Hailey.
Capitulo 1: La app de citas.
4 años han pasado desde que decidí mudarme con Piper a Miami y hasta el momento sigo pensando que fue la mejor decisión de todas. He conseguido un buen trabajo como asistente en una agencia de marketing y todo va bien. Piper la ha pasado mal ya que terminó con Jonathan por problemas suyos, la verdad trato de no ser tan chismosa con el tema.
Me había independizado por mi cuenta hasta hace un par de meses y por supuesto Piper en el departamento de al lado cuidando de mi y yo cuidando de él y de su frágil corazón. Mi vida parecía andar bien hasta que llegó el momento que he estado evitando hasta ahora…
Si, ese momento que nosotros los que nos creemos jóvenes no queremos.
Y es cumplir 27 años y seguir estando soltera.
Lo cual no está mal a menos que seas la única de tus amigas en la oficina que no ha podido conocer a alguien bien porque resultan que todos los chicos son unos idiotas que buscan saciar sus ganas carnales y no amarte como es debido. ¿Qué le pasa? Lo cierto es que Piper al tener la llave de mi departamento entró está mañana a las siete con un pastel de chocolate y puso en volumen alto una canción de cumpleaños.
Me he caído de la cama y he dado vueltas al igual que un trompo entre sábanas sobre el suelo.
—Te sientan los 27 años, vejestorio.
Y él lo dice tan calmado, y me lleva dos años encima.
—¿Me estás diciendo vieja? —. Pregunté incrédula y él asiente.
—Se te ven las patas de gallo bajo tus ojos, y las arrugas.
—¿Y lo dices tan calmado? Tu tienes también arrugas, amor. —. Saqué de un cajón un mini espejo para comprobar que son mentiras.
No puedo tener arrugas tan rápido si apenas estoy cumpliendo 27 años.
—Para eso existen los Botox amor, por cierto, Hailey…—. Ese canturreo no trae nada bueno a mi beneficio.
—No lo haré, si quieres ve tu.
Él insiste en que necesitamos Botox para conservar la belleza eterna pero es mentira, quiero envejecer dignamente.
¡Mentirosa! Ayer me aplique como loca protector solar por toda la cara y cuello para que en unos años las arrugas no peguen tanto.
—Bien… ¿Pero al menos has pensado en lo que hablamos anoche?
—¿Sobre usar la dichosa app de citas? —. Él muy campante asiente.— ¿Estás de coña? No quiero que me descuarticen…
No me fío de las aplicaciones para conseguir parejas, no soy Piper…
Pero no niego que me sentido mal al ser la única de mi círculo social en no andar con alguien, o esperar que vayan por mi al trabajo o no recibir algún me mensaje que no sea de mi mejor amigo. En ocasiones la soledad pega y fuerte pero trato de ocultarlo bajo mi independencia.
—¡Hailey no quiero que vistas santos! —. Me zarandea el muérgano.
—¿Qué hay de malo en eso? —. Según mi abuela eso no era tan malo, era hermoso servir a Diosito.
—Tu panadería necesita acción, cielo…—. Enfocó sus orbes verdosos y lo odié, me convencerá.
—¿Mi… panadería? —. Era curioso la cantidad de palabras que usaban para referirse a lo que nosotras las mujeres tenemos entre nuestras piernas.
—Hailey, solo úsala está noche y si no te convence puedes volver a tu soltería eterna.
Está demente si piensa que usaré una app como esas, tengo dignidad.
✈️✈️✈️
¿He perdido la cabeza? Tal vez.
¿Qué Piper se reirá de mi en lo que queda de año? Tal vez.
Solo espero no terminar en una bolsa negra a la orilla de algún lago abandonado de Miami o en un lugar remoto de cualquier estado del país. Tal y como Piper me aconsejó descargué la app e ingresé una que otra información de mi, y por miedo y seguridad no utilizaré mi nombre real si no un seudónimo totalmente equis.
Ya no más Hailey, bienvenida Gloria.
Nada legendario y menos único pero si uno básico y lo que les hará esperar cosas y situaciones básicas de mi. Tomé de mi galería de fotos una en dónde se veía mi perfil y mi largo cabello castaño estilizado, perfecto para que nadie sepa que soy yo puesto que es una foto de cuando tenia 19 años.
Los primeros en escribirme son unos raros pidiendo fotos de mis pies y a cambio me dan dinero, fueron alrededor de quince usuarios que bloqueé en menos de quince segundos.
Unos minutos después y solo han llegado dementes con intenciones aún más indecorosas por lo que decidí dejar mi teléfono de lado e ir a preparar lo que cenaría está noche. Ya fue mucha tecnología por ahora y tenía deberes que cumplir.
✈️✈️✈️
James_Anderson te ha enviado un mensaje:
Hola, Gloria, es un gusto saludarte.
Tenía a Piper a mi lado cuando me llegó este mensaje y aunque al principio no le prestó tanto atención por saber quien era Gloria, ahora parecía la prensa activa.
—¿Gloria, querrías responderle al chico? —. Su amabilidad acompañada con ironía me hace entornar los ojos.
—No lo haré, es un demente como el resto. —. E iba a cerrar sesión pero Piper fue rápido al agarrarme mi teléfono y comenzar a revisar el perfil del chico.— ¡Piper Wolf!
Traté de agarrarlo pero fue imposible, el hombre estaba en forma y con buena coordinación al momento de esquivar cada uno de mis estúpidos golpes.
Bien, me rindo, que haga lo que quiera con mi teléfono.
Dejó de importarme mi teléfono para volver a la comodidad de mi sofá y continuar tomando de mi copa de vino en lo que él parecía encantado con el perfil del chico.
—Estás loca si no contestas. ¿Has revisado el perfil, Hailey? Eres una suertuda. —. Él me lo entrega de vuelta pero lo apago.
—Igual, no responderé. —. Informé tajantemente.
—Tu no pero yo ya lo hice. Es amable, Hailey, dale la oportunidad.
—¿De cotizar con mis pies? Claro que sí. —. Le di un trago a mi vino bajó su atenta mirada.
—Eso dices ahora, ya te veré mañana o en unos días. —. Él deja un beso en mi frente y sale de mi departamento cuando pensaba responderle.
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Editado: 11.11.2024