Sé que esto es un sueño y de una u otra forma me parece demasiado familiar a pesar de que no lo reconozco del todo, estoy en medio de lo que parece un patio central o algo así, estoy rodeada de varios edificios no son tan altos, entro en el primero y se siente cálido a pesar de que estoy sola, se siente acogedor, sus corredores se vuelven como un laberinto ante mí, entre más subo las escaleras los pasillos se vuelven más largos de lo que se ve, cada vez que veo al borde sigo estando en el primer nivel del edificio.
Busco algo que me indique una salida o de una puerta y al toparme con lo que parece el pomo de la puerta... trato de abrirla y parece estar atascada.
El corazón me late a mil por hora mientras veo que el sueño a terminado y que tan solo me encuentro en mi cuarto, siento como mi cuerpo aun tiembla, y el frío me cala en todo el cuerpo mientras me despabilo en mi cama.
Este será mi primer día en la Universidad creo que es por eso que estoy despierta tan temprano, esto es un nuevo inicio; los escalofríos corren por mi cuerpo nuevo comienzo y nuevas personas por conocer.
Después de darme un baño escucho como todos en la casa comienzan con su rutina, los gritos de mamá para que mi hermano se apresure a cambiarse y tome el desayuno, las vueltas de un lugar a otro de mi papá mientras se cambia buscando su ropa entre los tres cuartos, entra al mío para buscar una camisa.
Salgo corriendo de la casa pues como de costumbre entre las peleas nadie nunca se apresura y lo único que hacen es retrasar a los demás, y no es que sea un día cualquiera ni siquiera sé cómo rayos resultará este día, tomo el bus y es un asco, parece que todo mundo va al mismo lugar o que hay pocos buses en la ciudad, todos parecemos pequeñas sardinas empujándose unos con otros totalmente incómodo (me gustaría tener algún poder que me teletransportará, pero no, eso no existe).
Al llegar a la Universidad estoy totalmente agotada, salí corriendo de la casa y ahora para llegar a la universidad me tomo otros 15 minutos corriendo de nuevo pues tenía justa la hora, ahogada, sin aire, el pecho me quema y las piernas no me dan para más.
Ahora debo enfrentarme con la búsqueda implacable del que será mi salón de clases, alguna vez han sentido como si un espacio los llamara, entonces reconocí ciertos rastros de mi sueño el edificio y lo acogedor que lo sentía, a pesar de la multitud que estaba en esos momentos.
Hay cierta energía rara aquí es como si todo sintonizara conmigo y me jalara hacia algo, entro al salón y parece muy normal de un primer día de clases donde nadie se conoce. Tomo asiento al fin y puedo sentir un escalofrió recorrer toda mi espalda, es como si una presencia conocida estuviera detrás, así que decido dar una pequeña mirada.
Rayos se siente un pinchazo en mi corazón y empieza a latir súper rápido, jamás había sentido algo así estoy sudando de las manos y siento como todo mi cuerpo se estremece por pequeños temblores; ¿y qué es lo que vio? se estarán preguntando, es un chico, pero es extraño este sentimiento es como si lo conociera no de ahora, pero hay algo que me llama a él.
Puede ser su mirada intensa, su semblante frio e indiferente de lo que sucede a su alrededor como si no estuviera ahí o quizá está tan presente como si estuviera reconociendo todo a su alrededor, hay algo que al verlo me hace sentir tranquila, sin más nervios o frio, solo tengo una sensación de calidez y tranquilidad.
Al terminar la primera clase me sentía cada vez más emocionada porque ya me sentía toda una profesional, como pez en el agua. Sin embargo, durante todo el tiempo tenía unas ganas de ir al baño horribles y aunque era mucho más tiempo de lo que era en el colegio logre aguantar las ganas de ir al baño... ¡qué soy humana y también tengo mis necesidades!
Al entrar a clases siento esa energía de nuevo y me doy cuenta que es por alguien en específico. Sí, adivinaron nuestro chico de la mañana, y esto se intensifica más cuando nos indican que debemos hacer grupos para trabajar y conocernos entre nosotros.