Capitulo 7 I Alex Blake I
Estoy sentado en el bar, a un par de metros de donde Emily y Sídney trabajan.
Ethan esta a mi lado, hablando sin parar sobre alguna anécdota que le ha ocurrido esta mañana.
—...y entonces, cuando me di cuenta, estaba parado allí con dos tazas de café en la mano y la puerta de la oficina cerrada de golpe —dice Ethan, riendo—. Tuve que explicarle al cliente por qué le había traído dos cafés en lugar de uno. Parecía que no se decidía y, bueno, yo tampoco.
Asiento, sin prestarle demasiada atención.
Mi mirada sigue fija en Emily, observándola mientras se aleja de una de las mesas que acaba de atender y se dirige hacia Sídney.
Frunzo el ceño al notar que saca un papel de su bolsillo y se lo muestra a la rubia.
Sídney mira entre Emily y la mesa que acaba de atender, con una expresión de sorpresa y algo más que no logro identificar.
Emily, sin embargo, sonríe.
Una sonrisa amplia, despreocupada, y niega con la cabeza mientras le sigue mostrando el papel a Sídney.
Ver esa sonrisa me hace enfurecerme de repente.
¿Qué puede ser tan gracioso en una nota de un cliente?
Ethan, como de costumbre esta atento, se da cuenta de mi reacción y no tarda en aprovechar la oportunidad para burlarse de mí.
—Vaya, vaya, Alex. Nunca te había visto tan afectado por algo tan... normal —dice, riendo—. ¿Desde cuándo te importan tanto los papelitos de los clientes?
Lo ignoro, manteniendo mi mirada fija en Emily.
Ella sigue sonriendo mientras lee lo que esta escrito en el papel, y luego se lo guarda en el bolsillo, todavía sonriendo.
Puedo ver la relajación en su postura, la ligereza en sus movimientos.
Esa reacción me desconcierta y, al mismo tiempo, me enfurece más.
Ethan, parece notar mi frustración, por lo que continua chinchándome.
—¿Qué pasa, hermano? ¿Te has vuelto el caballero protector de la pelirroja? —se rie, dándome un golpecito en el hombro—. Tranquilo, seguro que no es nada.
Le lanzo una mirada que pretende dejar claro que no estoy de humor para sus bromas, pero él solo levanta las manos en un gesto de rendición, aún sonriendo.
—Está bien, está bien. Pero en serio, Alex, si te importa tanto, deberías hacer algo al respecto —dice volviendo su tono un poco mas serio.
Me levanto de mi asiento, sintiendo la curiosidad de saber que esta escrito en ese dichoso papel.
Ethan continua hablando, pero apenas presto atención mientras camino hacia la barra del bar donde Emily y Sídney hablan.
—...me pidió que saliera con él esta noche. ¿Puedes creerlo? —dice Emily, sacando la nota de su bolsillo y mostrándosela a Sídney.
Me siento en el banco de al lado frente a Sídney, interrumpiendo su conversación.
Ambas se quedan en silencio y Sídney se disculpa, alejándose para dejarnos a solas.
—Emily, ¿podemos hablar? —pregunto, manteniendo mi tono lo más neutral posible.
Ella me mira, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y cautela.
—Sí, señor Winer. ¿Qué necesita? —responde con voz firme.
—No es apropiado aceptar cosas de los clientes, especialmente cuando se trata de notas como esa —le reclamo, señalando discretamente el papel que aún sostiene.
Antes de que Emily pueda responder, uno de los chicos de la mesa que le ha dado la nota se acerca y se apoya en la barra al lado de mí, interrumpiendo la conversación.
—¿Entonces, aceptas la propuesta? —pregunta el chico, sonriendo con arrogancia.
Emily mira de reojo hacia mí antes de responder, su expresión volviéndose más seria.
—No, no acepto. Gracias, pero no estoy interesada —responde con firmeza.
El chico frunce el ceño, claramente molesto por el rechazo, pero insiste.
—Entonces, ¿por qué aceptaste la nota si ibas a decir que no? —reclama, su tono cada vez más hostil.
Emily frunce el ceño y abre la boca para responder, pero no le doy la oportunidad.
—Ya ha dicho que no —intervengo con tono autoritario, mirándolo directamente a los ojos.
El chico me sostiene la mirada por un momento antes de resoplar con desdén y regresar a su mesa.
Vuelvo mi atención a Emily, esperando alguna reacción.
Ella suelta un suspiro de alivio, pero su expresión rápidamente se torna en una mezcla de enfado y frustración.
—No necesitaba tu ayuda, Alex. Puedo manejar esto sola —dice secamente antes de darse la vuelta y volver a su trabajo sin decir más.
Ethan tenía razón
Me estoy convirtiendo en el protector de la pelirroja.
Pero no puede importarme menos.
Me vuelvo de regreso a la mesa donde Ethan me espera, mirándome con una ceja levantada.
Me siento pesadamente en mi silla, sintiendo la tensión aún en mis hombros.
—¿Qué ha pasado ahí? —pregunta con su típico tono curioso pero con un dije de diversión.
—Nada que te importe —respondo cortante, sin mirarlo directamente.
Ethan intercambia una mirada rápida entre Emily, que ahora atiende otra mesa con una expresión tensa, y yo.
Una sonrisa se dibuja en su rostro antes de que comience a chincharme de nuevo.
—Parece que alguien se está tomando muy en serio su papel de protector. ¿La pelirroja te tiene así de nervioso?
Lo ignoro, concentrándome en mi bebida.
No quiero darle el gusto de una reacción, pero Ethan no va a dejarlo pasar tan fácilmente.
—Vamos, Alex, no me digas que te está afectando tanto. Ella solo es una becaria más, ¿no? —dice con un tono burlón.
Le lanzo una mirada dura, pero él simplemente sonríe más ampliamente, disfrutando claramente de mi incomodidad.
—Deja de molestar, Ethan. No sabes de lo que hablas —le advierto.
Ethan se encoge de hombros, pero su expresión no pierde el tono juguetón.
—Puede que no, pero es divertido verte tan serio por una chica. Tal vez deberías relajarte un poco.