Destino Inevitable

CAPÍTULO 18

NUEVO INTEGRANTE 

Estaba llegando a casa después de unos meses lejos de mis amigas, me sorprendí un poco cuando las llamé y no contestaron, así que supuse que no se encontraban en casa. Todo lo que anteriormente había pensado no podía ser posible, la puerta de la entrada estaba medio abierta y me sorprendí porque normalmente tenemos la costumbre de cerrar muy bien por cualquier cosa. 

Me asomé un poco para ver algo novedoso, algo que no había por supuesto, entré y cerré para ver algún movimiento extraño y puedo asegurar haber escuchado pasos en la parte superior de la casa.  

Tenía miedo, eso era imposible de negar. 

Empecé a subir las escaleras para dirigirme a mi habitación, seguía tratando de localizar a mis amigas las llamaba, les enviaba mensajes y no obtenía respuesta alguna. 

—¡BIENVENIDA! —Gritaron desde la sala. 

—¡Dios mío! ¿Qué haces aquí? 

—Hola a ti también. 

—Hola, puedo preguntarte… 

—¿Por qué la puerta estaba abierta? —asiento. 

—Escuché pasos arriba. 

—La puerta la dejé abierta para darle algo de misterio. —el tono de su voz me decía que ocultaba algo, sentí que estaba un poco ¿asustado?, tal vez. 

—¿Dar misterio? ¿Para qué? —Seguí hablando desde el medio de la escalera y volví a escuchar pasos rápidos.  —¿Qué fue eso? 

—¿Qué ocurrió? No escuché nada —veía su cara de pánico

—Nunca dije que escuché algo, así que voy a revisar que es eso que hace ruido. 

Termino de subir las escaleras y empiezo a caminar por las habitaciones y abro una puerta la cual me da acceso a una habitación que se supone que debe estar vacía, y lo está, por lo tanto, me dirijo a otra y escucho los pasos de Inder siguiéndome. 

Apunto de abrir la puerta él la vuelve a cerrar, me doy vuelta y lo encaro. 

—¿Qué tratas de esconder? —lo miro enarcando una ceja. 

Abre y cierra los labios, no sabe muy bien que decir, aprovecho su pequeño descuido y estando de espaldas a la puerta la abro y entro. 

—No hay nada, creo que estás escuchando mal y puedes verlo por ti misma, preciosa. 

—Claro que lo haré —voy directo al lugar en el que sé que se encuentra alguien. 

—Adelante, te darás cuenta de que no hay nada —él cree que me puede engañar, y está muy equivocado. 

—¿Seguro? —le pregunto para que se retracte. 

—Por supuesto. 

—Entonces, ¿qué significa esto? —le digo mostrando al pequeño cachorro que ha estado escondiendo, quién sabe por cuánto tiempo. 

—Eso… bueno, es… ¿cómo te explico? 

—¿Por qué lo has mantenido oculto como si fuera algo malo? 

—Es que… a mi hermana no le gustan los animales y yo he traído uno a su casa. 

—Alto, si sabes que a tu hermana no le gusta ¿por qué lo has traído? —enarco una ceja, estoy completamente confundida y lo expreso en mi rostro. 

—Te diré lo que ha ocurrido, en donde vivo no permiten tener animales y me lo he encontrado en la carretera cuando venía hacia acá, estaba solo y decidí traerlo conmigo porque tal vez a mi hermana le gustaría echarme una mano con él. No me gustó verlo abandonado y me arriesgue a recogerlo aun sabiendo lo que me traía consigo 

—Ya sabía que a tu hermana le era imposible no querer a los animales, ahora tendrás que esperar para ver si te ayuda. 

—Espero que lo haga, y hay algo que no te dije. 

—¿Tienes escondido algo o a alguien más? 

—No, no es nada de eso, dejé la puerta abierta porque el pequeño se me soltó y le traté de seguir el paso, algo que se me complicó como pudiste verlo. Ya sabía que vendrías en camino, mi hermana me lo comunico, solo te pido que no le cuentes lo de la puerta abierta —asiento —, por favor, te prometo que lo iba hacer solo que entró una llamada al teléfono de la casa y en ese momento llegaste. No me dio tiempo. 

—De acuerdo, solo te quiero preguntar algo ¿sabes en dónde están mis amigas? 

—De compras, fueron a comprar las cosas para la despensa. No han de tardar mucho en llegar, ya tienen mucho tiempo desde que salieron, ¡cierto! 

—¿Ahora qué ocurre? 

—Resulta que tus queridas amigas decidieron no llevar auto y debo ir a recogerlas. 

—Yo quiero acompañarte —dejo al cachorro en el piso y se va a esconder rápidamente. Puede que esté muy asustado, no conoce el lugar y es algo normal, supongo. 

 

—Me alegro de que hayas vuelto, Eli.  

—Por favor ya no te vuelvas a ir por mucho tiempo, no sabes la falta que me has hecho —Moni me abraza en medio de los pasillos del supermercado. 

—Las he extrañado a ambas, muchísimo. Ya estoy aquí y eso es lo importante. 



#11921 en Novela romántica
#2286 en Chick lit

En el texto hay: novela juveil, destino inevitable

Editado: 02.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.