CAPÍTULO 6

DISTRACCIÓN

—De repente se apagó y ya no quiso encender —le explicaba a la chica.

—Bueno, te puedo ayudar con esto, pero debo hacerlo en mi habitación porque ahí tengo lo que necesito.

—No hay problema, solo quiero que me ayudes a repararla.

—Ella es la mejor en esto, hermanito —me decía Mónica, aunque eso no quiere decir que me olvide lo que había hecho minutos atrás.

—Necesito que me la des para poder revisarla —extendió la mano para que se la dé.

—¿Puedo acompañarte? —le dije y enarcó una ceja —Es para ver si puedo ayudarte en algo.

—Sígueme —nos dirigimos hacia la habitación cuando la amiga la llama y se dicen algo.

—Igual lo haré —dijo la amiga y parece que iba a la habitación de mi hermana.

—Con calma, Kathy —dirijo mi mirada hacia mi salvadora y me hace una señal —. Tengo cosas que hacer, ¿te apresuras?

—Claro, claro —al entrar quedé maravillado, es una chica muy ordenada y amante de las bandas musicales.

—Si sigues de distraído tendré que dejarte con tu problema, eh.

—Tranquila, me comportaré.

Vi como empezaba a realizar ágilmente uno que otro movimiento, de vez en cuando me pedía que le ayudara y cuando no lo hacía me quedaba observando lo posters y pegatinas que tenía.

—¡Hey! —chasqueó los dedos en mi cara y dijo —necesito el destornillador, distraído.

Cuando le pasé el destornillador me fijé en la pantalla de su ordenador, cabe recalcar que no lo hice a propósito, pero me dio curiosidad que los mensajes llegaban a montón en un chat que tenía abierto.

No sabía su nombre y le pedía favores.

¡Cuánta caballerosidad!

—No quiero interrumpirte en lo que haces…

—Al hablar lo haces, dime que ocurre.

—Soy Inder.

—Elianna.

—Es un gusto, lamento molestarte en estos momentos, parece que te encontrabas bastante ocupada y yo te interrumpí —voltea a verme y se fija en que veía su conversación.

—También es un gusto, no sabía que aparte de distraído eras muy observador.

—La verdad, yo…

—Solo has silencio.

Me quedé callado, por supuesto, lo que no hice fue dejar de ver los mensajes. Estaba un poco preocupado por lo que llegaba.

Mañana a primera hora quiero que estés ahí. 21:56

No quiero que llegues un minuto tarde. 21:56

Es importante lo que debes escuchar. 21:57

¡NO FALTES, QUERIDA! 21:57

Si no lo haces tendrás consecuencias. 21:57

—Listo, ya está preparada para ser usada.

—Te agradezco muchísimo lo que has hecho, ¿te puedo invitar a comer algo?

—Espero que la cuides y en cuanto a la invitación lo siento, tendré que declinar aquello. Si en algún momento se vuelve a dar la oportunidad, la aceptaré con gusto.

—La invitación sigue en pie, nuevamente gracias.

—No hay de que, Inder.

—Te veo luego, cuídate —ella solo asiente y me marcho.

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—No estás pensando correctamente, créeme que esto no saldrá tan bien.

—Amigo, tenme un poco de fé. Verás que todo saldrá a la perfección.

—Quisiera que me contaras como te va y veré si hasta ese entonces sigues igual de seguro que ahora.

—Obtendré buenos resultados y te sentirás orgulloso.

—Lo que quiero es que te enfoques en algo, es muy pronto para eso. Pero respetaré esto que harás.

—¿Cómo va todo?

—Con tus llamadas constantes me pones nervioso, todo va bien hasta el momento.

—Está bien, yo solo…

—No puede ser, si era ella.

—¿Estás seguro? Fíjate bien y no te alteres.

—Estoy viendo claramente y no me voy a alterar, el que debería de estar asombrado soy yo.

—Ha llegado el momento de decirle.

—Lo sé, tengo que acercarme y hablarle de todo… Emiliano.

—¿Qué dices? ¿A quién acabas de nombrar? ¡Inder, responde!

—No puede ser, él aún sigue aquí.

—Entonces, ¡hazlo! No va a ver otra oportunidad.

—Pero no traigo conmigo lo que necesito. Te llamo luego.

—No te atrevas a colgar, ¡hermano!

¡Otra vez! ¡No!

No puedo volver a tener esas escenas en mi mente, pero es imposible. Debo hacerlo, abro y empiezo a leer.