Destino Inevitable

CAPÍTULO 17

NOTICIA

—Nos sentimos cansados, hija. Con tu hermana hemos hablado anteriormente, ella prefirió que vengas a casa y así hablar contigo. ¿Conversaron respecto al tema? —me preguntó mi padre. 

—Sí, ambas llegamos a una misma conclusión y yo se las quiero decir, necesito que ustedes también nos digan que piensan sobre esto. Ustedes deben descansar, eso no quiere decir que no vuelvan al trabajo, solo que pueden delegar ciertas ocupaciones a otras personas —los miro esperando tener una reacción de su parte y me responde nuevamente mi padre. 

—¿Qué quieres decir con eso? 

—Sé más específica, cariño —ella me entiende, él también lo hace, pero no quiere aceptarlo. 

—Lo que mi hermana quiere decir es que, —se adelanta mi hermana al responder —es momento de contratar a alguien más, un empleado de medio tiempo. Esa fue nuestra solución. 

—Así es, entiendo que se sientan cansados; sin embargo, no quiero que vendan algo que les ha costado años poner en marcha y mantener a flote. Hay dos soluciones para esto, contratar a alguien o que yo me quede aquí y así poder ayudarlos. 

—¡NO! —me respondieron al mismo tiempo. 

Mis padres no quieren que me aleje de donde vivo actualmente porque ellos quieren “algo mejor” para mí, es por eso que cuando tuve la oportunidad de estudiar en un lugar mejor ellos se sintieron alegres al ver a una de sus hijas seguir adelante en lugar donde hay mejores oportunidades para su futuro. 

Desde que me enteré de que debía alejarme de ellos, tuve muy presente el hecho de no volver a quedarme aquí por mucho tiempo. No quise estudiar en esa universidad al principio, no conocía a nadie, mis amigos irían a una cercana, juntos. Yo estaría sola, los extrañaría, lo hago siempre y lo saben.  

Ellos no lo comprenden, siguen con la idea de mantenerme lejos, pero los quiero tener cerca, me preocupa que cuando necesiten algo yo no esté lo suficientemente cerca para acudir a ayudarlos, mi hermana hace siempre lo mejor, aunque necesita ayuda ella también. 

—Eli, sabes que no podemos permitir que dejes el lugar en el que has vivido estos últimos años, hijas queremos que ustedes salgan adelante en un lugar mejor. Cariño, vives en una de las ciudades más grandes de este país, un buen lugar para mejorar en muchos aspectos. 

—Lejos, sin ustedes. Entiendo lo que dices papá, me lo dejas claro siempre. —inhalo profundo y sigo —Eso quiere decir que deberán contratar a alguien, Kris me dijo algo más. 

—Yo ayudaré cuando me desocupe diariamente y eso... 

—Eso no está a discusión, así como yo vendré más seguido a ayudarlos —tenía que seguir por ella, siente miedo al hablarle de esa manera a nuestros padres. 

—Veo que nuestras hijas nos dejan sin opción a refutar —dice mi madre viendo fijamente a papá y él asiente. 

—Solo les pido que nos descuiden sus tareas más importantes. 

—Hecho —responde mi hermana. 

—De acuerdo, no le vayan a llamar la atención a ella, la mayoría de la decisión fue de mi parte. 

—Ya sabía que dirías eso, tranquila.  

Fue la conversación que tuve con mi familia ayer respecto a la noticia que me tenían que decir, ahora estoy en mi habitación junto a mi hermana organizando mi equipaje. Mañana regresaría después de varias semanas. 

—¿Eli? 

—Dime. 

—Cuando vuelvas, ¿me traerás la continuación del libro que me regalaste? Por faaa. 

—¿Ya te lo vas a terminar? 

—Voy por la mitad, en nada me lo terminaré y quiero seguir la historia, anda hermanita di que sí. 

—No. 

—¡Eli! —grita y mi mamá entra en la habitación, estaba cerca al parecer. 

—¿Qué ocurre aquí? 

—Kris está loca. 

—Mami, dile que lo haga —le hace un puchero a mamá, ella me mira y me encojo de hombros. 

—¿Qué se supone que debes hacer? 

—Comprarme un libro. 

—Quiere otro libro. 

—Me dio solo un libro, de una saga. 

—En mi defensa, ella solo me pidió ese libro, no me dijo en ningún momento que quería los otros. 

—Ma’ dile, por fa. 

—Dale dinero para que te lo compre si es que lo quieres. 

Yo sonrío ante lo que ha dicho mi madre y trato de no reír al ver la cara de mi hermana, ella cree que se lo pondría fácil, pues no. 

—Debo de seguir haciendo otras cosas y algo más, deja de gritar, Kris. 

—¿Cuánto cuesta el otro libro? 

—No tengo idea, solo compré el que me dijiste y ya. 

Era mentira, ya los había comprado. Sabía que quería los otros y sería el regalo si terminaba con buenas calificaciones en los exámenes finales de su colegio. 



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En el texto hay: novela juveil, destino inevitable

Editado: 02.04.2024

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