Destino Inevitable

CAPÍTULO 26

REENCUENTRO

 

—¿Me estás diciendo la verdad, Elianna? 

—Que sí, Johan. Cuando vuelva a enviarme algo más te aviso. 

—Espero que así sea, Eli. Sabes que no quiero que te acerques tanto a ese imbécil, no sé con que te vaya a salir ahora. 

—Tranquilo, si me llega un mensaje nuevo ten por seguro que serás el primero en saberlo. 

—Está bien, te tengo que dejar. Descansa, el viaje puede que te haya dejado cansada. Te escribo luego. 

—Sí, gracias. Adiós, primo. 

Contacté a Johan a penas vi el mensaje que me había enviado Emiliano. Mi primo tiene sus contactos y puede obtener más información sobre él. 

Han pasado unos cuántos años sin vernos. Ya es momento del reencuentro, ¿no lo crees? Yo creo que sí, pronto nos veremos. Espérame. 

Eso decía el mensaje, ¿será que ya está aquí?  

Mi primo me dijo que si Emiliano se volvía a contactar conmigo lo mantenga al tanto, si me pedía vernos él me acompañaría y eso no estaba a discusión. 

Tengo que descansar un poco, no tengo mucho apetito. Ya veré si más tarde como algo, aunque ya se ha oscurecido lo suficiente, lo más probable es que duerma hasta mañana. 

 

—Parece que no he dormido nada, aún me siento agotada —Kathy veía a Moni y negaba con la cabeza. 

—Cómo no vas a tener sueño si te acostaste tardísimo, desayuna antes de que te quedes dormida en el plato de cereal. 

—Yo te ayudo —le ayudé a servir su desayuno porque como dijo Kathy estaba a nada de quedarse dormida.  

—Bueno, como tienes sueño no me podrás acompañar al centro comercial, Eli me podrá acompañar. 

—¿Yo? —yo no quería ni salir hoy. 

—Da igual, prefiero dormir un poco —bostezó —, traen algo para el almuerzo, por favor. 

—Te puedo acompañar, ¿demoraremos mucho?  

—No, solo necesito comprar algo para enviar. Si no puedes no te preocupes, eh. 

—No es eso, te acompaño. También debo hacer unas compras —me había olvidado de que tenía que comprarle unas cosas que mi hermana me había pedido que le llevara. 

—En ese caso, vámonos antes de que empiece a salir el sol más fuerte. 

—Mi padre me ha pedido que le compre unas camisas porque ya no le gusta las que tiene, yo no sé de sus gusto y aún así me envía a comprarle. 

—Te entiendo, mi papá es igual. Dice que confía en mi buen gusto, yo creo que más bien es él quien no quiere viajar y por eso me pide que le compre. 

—Eli, me dijiste que te irías este fin de semana a la casa de tus padres, ¿verdad? 

—Eso es cierto. 

—¿Te unirás a tus amigos este otro fin de semana? 

—Sí, he hablado con mi hermana, se ha encargado de inscribirme. Ya sabes como es, quiere que vuelva a surfear, y cómo estoy yendo mas seguido es algo que quiero volver hacer. 

—Yo también quiero verte hacerlo. Nos invitaste un día y ya no volviste hacerlo. 

—Bueno, no las invité más porque no lo he vuelto hacer. Este fin de semana practicaremos, y si podemos los que vienen también. Debo prepararme. 

—Espero que me invites. 

—Por supuesto, las invitaré a ambas. Cierto, ¿cómo es que te enteraste? 

—Eso, tal vez… lo vi —enarqué una ceja —lo vi en un anuncio en redes sociales. Ya sabes, eso empieza a circular y ya. 

—Entonces de esa manera dedujiste que me uniría a mis amigos, ¿me equivoco? 

—¡Exacto! Eres un genio, lo has adivinado. 

—Si claro. 

No me quedé muy convencida de su respuesta, algo tenía escondido y no me lo dijo. Espero que me lo diga o que logre descubrir que es. 

Llevamos dos horas recorriendo locales para caballeros, Kathy no sabía que comprarle a su papá. Hubo un momento en el que se decidió en llamarlo, él le contesto y escogió una de las tantas camisas que habíamos escogido, en un segundo intento de llamada le dijo que ya no le podía atender porque entraba a una reunión.  

Yo en unos minutos compré lo que necesitaba, mi hermana como siempre me pidió unos libros.

Aquí seguimos caminando, dando vueltas por todos los pasillos. 

—¡Ay! Ya no quiero seguir caminando. Una más, un local más y ya no camino. Me está empezando a dar hambre. 

—Te ayudaré con la última, mi papá tiene una tienda favorita para camisas. 

—¿Por qué no me lo habías dicho? 

—Porque no está en el centro comercial el local del que te hablo. No está lejos, si quieres vamos y pue… 

—Sí, definitivamente sí. Vamos para ese lugar. 

Comimos algo antes de ir al lugar que le había indicado a mi amiga. Tengo el presentimiento de que no demoraremos mucho. 



#11978 en Novela romántica
#2296 en Chick lit

En el texto hay: novela juveil, destino inevitable

Editado: 02.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.