Capitulo II: La astucia

ASHLYN

Sin pensarlo me senté para mirarlo de enfrente, al verme rodo los ojos para luego dejar su celular al lado, se cruza de brazos poniendo presión en la mesa, me examina y odio que me sienta bien al verme de esa manera.

-¿Ashlyn Ligan? – pregunta enarcando una ceja, solo asiento y juro que me siento que estoy en la cárcel dando mis datos - ¿Cómo te atreves a decir que la teoría relativa es la que tiene razón?

-Pues es la que tiene más datos referente a nuestra vida – respondo sorprendida por la razón que me ha llamado para decirme eso - ¿solo para eso me has llamado?

-Si – responde rápido – sin duda no conoces que la teoría cuántica tiene más prototipos que nos lleva a hacer cosas que nunca nadie ha hecho.

-Si hablas de personas que habilidades como manejar, ser parte de la natación, resistir a un dolor – digo cuando hago enumeración con mis dedos – creo que la teoría relativa que toda personas es capar porque parte de la gravedad y el movimiento que se destaca a través del sol, hace cambios que generan ello.

-No hablo de ese tipo de habilidad – responde serio mirándome con una intensidad en sus ojos que me mata – hablo de habilidades que no cualquiera puede hacer e incluso una persona que tenga poderes, todo ello depende de la teoría cuántica que nos da a conocer que cada dato del aérea gravitacional da energía que permanecen en el cuerpo del hombre.

-Hablas de algo que no ha pasado – respondo contradiciendo cada palabra de la que él ha dicho – no ha existido ninguna persona con poderes tan relevantes.

-Einstein es uno de ellos – dice cuando se acomoda en su asiento – él tiene el poder de la inteligencia, puedes creer que él no era nada, hasta que de la nada se hace inteligente, es porque la teoría cuántica revela que la energía es fuerza de ello.

-Albert no tenía un poder tan dominante, la inteligencia todos las desarrollamos como queremos, dependiendo de cuál somos capaces -  me defiendo con toda mi experiencia ante estos casos.

-No lo entiendes – exclama enojada fulminándome con la mirada - ¿acaso no crees en los licántropos, brujas, olinius e incluso en la magia?

-Claro pero…                                                                                                        

-Entonces, ¿Cómo puedes negar una fuerza mayor? – pregunta y en ese momento es cuando me quedo sin argumento, trago grueso e intento pensar.

-Si… pero lo que yo crea no importa, ya que yo puedo decir que creo en la magia, brujas pero no sabemos si digo la razón, porque nadie los ha visto – digo nerviosa y parte de lo que dije es verdad, el suspira y niega con la cabeza varias veces.

-Existen – responde y enarco una ceja confundida ante su comentario – existen, las personas con poderes y todo lo que haya que sea impresionante para nosotros.

-Compruébamelo – lo reto con una mirada desafiante, se empieza a reír ante la situación en la que lo he embarcado, pero me siento complicidad al escuchar su risa.

-No entiendo que más te debo explicar, tu misma te has contradicho diciendo que para ti existen aunque nunca los has visto – dice y ¡Carajo! Tiene razón – eres ingenua ante este debate, será mejor que dejemos esto.

Se levanta de su asiento, agarra su celular y se retira dejándome aquí asqueada y humillada ante la situación, de ahora en adelante no creeré en nada de brujas, hombres lobo y todo tipo de personas sobrenaturales ya que ni siquiera los he visto, como que existen.

Me levanto del asiento esperando ir a terminar lo que deje de comida, ya que toda esta conversación me dejo en el olvido, pero cuando me dirigía hacia mis amigos, escuchamos el timbre de regresar a las clases.

-Carajo – digo enojada, Marcos y Hilary se levantaron de sus asientos y se acercaron con rapidez, sin duda vendrían a preguntarme sobre la conversación que me habían dejado humillada.

-¿Qué te dijo? – la primera al hacerlo fue Hilary con mucha curiosidad, le hago un gesto con mi dedo cerca de mis labios que haga silencio, ella frunce el ceño al ver mi acto.

-Se los contare luego – digo sonriéndole, pongo mis brazos en sus hombros y me dirijo con ellos a nuestra clase, abrazados.

-Espero no se te olvide – dice Marcos, niego con la cabeza.

Caminamos hacia el lugar que nos toca la clase, al llegar entramos viendo al profesor de química sentado calificando unas cosas, mis ojos se toparon con Tyler al voltear, pestañee varias veces y tenía que pasar a su lado para ir a mi puesto junto a Marcos quien toca a mi lado.

Ni siquiera me voltea a ver, sigue siendo el frio de siempre, parece que se le olvido que hablamos mucho, así que con toda precisión subo enojada a sentarme a mi puesto.

-Oye primero paso yo – dice Marcos, ¡Rayos otra vez metiendo la pata! me levanto apenada dejando que pase – sinceramente andas muy rara Ashlyn.

Solo le sonrió enseñando mis dientes para luego sentarme a su lado, el profesor comenzó su clase de química, intente estar concentrada ante toda la clase ya que me ha costado porque no me gusta esta clase pero debo esforzarme aunque no servirá de nada porque saldré de aquí antes de graduarme.

Como hubiera ansiado poder cumplir mis metas, pero mis padres no son más que gente despreciable que solos les interesa su bienestar y no en el mío, como su hija hubieran dado de sus ahorros para terminar pero mi padre no quiere darme su apoyo, dejara a mi madre a su cargo de mi bienestar, pensaban que la corte le pedirían manutención para mí pero ya tengo diecinueve años, soy mayor de edad por eso no me quejo del todo.

Luego de terminar la clase, bajo de las gradas con cuidado, Marcos se ha quedado para revisar algunas cosas mientras que yo me decido ir a la biblioteca, pero al pasar al lado de Tyler este me observa y ahora soy yo la que lo ignoro por completo. Saludo a Hilary que está a su lado para luego retirarme, debo leer un poco sobre la teoría de la relatividad y poder tener conocimiento ante ello.