CAPÍTULO 3

OCULTARSE

Todo estará bien, debes estar tranquilo.

—¿Sigues pensando que no es casualidad?

—No creo en las casualidades.

—Entonces, ¿qué piensas hacer?

—No lo sé, aún. Lo único que sé es que nadie aparte de ti se puede enterar, hermano te lo pido.

—Recuerda que no todo puede quedar oculto por mucho tiempo.

—Trataré de solucionarlo muy pronto, debo hablar con Stefano para ver si me puede ayudar.

—Ese idiota —escucho un bufido de su parte —, no creo que sea del todo confiable.

—¿Algo que deba saber?

—Hace unos días atrás observé algo que te hará olvidar de "su grandiosa amistad" —hace comillas con sus dedos —, porque lo vi con nada más ni nada menos que… con la persona que te tiene metido en este lío.

Es imposible, no puede hacerme esto, éramos unidos. Claro, ahí está la pista ‘éramos’, últimamente, andaba desaparecido y muy pocas veces se lo veía.

—No me sorprendo del todo, alguien ya me había informado al respecto y decidí no hacer caso, ya que lo consideraba uno de mis grandes amigos, pero veo que no ha sido así.

—Bueno, ya sabes que no era un simple rumor lo que te dijeron. Es tu decisión pedirle ayuda o no —frunzo el ceño —, digo, para que veas si te ayuda o no. Lo dudo, lo más probable es que te traicione.

—Te has respondido tú mismo, ese me vendería, en vez de ayudarme me lanzaría a la boca del lobo. ¿Qué hago ahora? ¿Alguna referencia de quién me puede ayudar?

—Tengo a alguien en mente que puede hacerlo.

—Excelente, gracias de verdad.

—Tranquilo, para eso están los amigos después de todo. Ahora cuéntame ¿cómo harás para pasar el semestre sin estudiar algo?

—Si que molestas con eso. Ya te dije que lo pasaré, he estudiado mucho, aunque no lo creas. Estudio diariamente, unos 5 minutos al día.

—¡¿Qué?! —escucho como se ríe a carcajadas —Espero que sea una broma lo que me estás diciendo —estoy serio, es lo que le hace recomponerse de su risa —, no sé cómo le harás para pasarlo.

—¿No me ayudarás?

—¡Por favor! Por gusto te pregunté eso, siempre haces algo y terminas pasando cada materia de la carrera. ¿Me das el tip?

—Estudiar, ¿no es obvio? —veo que pone los ojos en blanco y ahora es mi momento de reír.

—Déjate de payasadas, ¿quieres? Debemos ir a buscar ayuda extra para el próximo examen.

—¿Debemos? Eso me suena a manada, amigo mío que te vaya bien en esa búsqueda. Lo que yo debo hacer es dormir, eso de estudiar lo dejo para más tarde.

—Te dejaré libre hoy, mañana te espero en la plaza a las nueve de la mañana —asiento —, te estaré esperando, Inder.

—Si papá.

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—Se supone que estarías aquí hace 20 minutos.

—Tenía sueño, ¿cuál es la urgencia por hacerme levantar temprano?

—No puedo creerlo —se agarró el puente de la nariz —, ayer te dije que iríamos a la biblioteca a ver los libros que nos ayudaría con el examen que tenemos a la vuelta de la esquina.

—¿Tan cerca está? Vaya, creí que faltaba un mes.

—Falta una semana, Inder. Levántate y empieza a caminar rápido, podemos encontrarnos con bastante afluencia de estudiantes si no te apresuras.

—¿Y si lo dejamos para otro día? —bostezo mientras me estiro en la banca —Si encontramos mucha gente no localizaremos rápido los dichosos libros, así que, relájate, anda a dar un paseo y…

—¡Y muévete, Inder!

—Te dije que nos encontraríamos con bastante gente, mejor démonos media vuelta y regresemos a nuestra casa.

—Lo que haremos será entrar y buscar lo que necesitamos, luego podrás hacer lo que se te venga en gana. ¿Escuchaste?

—No.

—¿A quién miras tanto? —Le hago un movimiento con la cabeza señalando a donde miro.

—Es esa chica.

—¿Chica? Es tu hermana.

—Lo sé, me refiero de la que la acompaña. Olvídalo ¿quieres?

—Tengo cosas más importantes en que enfocarme.

Seguí viéndolas hasta que las perdí de vista, porque Franco me empujaba hacia ese batallón de gente.

—Concéntrate hermano, escucha bien —decía mientras me agarraba por los hombros y señalaba un punto en específico de la biblioteca ­—, ese es nuestro objetivo y no te olvides de eso, no quiero que te distraigas por ahí.