Destino Entrelazado

9

Capitulo 9 I Alex Blake I

Me despierto con la luz del amanecer filtrándose a través de las cortinas.

Siento el peso de la noche anterior en mis hombros, pero sacudo la cabeza, decidida a mantenerme firme.

Me estiro lentamente, desperezándome antes de levantarme de la cama y pasar al baño del final del pasillo para lavarme la cara y despejarme un poco.

Salgo de mi habitación y me dirijo al baño del pasillo, pasando por delante de la puerta de Emily.

Me detengo un momento, mi mano en el pomo de la puerta del baño, mientras miro la puerta cerrada de su habitación.

Una sensación extraña se instala en mi pecho, una mezcla de preocupación y algo más que no puedo identificar del todo.

¿Habrá dormido bien?

¿Se sentirá segura aquí?

La imagen de su rostro con el moretón de anoche aparece en mi mente, y sacudo la cabeza, intentando despejarme.

Abro la puerta del baño y me meto en la ducha, dejando que el agua caliente relaje mis músculos tensos.

Termino de ducharme y me visto con uno de mis trajes.

Mientras me ajusto la corbata frente al espejo, mi mente sigue en Emily.

Me digo que tengo que concentrarme en el día que tengo por delante, pero es difícil ignorar la preocupación que se instala en mi pecho.

Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina para preparar el desayuno.

Los movimientos automáticos de batir huevos y tostar pan me dan una sensación de normalidad, aunque mi mente sigue en otra parte.

Estoy terminando de poner la mesa cuando Ethan aparece por el pasillo, mirándome con una ceja levantada.

—¿Desde cuándo haces desayunos tan elaborados? —pregunta, su tono mezcla de incredulidad y burla.

Antes de que pueda responder, mi teléfono vibra en el bolsillo.

Es un mensaje de Daniel.

Ian ya está detenido, pero necesitas venir al cuartel de policía. Tus abogados te esperan.

Guardo el teléfono y miro a Ethan con seriedad.

—Tengo que salir. Emily todavía está dormida. Quédate con ella y asegúrate de que esté bien cuando se despierte.

Ethan asiente, aunque parece un poco sorprendido por la brusquedad de mis órdenes.

—No te preocupes, me encargaré de ella.

Le dejo todo preparado a Emily para cuando se despierte: tostadas, huevos revueltos y un café recién hecho.

Me aseguro de que todo esté en su lugar antes de salir del departamento.

Una última mirada a la puerta cerrada de su habitación, y me marcho, confiando en que Ethan cumple su palabra.

La mañana es fresca mientras camino hacia el coche.

Me paro un momento junto a la puerta del edificio, respirando profundamente, intentando organizar mis pensamientos.

Mis emociones están revueltas; una mezcla de ira y algo más, algo que me incomoda admitir.

Arranco el coche y me dirijo al cuartel de policía, las calles aún tranquilas a esta hora.

Mientras conduzco, mis pensamientos vuelven a Emily.

¿Cómo estará cuando se despierte?

¿Habrá tenido una noche tranquila?

El recuerdo de sus ojos llenos de miedo y dolor de la noche anterior me atormenta, y me encuentro deseando haber hecho más, haber evitado que ese cabrón le hiciera eso.

Llego al cuartel y aparco el coche, tomando unos momentos para respirar y centrarme antes de bajar.

Al salir, una brisa fresca me golpea, despejando un poco mi mente.

Entro al cuartel de policía y me encuentro con mi abogado, el señor García, esperándome en el interior.

Su expresión es grave, lo que no dice nada bueno.

Nos damos un apretón de manos y nos dirigimos juntos a una sala de reuniones privada.

—Alex, la orden de alejamiento ya está en vigor —comienza García, revisando algunos papeles—. Ian no puede acercarse a menos de quince metros de Emily ni comunicarse con ella de ninguna forma.

Asiento, sin poder evitar que mi mirada se desvíe hacia los calabozos.

Imagino a Ian allí, habiendo pasado la noche en una celda fría.

La idea me da un retorcido sentido de satisfacción, pero sé que no es suficiente.

—¿Y los cargos? —pregunto, intentando mantener mi voz tranquila.

—Se enfrenta a varios delitos, incluyendo agresión y acoso. La evidencia está bien documentada, y tenemos un caso sólido. Sin embargo —García hace una pausa, su expresión se endurece—, hay una posibilidad de que lo dejen libre bajo fianza hasta que el juez dicte sentencia.

Mi mandíbula se tensa.

Siento la furia hervir dentro de mí, luchando por mantenerla bajo control.

Miro a García, mi voz se vuelve más baja y peligrosa.

—Eso no puede suceder. Tienes que hacer algo para impedirlo.

García sacude la cabeza, su mirada llena de comprensión pero también de límites legales.

—Alex, he hecho todo lo posible. Pero la decisión final depende del juez. No podemos retenerlo indefinidamente sin una sentencia firme.

La impotencia me golpea como una ola.

Todo lo que quiero es mantener a Emily segura, y la idea de Ian libre, aunque sea temporalmente, me llena de rabia.

Me acerco a García, mis palabras afiladas como cuchillos.

—Encuentra una manera. No me importa cómo, pero no puedo permitir que ese hombre vuelva a acercarse a ella.

García suspira, pero su expresión no cambia.

—Haré todo lo que esté en mis manos, Alex. Pero debemos prepararnos para todas las posibilidades. Lo más importante es mantener la calma y seguir el proceso legal.

Me aparto, tratando de contener la furia que amenaza con desbordarse.

Miro una vez más hacia los calabozos, deseando entrar hay y partirle la cara yo mismo.

Pero por ahora, todo lo que puedo hacer es confiar en el sistema y en el trabajo de García.

—Manténme informado de cualquier novedad —digo finalmente, mi voz más controlada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.