CAPÍTULO 1

MAGNÍFICO PLAN

No quiero que vuelva a ocurrir, debo cambiar. 

—El libro sigue ahí, aún nadie lo ha llevado, así que es todo tuyo. 

—Gracias, sabes que es mi solución. 

—Aquí está lo que necesito —escucho detrás de mí. 

—En realidad es lo que yo necesito —le quito el libro y le sonrío a la bibliotecaria. 

—Te veo luego Carmita —me despido y salgo corriendo. 

Debo llegar a tiempo. 

Si vuelves a demorar unos segundos más, créeme, te quedarás sin ayuda. 

Llegué a tiempo, nadie puede decirme nada, trato de controlar mi respiración y poder hablar tranquilamente. 

—Has llegado a tiempo, sueles demorar unos minutos. 

—Si quiero aprender más, debo llegar a tiempo y encontrarte de buen humor. 

—Toma asiento, hay muchas cosas de las que debes aprender hoy, así que presta atención. 

—Tengo un poco de hambre, ¿puedo comer algo mientras explicas, por favor? 

—Come en silencio y atiende. 

¿Atender? Pero si tengo un manjar frente a mí, no creo poder concentrarme. 

Debes hacerlo, no podemos reprobar. 

Es verdad, debo concentrarme, debo concentrarme. ¡No puedo! 

—De todo lo que te he explicado hasta ahora, cuéntame que te ha parecido.

—Interesante. 

—¿Enserio? —lo veo enarcar una ceja —¿Te parece interesante que el equipo de fútbol haya perdido en las eliminatorias? 

—No te debes desviar del tema, debes enseñarme. 

—Y tú debes atenderme ¿de acuerdo? —Asiento. 

Creí que nunca terminaría de hablar, pero lo hizo y ahora entiendo un poco más el tema. 

—Gracias por explicarme. Probablemente, no venga en estos días ando un poco ocupada, así que no me extrañes mucho. 

—Me harás tanta falta —lo dice con un tono burlón. 

—Tú también, querido. Te veo luego. 

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—¿Quieres decir que lo volviste hacer? Eres imposible —escucho al entrar a casa y me dirijo a donde provienen esas veces. 

—Solo quiero que se despejen, no puedes culparme por hacer esto. 

—¿Qué es lo que ocurre? —tengo que hablar para que puedan calmarse mis amigas. 

—¡Eli! Mónica lo volvió hacer. 

—Es por un bien —habla la acusada. 

—¿Qué es lo que volviste hacer según Kathy? 

—Planear un viaje. 

—¡Sin consultarnos! —dice una alterada Kathy. 

—¡No entiendo nada! ¿Pueden explicar? 

Entiendo, sé que, si me pongo del lado de alguien, la otra persona me verá como la mala, pero si no estoy del lado de nadie. ¿Qué es lo que debo hacer? 

Claro que quiero viajar, lo que ocurre es que no tengo tiempo. Quiero quedarme a estudiar y no salir a ningún lado; sin embargo, no quiero hacerlo. 

—¿Qué piensas al respecto? —Me pregunta Mónica.  

—Tuviste un plan magnífico, chica. Lo que pasa es que… no tengo planeado ir a ningún lado por el momento. 

—Te lo dije —habla Kathy —, ella no iba a ir. 

Yo no dije que no iba a ir, aunque tampoco dije sí. 

—Ok, calma. Esto lo vamos a solucionar, si no se puede nos regresamos y ya. 

—Hay espacio, lo que no hay es paciencia —dice Mónica viendo a Kathy. 

—Cuando lo soluciones me avisas —se va sin decir algo más. 

Es difícil convivir con chicas con personalidades demasiados cambiantes, en un momento se adoran y al otro se quieren matar.  

—Soluciona tu problema, Moni. 

La dejo sola y regreso a mi habitación, debo concentrarme en mi próximo plan a ejecutar. 

No me vuelvas a involucrar. 18:55 

—Debes ayudarme, querido —hablo como si la otra persona pudiera escucharme.  

Trato de concentrarme en lo próximo que haré, pero el viaje con las chicas ocupa mi mente. 

Vuelvo a sentir mi teléfono vibrar. 

Recuerda lo que te he dicho. 18:57 

Solo será una vez más. 18:57 

Respondo rápidamente, espero a que llegue otro mensaje y nada. Es ahí cuando empiezo a organizar todo. 

Unas horas después estaba tan concentrada y escucho un golpe en mi puerta.