Destino Inevitable

CAPÍTULO 15

PREOCUPACIÓN

Verle la cara a mi primo era lo último que me esperaba al realizar este viaje, Johan, este tonto me tenía preocupada con esos últimos mensajes que me había enviado. Esta era mi oportunidad de preguntarle qué era lo que estaba ocurriendo. 

La cara de mis padres era otro asunto, me miraban como si me hubiera vuelto una completa loca al reaccionar de esa manera. Mi hermana a diferencia de ellos se carcajeaba de la risa. 

—¿Me pueden explicar que es lo que les ocurre a ustedes dos? —preguntó mi madre a nosotras dos, no hace falta de decir que estaba enojada por nuestra actitud. 

—Kristel está loca —dije y me quería morir en ese instante, juraba haberlo murmurado bajo. Mi madre me miraba como si me fuera a matar. 

—¡Elianna y Kristel! ¡Respondan! —esta vez fue mi padre quien nos regañó. 

—Tíos estén tranquilos, Eli está solamente sorprendida al verme, ¿no es así? 

—Sí, exactamente. Me sorprendí al ver a mi primo. 

Mi madre seguía viendo a mi hermana, la dejó en paz porque no quería seguir discutiendo, estaba mi primo con nosotros y no quería seguir incomodándolo. 

Ya era tarde, así que mi primo tenía que quedarse en casa, era mi momento para preguntarle lo que quería saber. 

—Ya me voy a dormir, chicos. Cuando se vayan a dormir apaguen todo, por favor. Hasta mañana. 

—Descansa, papá —le dijimos al mismo tiempo las dos. 

—Creo que yo seguiré a mi padre, ya tengo algo de sueño. 

Todos se empezaron a ir de a poco, mi madre se fue primero y luego lo siguieron ellos dos.  

—¿Puedo hablar contigo? —le pregunté a mi primo, no quería que se vaya todavía. 

—Sé de lo que quieres hablar, ¿vamos a la oficina de tu padre? —Asentí. 

—¿Cómo sabías que yo estaba aquí? —le iba preguntando mientras nos dirigíamos a la oficina. 

—Mi tía le informó a mi madre y ella a mí, necesitaba hablar contigo antes de venir. Luego me enteré de que ellos planeaban un viaje y decidí esperarte. 

—No llegó nada como me habías informado. ¿No lo hiciste? 

—No, no lo hice. Tenía algo de miedo al enviarte eso y que cualquiera lo viera. Debes sentarte y prestarme mucha atención. 

Hice lo que me pidió y me empezó a relatar algunas cosas de las que no tenía ni la más remota idea de que ocurría y me estaba preocupando porque todo eso pasaba en frente de mí y no me daba ni cuenta. Otra vez ocurría. 

—Puede que sea un poco estúpido hacerte esta pregunta, pero ¿cómo te sientes con todo lo que te he dicho? 

—Mal, no creí que podría volverme a suceder esto, nuevamente. 

—Todo está bien, hasta el momento es lo único que te puedo decir, si surge algo nuevo te lo estaré avisando y necesito que no te preocupes mucho. Por favor, mantén tu celular cerca y con batería. 

—Tranquilo, estaré pendiente de cualquier cosa. 

—Ve a dormir, te veo luego. 

No he podido conciliar el sueño, mi primo me dio mucha información y se me es difícil de procesarla. Le agradezco todo lo que ha hecho, aunque sigo teniendo mucha preocupación por lo que pueda llegar a ocurrir más adelante. 

Vi la hora en mi celular y eran las cuatro de la mañana y yo no lograba dormir, a este paso me amanecería para estar lista para cuando nos toque ir de viaje. 

 

—Eli, ¿Eli? 

—¿Qué ocurre, Kris? 

—Te estás durmiendo en el plato del desayuno, no has comido nada. ¿Qué te ocurre? 

—No pude dormir muy bien. 

—Yo sabía que eso de ver películas de terror no es lo tuyo. 

—No es eso, solo se me fue el sueño y me quedé dormida muy tarde —o muy temprano por la mañana, sí eso. 

—Desayuna algo, no será tan corto el viaje y te puedes marear si no ingieres algo de comida. 

—Lo haré, enana. ¿Dónde está papá y mamá? 

—En el patio, están recogiendo algunas cosas para que no se lleguen a mojar si llueve fuerte.  

—¿A qué hora se fue Johan? 

—¿Johan? Él ni siquiera se ha levantado, creo, no sé si habrá madrugado y se ya se fue. 

—¿Regresaremos el sábado o el domingo? 

—No lo sé, termina de comer ¿quieres? —asentí y seguí desayunando lo poco que me entraba en el estómago. 

—Listo, ¿preparadas para el viaje? 

—Yo sí, papá —él me vio esperando una pregunta de mi parte y yo asentí. 

—También estoy lista —traté de sonreír lo mejor que pude. 

Eso salió más bien como una mueca 



#11999 en Novela romántica
#2300 en Chick lit

En el texto hay: novela juveil, destino inevitable

Editado: 02.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.