que se despierte.
Entro en la cafetería buscando el calor que he perdido al salir del coche, me saqué el carnet por fin y Ana me dijo que tomase el coche, quise negarme pero creo que ya todos conocemos a Ana, nadie puede negarse a lo que ella diga.
- Samy.- ruedo los ojos.
¿Adivináis la chica que mi hermano estaba conociendo? Pues sino la recordáis yo lo hago, resulta que esa chica es ni más ni menos que Amalia y que llevan saliendo ya dos meses, todo un récord para mi amiga. Espero que al menos esta vez dure con el novio,sería incómodo que no lo hiciesen. Debo reconocer que ambos parecen estar muy cómodos y felices y eso me alegra mucho.
- Buenas tardes.- la saludo a ella y al gerente.- ¿Cómo va todo?
- Bien, sabes que en invierno servimos mucho café.- me sonríe.
- ¿Cómo está Lukas?- me pregunta Amalia.
- ¿No te dijo mi hermano?- niega.- Sigue en coma pero ayer le quitaron oficialmente el respirador artificial, así que se podría decir que prospera.
- Esa es una buena noticia.
- No voy a negártelo.
- Tu hermano me dijo que Ana fue madre ya.
- Si, Einar es precioso, pelo azabache y ojos azul grisáceo, nuevamente Jackson perdió.
- Bueno, al menos Andrómeda tiene sus ojos.
- Si.- nos reímos.
Me siento en una mesa algo apartada y pido un café. Hace un par de días Hans me pasó fotos de cuando Lukas era pequeño, quiero verlas, dice que solía sonreír mucho y más si estaba con Ana o con Adriana.
Abro mi portátil y busco el correo con todas las fotos que Hans fue capaz de recopilar, escanear y mandarme, algo muy amable de su parte. Al principio me tenía algo de recelo porque se enteró que Lukas y yo discutimos esa noche, y que Lukas no había dormido por eso estuvo algo distraído, pero con el tiempo convivimos y nos hicimos amigos, o algo así.
Abro la primera imagen, aparece un bebé en ella y una pareja muy joven, Adriana y Ernesto, si que es cierto que Lukas y Ana se parecen mucho a Adriana, Ernesto quedó fuera de sus hijos casi por completo, excepto en la mirada medio ausente que siempre he visto que tienen ambos hermanos.
Paso a otra, Lukas ya es más mayor, es en su segundo cumpleaños, en breves estará cumpliendo veintisiete años, en dos semanas. En la foto Adriana sonríe pero algo la entristece. Aún así la foto es hermosa y Lukas sonríe abiertamente sin cohibiciones.
Para la siguiente Lukas ya tiene cinco años, está jugando en un parque mientras sonríe a la cámara, no juega con otros niños pero tampoco parece que eso le moleste, digo lo de jugar solo, parecía bastante entretenida.
En la siguiente aparecen Ana y Lukas, si cuando los vi creí que eran mellizos, con esta foto me lo parecen mucho más. Si fuesen ambos hombres o ambos mujeres, serían idénticos, o casi, la nariz de Ana es mucho más fina y el mentón de Lukas está súper marcado, aunque el de Ana tampoco se queda atrás. Ambos sonríen, sus ojos achicados dejando ver solo una fina linea azul.
- Me gusta su sonrisa.- le digo a la nada.- Adriana hiciste un buen trabajo con tus hijos.- le digo nuevamente a la nada.
- Si que lo hizo.- me giro para ver a Margaret.- Hola niña.
- ¿Te enteraste?
- Claro que lo hice, igual que me enteré que amas a Lukas antes de que tu lo supieses, igual que también supe que Lukas te amaba antes de que él dejase de negarselo.- me sonríe.- Jamás vi una foto de Lukas y Eleanor juntos de tan pequeños, fácil podrían haber sido mellizos.
- Yo también lo creo.
- Son muy parecidos, algunas veces tanto que irritan.- dice sabía.- Ana parece tan simpática que da la sensación de ser opuesta a Lukas pero son iguales.- tiene completamente la razón. Ella se levanta.- Bueno, te dejo que sigas viendo fotos.
- Gracias.
- Espero y rezo para que Lukas despierte cuanto antes.
- Todos lo esperamos.
Ella se va y me deja seguir viendo las fotos, que cada vez son más sombrías, con menos sonrisas. Algo bastante evidente y comprensible. La mayoría de fotos son después de la muerte de Adriana, y otras deben de ser tiempo después del secuestro de Lukas.
Cuando llegué al apartamento creí que Lukas solo era un rico que quería hacer una buena acción, que jamás había sufrido y ahora me avergüenzo de mi misma, él ha sufrido mucho más que la mayoría de personas que conozco.
Llego a la ultima foto y sonrío, en ella aparece Lukas con Andrómeda en brazos y Biel a su lado admirando a la niña. La foto, y la escena se ve maravillosa y Lukas se ve tan feliz, como si con solo la presencia de la pequeña pudiese olvidar todo el dolor y daño que le ocasionaron.
Saco mi móvil y vuelvo a ver la foto que le hice ya varios meses a Lukas, con Candela encima de él. Ambos dormidos, adorables. La única vez que pude ver a Lukas sin estar pendiente de todo.
- Samantha.- me giro al escuchar la voz de Olaf.
- Olaf.- lo saludo.
- Vi las noticias hace algunos meses.- asiento.- Quería saber, ¿Cómo estás?