Capitulo 6 I Emily Rose I
Me encuentro parada frente a la puerta de mi antiguo trabajo, la cafetería, junto a Oliver y Sídney.
El sol tiene un tono anaranjado a causa del atardecer, y una sensación de nostalgia me invade al mirar el letrero del local.
Oliver esta nervioso, jugando con las llaves de su coche, mientras Sídney mira a su alrededor con curiosidad.
-No puedo creer que la cafetería haya cambiado de dueño -dice Sídney, rompiendo el silencio.
Sus ojos se entrecierran, tratando de leer algo más allá del letrero.
-Sí, y el mensaje que nos enviaron... -responde Oliver, sacando su teléfono para revisar el mensaje nuevamente-. Dice que tenemos que venir esta misma tarde para la nueva apertura.
Mientras ellos hablan, mis ojos se posaran en un hombre trajeado que sale por las puertas principales del local.
Tiene una expresión de pocos amigos, y su porte imponente hace que los tres nos quedemos en silencio, mirándolo fijamente.
Hay algo extrañamente familiar en él, aunque no puedo precisar exactamente qué es.
Lo observo en silencio, tratando de recordar si lo he visto antes en algún lugar.
El hombre se detiene frente a nosotros analizándonos con la mirada a los tres.
-Entren -ordena, su voz cortante-. El nuevo jefe quiere verlos.
Los tres intercambiamos una mirada antes de asentir y seguir al hombre trajeado hacia el interior de la cafetería.
El lugar ha cambiado significativamente.
Los muebles son totalmente nuevos y el ambiente parece más elegante, más sofisticado.
-¿Quién crees que sea el nuevo jefe? -susurra Oliver, caminando a mi lado.
-No lo sé, pero espero que sea alguien agradable -respondo, aunque una parte de mí duda de ello, especialmente después de ver la actitud del hombre que nos ha recibido.
Llegamos a uno de los salones más apartados del local.
El ambiente es más elegante de lo que recordaba, con nuevos muebles junto con la iluminación suave que crea una atmósfera casi íntima.
Mis pasos se detienen de golpe cuando veo a un hombre trajeado de espaldas.
Reconozco su postura y su porte inmediatamente.
Tiene que ser broma.
Tiene que ser una maldita broma.
El nuevo jefe no puede ser Alex.
Me quedo estática, incapaz de moverme, mientras Oliver continua andando hacia adelante.
Sídney, que ha estado caminando junto a mí, se da cuenta de mi repentina parálisis y me mira con una expresión extraña, probablemente preguntándose qué me pasa.
Alex, al notar nuestra presencia, levanta la vista de los papeles que esta revisando y se gira hacia nosotros.
Sídney abre los ojos como platos al reconocerlo también, quedándose sin palabras, igual que yo.
La seriedad en el rostro de Alex no da lugar a dudas: él es el nuevo dueño.
-Por favor, siéntense -dice, su voz firme y autoritaria resonando en la sala.
Oliver se sienta primero, todavía procesando la sorpresa, mientras que yo finalmente reacciono.
Tiro de Sídney para que me siga y nos sentamos junto a Oliver, justo frente a Alex.
Un momento después, el hombre que nos ha recibido en la entrada aparece en el salón con una botella de vino en la mano.
Nos muestra sonrisa de oreja a oreja mientras se sienta al lado de Alex.
La familiaridad entre ellos es evidente.
Si no fuera por el color de pelo, la estatura y el color de ojos juraría que son clones.
Nos mira con diversión mientras se sienta al lado de Alex, sosteniendo la botella de vino en la mano.
-¿En serio se habéis creído todo el cuento del principio? -dice, riéndose-. Quería ver cómo reaccionaban.
La sonrisa en su rostro contrasta fuertemente con la seriedad de Alex, el cual lo mira miraba serio sin decir nada.
Finalmente, el hombre le da una palmada amistosa en el hombro.
-Vamos, relájate un poco, hermano -le dice.
Esa palabra, "hermano", me hace mirar a Alex con sorpresa.
Mi mirada se cruza primero con la de Oliver, que parece tan confundido como yo, y luego con la de Sídney, que sigue en estado de shock, mirando fijamente a Alex.
-¿Hermano? -pregunto, sin poder contenerme más.
Alex suspira, claramente incómodo por la revelación.
Pero antes de que pueda responder, su "hermano" interviene.
-Sí, soy Ethan, el hermano mayor de Alex. -Ethan nos sonríe ampliamente, ignorando la incomodidad de su hermano-. Ayudaré con la gestión de la cafetería, así que probablemente me vean bastante seguido.
Oliver suelta una risa nerviosa, tratando de aliviar la tensión.
-Bueno, eso explica muchas cosas -menciona, mirando de Ethan a Alex.
Ethan se recuesta en su silla, todavía con la botella de vino en la mano, y nos observa con una sonrisa.
-Así que, chicos, ahora que están aquí, les cuento que Alex y yo somos los nuevos dueños de este local. Pero, siendo honesto, voy a ser yo quien pase más tiempo aquí. Me aburro demasiado en casa -dice, riéndose.
Asiento sin saber realmente cómo reaccionar a lo que dice.
Noto que Alex se mantiene en silencio, su mirada ocasionalmente se posa en mí de manera disimulada mientras Ethan habla.
Oliver frunce el ceño, claramente confundido.
-¿Entonces tendremos que trabajar aquí y en la empresa? -pregunta, tratando de entender la situación.
Ethan asiente con entusiasmo.
-Exacto, Oliver. No se preocupen, hemos coordinado los horarios para que puedan manejar ambos trabajos sin problemas -contesta, sacando un papel del bolsillo y desdoblándolo-. Aquí están los horarios. Queremos que estén aquí a las seis de la tarde, después de sus horas en la empresa.
Sídney mira el papel y luego a Ethan, aún procesando la información.
-¿Y qué pasa con Thompson? -pregunta, susurrando como si el antiguo jefe pudiera aparecer de repente.