Después de la tormenta

Extra 1

Me quita la bata y con ayuda de mis cuñadas, de las tres, me pongo el vestido de boda, nunca creí que este día fuese a llegar y estar en él en este momento, rodeada de gente tan maravillosa, es más de lo que podría haber pedido y soñado en algún momento de mi vida.

Mi vestido es sencillo,como yo, blanco, de corte recto y con unas decoraciones en el escote en forma de V. Cuando lo vi en la tienda supe de inmediato que era lo que necesitaba para este día, y ahora con el maquillaje, con el peinado y con las sonrisas de mis damas de honor, sé que acerté por completo.

- Estas hermosa.- me sonríe Eleanor intentando no llorar de la emoción.

- No llores o yo lloraré.- me advierte Amalia mientras me mira con una enorme sonrisa.

- Estas preciosa.- dice Gala algo más timida, ella es de las que menos habla pero de la que más expresa.

Llaman a la puerta y luego entra la organizadora que me sonríe para tranquilizarme, y parece una completa tonteria que una mujer que no conozco más que unos meses, sea capaz de calmarme tanto pero si ella está relajada y feliz es porque la organización va como habíamos pensado y eso es que va perfectamente.

- Los niños ya están preparados, es hora de salir, ¿preparada?

- Súper preparada.- digo igual de emocionada y nerviosa.

Todas las chicas, menos mi madre, salen de la habitación. Ella me mira con una sonrisa, emocionada por poder verme tan feliz en el día de mi boda, y es que soy la mujer más feliz del mundo. No solo gané un novio y pronto esposo maravilloso y protector sino que también un hermoso hijo del que ya no puedo imaginar fuera de mi vida, él es el ser más maravilloso del mundo.

- Toma.- me da ua pulsera de oro.

- ¿Qué es?

- Lo llevé cuando me casé con tu padre.- me sonríe.- Algo nuevo, - dice señalando mi vestido. - Algo azul,- señala mi pierna donde está la liga de ese color.- Y algo viejo.- señala la pulsera.

- Gracias mamá.

- Gracias a ti por ser mi hija.- dice antes de darme un beso.- Te espero dentro.

Respiro profundamente antes de armarme de valor y salir de la habitación en la que me encuentro. Fuera ya se encuentran los dos hombres que me van a llevar hasta el altar, mi padre y mi hermano, me era imposible cual de los dos debía entregarme y creo que es justo que me entregen ambos. Soy la niña de los dos a fin de cuentas.

- Estás hermosa.- llora mi padre.

- No puedo creer que de verdad te vayas a casar, y lo acepto porque veo tu cara de boba, sino te secuestraba, de estar casandote con Olaf no te dejaría hacerlo.- me sonríe.- Vamos.

Veo como Andrómeda entra tirando flores, luego la siguen las damas de honor con sus respectivas parejas, menos Amalia que entra con mi madre, si, he elegido a mi madre como dama de honor.

La marcha nupcial comienza a sonar, y con una sonrisa comienzo a andar por el largo pasillo de la iglesia, aprecio que Jackson y Eleanor hayan venido a la iglesia siendo ateos, eso demuestra lo que nos quieren.

Me centro en Lukas, veo como intenta retener las lagrimas sin exito y como su hermana acaba dándole el pañuelo que estaba ella utilizando para secarse sus propias lágrimas. Nunca pensé que Lukas fuese a llorar al verme entrar, y de haber apostada hubiese perdido. Nadie puede imaginarse a ese tempano de hielo llorando por algo como esto, nunca llora.

Veo a Biel parado al lado de su padre, llorando, es mi niño, mi hermoso hijo, un niño que oficialmente ya tiene mi apellido, así que se siente todavía más mío.

Al llegar mi padre y mi hermano me dan un beso en cada mejilla antes de dejarme con Lukas, que agarra mi mano y me ayuda a subir los dos escalones hasta el altar.

- Mamá.- me llama Biel.- Estás hermosa.

- Gracias cielo.

La ceremonia de comienzo de forma oficial, todos seguimos las instrucciones que nos dan paso por paso, nadie quiere que esta boda salga mal y por eso todavía los aprecio más.

- Es hora de los votos.- anuncia el sacerdote.- El novio comenzará.

Lukas me mira alo nervioso antes de aclararse la garganta. Sus ojos azul intenso chocan y se conectan con los míos turquesa y por unos segundos todo el mundo desaparece y somos solo él y yo.

- Hace un año conocí a una chica que lloraba bajo una tormenta, pensé que era estúpida por estar ahí llorando por alguien que seguro no lo merecia, y me acerqué porque yo tampoco soy mucho más inteligente, pero hacer aquella estupidez me dio una de las mayores felicidades de mi vida. Aquello me hizo conocerte y me hizo ver el mundo de otra forma, más colorido, ya no me vi como el malo de toda película, por primera vez me vi como el bueno. Por primera vez creí merecer todo lo bueno que la vida me había dado y por eso te amo. Te amo por quererme tal como soy, por ver más allá de mi fría personalidad, por hacerme crecer como persona y por enseñarme como ser un buen padre y un buen novio.- me sonríe al terminar.

- Hoy, hace exactamente un año un chico extremadamente alto y guapo se acercó a mi mientras lloraba por alguien que no merecía ni una sola de mis lágrimas.- sonrío.- Creí que para aquel hombre solo era un estorbo, y cuanto más tiempo pasaba con él más me enamoraba aunque yo me negaba a verlo, necesité que te convirtiesen en un colador para que tu hermana me abriese los ojos para salir de mi estupidez.- todos reímos.- Gracias amor por darme todo lo que queria y necesitaba en esta vida, gracias por hacerme madre de un niño maravilloso y gracias por enseñarme que las apariencias engañan. Te amo mi amor.

Dichos los votos la misa continua, después nos echamos las fotos que yo quería, todos querían hacerme feliz y yo quería muchos recuerdos de mi dia especial, y todavía queda fiesta.




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