Después de la tormenta

Epílogo ✅

Llevo a Biel a su escuela de matemáticas avanzadas para luego irme yo al trabajo, Lukas ya puede andar bien pero todavía no puede conducir, su médico nos lo dejó bastante claro hace un par de semananas y yo pienso seguir todas las instrucciones que me de el doctor, él sabe que las prisas que tiene mi novio no sirven para nada.

Entro al enorme edificio donde se ha mudado la empresa de mis cuñados, las cosas fueron bien y decidieron ampliar el negocio, algo que me parece magnífico aunque arriesgado, ya tienen muchos negocios que mantener pero bueno, ellos pueden con esto y más.

Saludo a un par de compañeras nuevas, son simpáticas pero hasta ahí, sé que han hablado a mis espaldas, al igual que muchos de ellos al saber que soy la cuñada de Eleanor. Hace unos meses sus palabras me harían daño y de verdad sentiría que tengo un puesto de trabajo por estar relacionada con el hermano de mi jefa, pero sé que en estos meses he demostrado porque merezco mi puesto, y tengo más confianza en mí así que es muy difícil que ellas o cualquiera me baje de mi nube.

- Buenos días.- me sonríe Eleanor.

Mi cuñada me preocupa la mayor parte del tiempo, aunque parezca estar bien no lo está, no me refiero a emocionalmente porque de eso ya está recuperada, me preocupa su estado físico y anímico, su corazón se debilita con rápidez, según los médicos se parece al de una persona de sesenta años y no al de una mujer de a penas veinticinco años.

- Buenos días Ana, ¿Cómo estás?

- Bien, hoy me siento especialmente feliz.- sonríe enorme.- ¿Cómo están mi hermano y sobrino?

- Están bien, tu hermano cansado de estar en el apartamento y Biel encantado porque lo ve mucho.

- Tienen que recuperar el tiempo perdido.- asiento, dándole la razón.- Luego salimo a comer juntas, y no me sirven las escusas.

- Bueno, vale.- le sonrío, me gusta comer con ella, es agradable.

****

Termino el último informe antes de que den las una de la tarde y tenga que salir a recepción para esperar a Ana e irnos juntas a comer. Voy a suponer que Hans se quedó hoy con el pequeño, porque de seguro Eda está en el colegio y Cande empezó hace poco la escuela infantil, así que en casa solo le queda un torbellino que quiere morderlo todo.

- ¡Llegué!- sonríe a mi lado.- Vamos.

Nos subimos en su coche y ella conduce con tranquilidad, admiro lo bien que conduce y como se sabe todas las calles, nunca se ha perdido y yo me pierdo cada dos por tres, es algo insoportable pero he conocido sitios que ni sabia que existían así que, al menos, he sacado eso bueno.

- ¿Este no es...?

- Si, el restaurante favorito de mi madre, hoy me apetecia venir a comer aquí.

- ¿Nos dará tiempo?

- No te preocupes por eso.

Al entrar un camarero nos guía hasta la mesa que compró Lukas, supongo que pueden utilizarla ellos dos sin la necesidad de pedirle permiso al otro.

- ¿Cómo te ha ido la mañana?- pregunta antes de pedir su comida, vegetariana como la mía.

Adoro que aún ellos comiendo carne respeten que yo no lo haga, y ante mi presencia coman solo platos vegetarianos, son demasiado respetuosos.

- Me fue bien, leyendo informes y redactando otros tantos.

- Odio hacer eso, y mi trabajo va entero de eso.- ambas reímos.

Comemos bien, aquí la comida está deliciosa y no tengo ningún tipo de queja con ella, solo que está un poco lejos del nuevo edificio.

- Hola hermanita.- me giro para ver a mi hermano y a mi cuñada, siguen juntos.

- ¿Qué hacéis aquí?- ellos se miran entre si y luego se encojen de hombros.

- Nosotros también estamos aquí.- dice mi cuñado con una sonrisa.

- Hola Sam.

- Hola Gala.- le sonrío.

- Nosotros también nos unimos.- veo a Jackson con sus dos hijas y su hijo, esto es muy extraño.

- Hola mami.- miro a mi niño con confusión, ¿esto es un sueño? me pellizco por si acaso pero no parece serlo en absoluto.- Tenemos una sorpresa para ti.

- No es necesario.

- Bueno, igual ya está la sorpresa por llegar.- me responde con una sonrisa extraña, traviesa, parecida a la de su padre.

- Hola Sam.

- ¿Lukas?

- Quería preguntarte algo.- dice de repente.- Estoy nervioso.- sonríe con ese nerviosismo para luego arrodillarse con ayuda de nuestro hijo y saca una caja de terciopelo de su pantalón, esto debe de ser una broma.- ¿Querrías casarte conmigo?

- Si, mierda claro que si.- sonrío y me levanto de la silla para abrazarlo y que me ponga el anillo.

- Dijo que si Eda, ella dijo que si.- escucho emocionado a Biel.- Mamá dijo que si tita.

- ¿Lo dudabas? Tus padres se aman.

- Los amo.- digo mirándolos a todos, nunca imaginé que después de esa tormenta encontraría cosas tan buenas y no me quejo porque ahora no imagino una vida sin ellos, es imposible, cuando los Hoffman llegan a tu vida es para adueñarse de ella y yo no voy a resistirme. 

****

Aclaración: Eda es el diminutivo que voy a utilizar con Andrómeda porque el nombre es muy largo para escribirlo siempre que la mencionene.

¿Os gustó el epílogo? Esperen a los extras




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