«Primero se fue la luz y toda la señal que dejaron los teléfonos sin funcionar. Los hospitales cerraron las puertas desde adentro cuando ya no se podía sostener. Las sirenas se quedaron mudas. Nadie venía. La ciudad se partió en calles por donde podías seguir con vida y calles por donde te morías. Empezamos a contarnos en voz baja. Y a no gritar los nombres.»
— Registro de Stonehaven, primeras 12 horas
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Editado: 13.09.2025